capitulo 1

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yo era una chica normal como cualquier otra, era noble, ayudaba a todos los que me lo pedían y viera que me necesitaban , una chica dulce, la más educada e inteligente de la clase, no le haría mal alguno a los demás, siempre tenía una sonrisa en mi rostro pero lo que se ocultaba detrás de esa sonrisa era algo inexplicable y doloroso que solo yo entendía, ese dolor era provocado por todas las personas que me herían día a día con sus palabras y ofensas, aquellos chicos que me humillaban cientos de veces, ellos no comprendían nada de ese dolor que me estaban provocando. Bastaba una sonrisa para ocultar aquel sufrimiento, pensaban que era feliz y que no me importaba las ofensas cuando en realidad lo que quería era estar muerta, no soportaba todas esas humillaciones, cuando llegaba a la casa, mis padres me recibían con regaños y gritos que hacían que me sintiera más miserable de lo que ya me sentía eso me provocaba deseos de muerte y pensamientos de suicidio llore día tras día, noche tras noche desquitando todo lo que sentía en mis muñecas cada corte era signo de culpa, miraba la sangre que caía de mis brazo sentía como aquel dolor salía poco a poco , pasaron días y mas días, continuaba con mi sufrimiento pero tenía una cualidad y era esconder ese dolor que sentía, ocultarlo de los demás con una sonrisa falsa que mostraba. Mis amigas no tenían idea de lo que me sucedía pero no solo ellas estaban en ese estado todos los que me rodeaban permanecían así.

Un día Llego a la escuela me siento en mi lugar comienzo a notar más cerca a un compañero Eduardo del cual me enamoro, su encanto me enamoro aun más de lo que ya estaba, sin saber nada lo acepto pasan días, esos días solo por un momento olvidaba el dolor y el desprecio que sentía hacia mí misma todo era hermoso pero de lo que no me daba cuenta es que todo tenía un final...

Llego un momento en el cual todo ese amor y cariño iban desapareciendo, Cada día se hacían mas y mas odiosos llegue a darme cuenta de que Eduardo me estaba engañando con su mejor amiga. Llena de enojo, ira y tristeza acudo a mi refugio; la navaja que utilicé aquellas noches y que después de días volví a utilizar, comencé corte tras corte, lagrima tras lagrima, grito tras grito, sangre derramada alrededor de mi muñeca, pase la noche en vela con insomnio y recuerdos que consigno traía mas y mas lagrimas con culpa, desprecio y odio.

Paso 2 meses encerrada en mi cuarto, el único lugar donde permanezco a salvo de las humillaciones y ataques de la sociedad. Mis compañeras de clase se preguntan que me ha sucedido pero nadie se anima a venir a mi casa, una causa más para suicidarme, tomo aquel frasco de pastillas que me tranquilizan, con lagrimas, últimos cortes, me despido, escribo por última vez aquella nota que había hecho una y otra vez en el pasado, me recuesto en mi cama, todo se torna de una oscuridad, siento sueño, miro la figura de una persona no presto atención, quedo dormida.

Pienso que no volveré a despertar...

Despierto en la sala de un hospital, cuando a lo lejos escucho a mi padre reclamándole al médico diciéndole que sería mejor para todos si yo muriera, el médico molesto por dichas palabras le contesta -déjenos hacer nuestro trabajo-, mi padre molesto se sale de la sala del hospital...

CONTINUARA...

cariño suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora