Michael se encontraba corriendo hacía Ámbar Y Alan, el galopar de los caballos se oía cada vez más cerca.
Gracias a Dios llego, los tomo a los dos de la mano y mientras que corría les decía que pasaba.
Mike: Unos bandidos se acercan y según Sam son muy peligrosos, así que corran.
Ámbar: Sabes que no soy tan rápi- wou.
Ámbar había sido levantada por Mike, y la estaba cargando al estilo princesa. Alan corría a su lado y le impresionaba que Mike con el peso que cargaba iba a la misma velocidad que él.
Alan: (¡¡Pero que carajos se toma este chico!!).
Mike: Alan apresúrate o te quedaras atrás *saltando la raíz de un árbol*
Si lo mirabas de cierta forma, Mike parecía que estuviese una pista con varios obstáculos. Saltando raíces y una que otra cosa que estaba tirada en el suelo, esquivando flechas de bandidos que estaban cada vez más cerca. Y la cereza del pastel fue que justo mientras miraba hacia atrás para esquivar las flechas Alan le grito que delante de él estaba la mesa, y él se deslizo por debajo de ella...manteniendo a Ámbar a salvo en todo el trayecto.
Alan: Este chico no es de aquí.
Ya a salvo en la cabaña Sam comenzó a mover una mesa de madera bastante grande y Alan un armario para que hagan de barricada.
Mike fue a dejar a Ámbar en un cuarto y le dijo que no diga nada hasta que él se lo diga.
Mike: Ámbar ya está protegida.
Sam: Ve y quédate con ella, Alan y yo protegeremos desde aquí. Necesito que cubras la parte de atrás.
Mike: Ok.
Alan: Suerte.
El joven Ore tomo su rifle junto con el resto de armas y corrió al lado de su hermana. Hizo un pequeño hueco en las ventanas por los cuales pueda disparar. El galope de los caballos era lo único que le decía que estaban hay...eso y los gritos de pelea.
Hasta que se detuvo y hubo silencio por un momento.
Sam: ¿Cuántos logras ver?
Alan: Creo que nueve, cuatro con rifle, tres con escopeta y dos con una clase de lanza.
Sam: Genial.
Uno de los que llevaba rifle bajo de su caballo y le hizo unas señas a los otros para que rodeasen la casa. Este se puso delante de ella.
Bandido1: Supongo que están ahí, así que salgan ahora a enfrentar su castigo.
Bandido2: Sii.
Sam: Lo lamentamos, pero sinceramente creo que nuestro rey nos puede dar un castigo más severo si no llegamos a tiempo así que ¿por qué mejor no se largan?
Bandido4: Jajaja, tranquilo, cuando estés muerto no hay castigo que te puedan imponer.
Bandido7: Si, además...no son a ustedes a los que venimos a buscar.
Alan: ¿A no?
Bandido7: Claro que no, nos informaron que había una chica con ustedes...y nosotros la queremos.
Mike: Sobre mi putrefacto cadáver.
Bandido3: Que así sea.
Los tres bandidos con escopeta estaban en la parte de atrás, a izquierda y derecha de la casa estaban los de rifle. Y sentados en sus caballos los de las lanzas.
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Michael Ore: El Nacimiento de Una Leyenda
Phiêu lưuDéjame preguntarte algo Si tuvieses la oportunidad de vivir una gran aventura, a sabiendas de que puedas perderlo todo y quedarte sin nada....la tomarías?