Un encuentro que cambió el destino

Tensión y un baño.

Sí... No es una falsa alarma, en verdad soy yo y no han pasado al menos 6 meses. Todavía pasan milagros en este mundo.

Bueno, espero que disfruten el capitulo bellezas.

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A lo lejos observó la que fue la casa de Lucy, ahora destrozada y malograda. Sabía que no podía dejar a la chica descansando en ese lugar por lo que primero decidió limpiar sus heridas en el claro cercano.

Aterrizó y la recostó con delicadeza a la orilla del agua, rompió un trozo de su ropa y la mojó en el agua.

-Siempre es así- dijo con pesadez limpiando la sangre de su estómago. La herida que había ocasionado la cadena ya se había cerrado, pero había dejado una fea cicatriz que su magia no pudo sanar.

-Señor- le llamó alguien a sus espaldas.

Al darse la vuelta vio que la que habló fue Virgo, el espíritu de la sirviente de Lucy, quien se posicionó al lado de su ama. Detrás de ella estaban todos los espíritus estelares de la chica, con expresiones neutrales.

-Queremos explicaciones- exigió secamente Loke.

-¿Sobre qué?

-¡Más te vale no hacerte el gracioso!- amenazó Acuario.

Raciel suspiró, no tenía caso tratar de evitar el tema si ellos demandaban explicaciones enfadados.

-¿Quien tomó posesión de su cuerpo?- preguntó Loke.

Un silencio tenso se sitúo entre todos mientras el chico terminaba de limpiar lentamente a Lucy.

-Esto no debería ser así- dijo finalmente Raciel con un suspiro miró cansadamente a los espíritus.

-¿Como debieron ser entonces?- fue el Rey Espiritual el que preguntó, apareciendo en su gran esplendor.

-Les diré lo que sepa, pero mientras la curo ustedes arreglan la cabaña- propuso.

Lo meditaron por unos segundos para después encaminarse al lugar sin pronunciar ni una palabra.

-¿Necesitas algo más?- preguntó Raciel al Rey Celestial.

-No serás capaz de proteger a mis viejas amigas si dudas- le encaró el Rey.

Raciel tomó con sorpresas dichas palabras, como si le hubieran abofeteado. El chico no contestó nada, sólo bajó su mirada con frustración.

El espíritu le dedicó una última mirada a ambos para después regresar al mundo espiritual.

-¿Crees que no lo sé?- preguntó al aire con frustración- ¡Maldita sea!

-No deberías maldecir, lo sabes- le regaño una voz a sus espaldas.

-¿Qué más puedo hacer además de maldecir todo esto?- le respondió enfadado.

-Pues volverte más fuerte- respondió Henri solemne.

-¡Ya me cansé de esto! Hemos hecho esto por mucho tiempo... - su voz se quebró mientras miraba a la chica que estaba inconsciente.

-¿Entonces qué? ¿Quieres abandonarlas?- contra atacó.

-¡Yo no...! - le miró escandalizado por sus palabras, sus ojos volvieron a mirar con culpa a la chica.

-Iba a ser duro, ambos lo sabíamos, pero ellas nos necesitan- Henri tomó entre sus manos el rostro de Raciel, obligándolo a mirarle-. Lucy... esta chica no va a sobrevivir si tu no eres fuerte.

En ese mismo momento, como si supiera que estaban hablando de ella, se quejó de sus dolor soltando un pequeño grito ahogado.

Loke llegó al segundo despues, con mirada seria observó a los dos hombres por un par de segundos, la tensión entre el albino y el espíritu era palpable, pero ninguno dijo nada. Loke tomó con cuidado entre sus brazos a su amiga y se largó bajo la atenta mirada de ambos.