Las luces parpadeaban en incandescentes oleadas de colores, tintando el ambiente de euforia y calor. Rojo, Azul, Naranja, Violeta. Tenia que esquivar con mi vista los reflectores, que mientras mas cambiaban me colocaban la mirada lenta, como observar la escena como una secuencia de imágenes. Habían personas que aún no conocía en el medio del salón, moviéndose en un vaivén desfrenado al ritmo de la música. Demasiado ciegos como para saber exactamente lo que hacían. Apenas eran las once y sin embargo ya podía ver a personas repulsando sus bebidas por la boca, otros usaban sus bocas para otras cosas. Donde me encontraba sentado la puerta del baño quedaba a la izquierda, lo suficientemente cerca como para, que a pesar que la música reventaba en mis oídos y vibraba en el concreto, podía escuchar los gemidos de una pareja que hacía un rato que tenían dentro.
-¡¿Me estás escuchando?! -. Volteo mi vista al otro lado del sillón, pegada a mi lado una chica. Linda, casi sin cabello; como una pequeña capa de vellos oscuros encima de su sien. Estaba tan absorto en mis pensamientos que apenas recordaba que ella estaba a mi lado. Aunque a pesar de estar buena no tenía ningún interés en ella.
-Sí, vale -. Dije, ella simplemente siguió hablando de su vida, problemas, inseguridades, sueños... un montón de cosas que simplemente yo no podía mantener en mi mente, ya que su voz se había convertido en una lírica recurrente para la música de fondo. Todo lo sentía como si solo fuera un espectador, que no tenía control sobre su propio cuerpo; solo observaba. Una vez leí sobre ese concepto, que en realidad, las personas solo observamos nuestras vidas, mas no tenemos juicio ni poder sobre ellas. Nuestro cerebro ya ha planeado todo el momento y solo nos hace creer que estamos en control. Cuando en realidad las decisiones ya han sido planificadas y calculadas por él. Pero esta sensación se había intensificado cuando el alcohol había transformado mi sangre en un liquido caliente, podía sentir como corría por todo mi cuerpo. Y la única forma en la cual caigo en la realidad, la que me hace aterrizar en el planeta tierra.
-¡Viniste! -. Grita Eva, con sus brazos al rededor del cuello de Even. El sonrié y tan rápido como ella llego, se va. Andaba igual que siempre, una chaqueta de jeans, pantalones rasgados y una novedad, una camisa gris. Su cabello cambiaba de tono siguiendo a la luz de color que provenía del fondo de la habitación. Mira a los lados, buscando algo. Justo cuando sentí mis ojos perderse en el, admirando toda su figura de dios. Sintiendo ya no calor por mis venas sino que por todo mi cuerpo. El voltea, me mira directamente a la cara. Yo no aparte mi vista de el, aun cuando el sabía que lo estaba mirando.
Pero no pude seguir, voltee a donde estaba la chica pero ella ya no estaba ahí. No habia mas nada que un sofá vació. Cuando vuelvo a voltear donde Even, había desparecido en la multitud. Ya no lo podía ver y las luces incesantes no ayudaban. Intente buscarlo con mi mirada pero por mas que me movía no podía ver ni un rastro de el. Me levanto del mueble solo para sentir como me caía por dentro, como el vértigo se había vuelto mi sensación principal fuera de la sensación de estar en otro planeta, viajando desnudo sobre una estrella a la velocidad de la luz.
Una experiencia instintiva extraña corre desde mi abdomen hasta la punta de mi lengua, cierro mi boca justo a tiempo y coloco mi mano sobre ella antes de darme cuenta de que mis zapatos estaban mojados de vomito. Pero no era el mío, estaba completamente seguro que mi boca todavía seguía llena del liquido ácido y pegajoso. Cuando sigo el rastro que dejo el vomito puedo ver a un chico tumbado en el suelo igual todo empapado de la sustancia viscosa. Las sombras no me permitían ver su rostro; tampoco una escena que quería ver.
Me voy moviendo por toda la multitud hasta poder llegar al jardín trasero, donde a pesar de que los muebles estaba repletos de gente, la sensación de fiesta podía sentirse menos y donde las plantas daban el espacio perfecto para repulsar el liquido que se hallaba en mi boca. Me acerco a una sin siquiera ver a quien se encontraba a los alrededores y llevo mi mandíbula hasta abajo para sentir como una pequeña hierba roza con mi lampiña barba amarilla. Toda la planta queda sucia de vomito junto con la tierra, y cuando creo que no hay más siento como mi estomago genera mas del liquido y dejo también las hierbas de los alrededores mojadas. Me levanto y intento buscar una regadera o algo con que quitarme la sensación de asco de mi cuerpo. Justo cuando Eva, en las ultimas, se acerca a mi con un abrazo en mi cintura.
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MUNDO PARALELO (EVAK)
RomanceIsak Valtersen comienza segundo año en un Instituto al norte de España; luego de haberse peleado con sus mejores amigos la depresión es su único acompañante cuando las noches se vuelven frías y el miedo aparece como una sombra gigantesca que lo pued...