Volver a bailar y... perder las esperanzas?

503 61 64
                                    

La dirección había sido anotada cuidadosamente en griego y la llevaba en un papelito en el bolsillo... era su primer trabajo como bailarín después de bastante tiempo.

Tenía muchos nervios y no estaba con él la única persona que lo calmaba en esos momentos de ansiedad; otra vez su rostro se ensombreció al pensar en Kanon, pero al mismo instante en que entró al escenario fue el recuerdo de su amigo el que lo hizo sonreir y disfrutar de lo que sabía hacer.

Se lo debía, él le había enseñado todo lo que sabía para que fuese bueno,  muy bueno en lo suyo...

Su primer show fue muy bueno, gustó mucho y lo fueron recomendando... comenzó de nuevo a ahorrar dinero; ahora tenía nuevas metas y no pararía hasta conseguirlas.

-¿Cómo te encuentras amigo?

La voz de Milo al final de cada día era una alegría que se regalaba a sí mismo.

El peliazul se había convertido en alguien infaltable en su vida... era su amigo, su confidente... lo quería muchísimo, aunque este mismo sentimiento lo hacía sentir culpable, como si de a poco fuese reemplazando a Kanon con Milo...

No era así para nada pero igual lo sentía. 

Había pasado un año casi y Camus desde hacía poco más de un mes vivía en un pequeño departamento en Grecia; Degel y Hyoga lo seguirían en poco tiempo, esperaban el alta médica definitiva de Hyoga...

Milo le había hecho tarjetas de presentación y había repartido en casas de eventos, por lo que, en seguida que llegó a Grecia pudo empezar a bailar en fiestas privadas y hacer clientes que lo recomendaban gustosos.

Era su cumpleaños dieciocho, Camus se levantó muy temprano a pesar que había trabajado la noche anterior.

Al encender su celular encuentra una foto de Hyoga sonriente y el texto:¡CAMI, FELIZ CUMPLEAÑOS! TE AMO MUCHO! MIRA MI REGALO PARA TI... (se corta el mensaje para mostrar una foto con un papel que decía: Hyoga Verseau alta médica total. Recuperación absoluta.)

Los ojos de Camus se llenaron de lágrimas y su corazón parecía estallar de felicidad; siguió leyendo el mensaje de su patito: ¡GRACIAS CAMI! AHORA QUE ESTOY BIEN Y FUERTE Y SOY MÁS GRANDE, PAPI ME CONTÓ TODO LO QUE TRABAJASTE PARA QUE YO ME PUDIERA SALVAR Y YO... YO TE AMO MAS QUE A NADA EN EL MUNDO, CAMI! QUEREMOS ESTAR CON VOS EN TU DÍA ASÍ QUE YA ESTAMOS SALIENDO PARA GRECIA, TE VEREMOS EN LA NOCHE! CAMI, ¿TE HE DICHO QUE TE AMO?

Camus lloraba y reía al mismo tiempo; estaba feliz, tan feliz! ya estarían todos juntos en familia de nuevo, con una nueva vida y muchos sueños por cumplir...

Sólo le faltaba esa persona para que su felicidad fuese completa.

Desayunó, atendió los llamados de sus amigos que lo estaban enloqueciendo con fotos y mensajes con tarjetas y chistes que sólo tenían por finalidad, sacarlo de los pensamientos tristes que sabían, Camus tenía en esos momentos.

Luego, fue a un shopping y compró todo lo que necesitaba para cuando sus amigos lo visitaran y para esperar a su padre y hermanito...

Guardaba en su bolsillo un paquetito que al llegar a su departamento abrió inmediatamente; se encerró en el baño un buen tiempo y luego se duchó.

Milo fue el primero en llegar; tocó el timbre y al abrir la puerta se encontró con un Camus con look cambiado, se había teñido el cabello exactamente como un año atrás cuando Kanon le había regalado esa tintura pelirroja...

El peliazul estaba acostumbrado a la belleza de Camus, lo había hechizado desde el primer momento que lo había visto, pero ese día sus ojos tenían un brillo especial...

Bailarina particular (Private dancer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora