Capitulo 9. Ojos de Sonrisa

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"El día de hoy nos vamos a desnudar; entregaremos las almas sin una pizca de materialismo. El día hoy lo tenemos claramente propuesto para desfogarnos en aclaraciones y deseos turbios. Dudo mucho que podamos ser sinceros. Lo malo de querer explicar razones es que pareciera más nos alejamos de la veracidad. Confundimos la sintaxis; la volvemos un cúmulo de fonemas sin lógica. Somos, pues, un entramado de ideas no concretas, de pensamientos vacíos.




Hoy estaba programado para vernos de frente y aclarar el origen de la podredumbre. Ensayé con el espejo un discurso que podría postularme para poeta maldito. Me enfrenté a mi "yo" orgulloso que, muy en el fondo, sabía dónde radicaba la naturaleza de tus arranques iracundos. Descubrí, muy a pesar de mi narcisismo pedante, que el origen estaba en mi monstruosidad.




Concluí, entonces: toda relación termina por un fracaso. El fracaso siempre fui yo..."




—Los amigos se cuentan hasta las intimidades en la cama —se excusó un curioso SeHun que desde hace media hora intentaba darle una justificación a mi adormilado semblante. Qué suerte que en mis pensamientos estaba muy bien protegido. Sé que quiere ayudar. La nobleza de mi amigo era tal que, lejos de insistir una respuesta por morbo, era para intentar buscar soluciones. Pero a veces tiendo a ser egoísta. Me guardo muchas de mis intimidades hasta con él. He de confesar que la culpabilidad es mucha pero ni así me decido a deshacerme en palabras que puedan ser el motivo de sus pesares. No es tan malo sufrir en silencio, de hecho, te otorga cierta tranquilidad imposible de explicar. Sé que es difícil, sé que probablamente nada estará mejor el día de mañana y también sé que yo solo puedo levantarme.




Estoy harto de dar el argumento gastado de: "soy gay y sufro por eso", no es justificación para que oculte mis sentimientos, ni siquiera tiene una pizca de lógica. Puedo pasarme horas hablando de lo delicioso que es estar con dos personas a la vez igual que lo hacen las chicas de mi clase. Nada me lo impide. Tanto ellas, o ellos, como yo, estamos en el mismo nivel de disfrutar de nuestra sexualidad sin temer. Lamentablemente no tenía tiempo para presumir situaciones como esas. La prioridad de mis preocupaciones y mis más grandes esperanzas se debían a un solo chico. Ah, querido DongHwa, ¿ya habrás despertado?




—Es en serio, DongHae. No me gusta hablar con los libros —.




—Te estoy poniendo atención —.





—No quiero esa clase de atención, ¿sabes? Necesito de tu verdadera atención. Me estás ignorando de una manera atenta —.





—...¿Me puedes descifrar lo que acabas de decir? —el resoplido de mi aniñado amigo solo me hizo sonreír. Suspiré cerrando el libro. Lo dejé dentro de la mochila. Desde hacía algunos minutos que no había cambiado la página siguiente. Tenía mis motivos.





—¿Qué debo hacer para que confíes en mí? —.





—Esa actitud no funciona conmigo —enarqué una ceja en cuanto la expresión furibunda en su rostro me provocó un nudo en el estomago. ¿Qué puedo hacer? La verdad es que sí logra conmoverme cuando entrecierra sus ojos y habla de manera pesada. Es como ver toda la decepción del mundo reunida en sus pupilas. Pero todavía puedo ser firme. Aún no logra descolocarme por completo. ¿Lo he mencionado antes? Hubo un tiempo en el que SeHun me tenía loco. Era como estar frente a todo un adonis rogando por atención y para nada me costó trabajo el otorgársela.





Claro que estoy hablando de cuando éramos tan solo un par de adolescentes. Hace bastante tiempo que nos conocemos. Y por eso fue que desistí de cualquier sentimiento. Un amigo no se toca, un amigo no se ve con más cariño del que se debe, un amigo no debe rebasar las líneas de la intimidad porque entonces puede que sea más difícil sacarlo de tu vida cuando te gusta y claramente tú no eres correspondido.




Matemos a cupido [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora