1/1

449 91 40
                                    

DoJoon iba caminando por los pasillos con una gran sonrisa encantadora e hipnotizante, con sus cabellos del color del mismo chocolate , igual de dulce que su personalidad y su pura presencia, emanaba un aura resplandeciente que podías ver y sentir solo con estar a unos metros cerca.

El chico era realmente atractivo.

Según HaJoon quien le miraba desde su casillero embobado y con los ojos tan brillantes, que podían hacerse pasar por las mismas estrellas.
WooSung, que estaba a su lado contaba los segundos, cuando llegó al número treinta comenzó a chasquear sus dedos frente a HaJoon, ayudándole a salir de su burbuja en la que pudo jurar ver corazoncitos brotando desde cada poro de su piel.

"Estás completamente enamorado" Dijo.

"¿Qué? N-no sé de lo que me estás hablando, sólo es amigo de mi primo" Respondió el azabache con ambas mejillas teñidas de un suave rosa.

"Oh, vamos ¿Vas a negar que te gusta por decimosexta vez?" Cuestionó exasperado por la actitud de su amigo.

"¿Llevas la cuenta?"

"Eres demasiado obvio, de seguro ya se dio cuenta" Alegó WooSung rodando los ojos y comenzando a caminar para llegar a tiempo a su siguiente clase.

"¿De verdad lo crees?" Preguntó HaJoon inocentemente preocupado, siguiéndole el paso.

"Entonces si te gusta" Afirmó el mayor con una sonrisa socarrona, mostrando sus dientes alargados.

"Yo nunca dije eso" Respondió sonrojándose furiosamente.

"Lo admitiste indirectamente" Explicó Kim, a lo que el menor se regañó internamente por haber sido tan ingenuo. "Deberías confesarte"

"¿Qué?" Gritó HaJoon, haciendo que algunos alumnos que pasaban por allí lo mirasen de forma acusadora y curiosidad.

"Es sólo un consejo, quizás también le gustes"

¿HaJoon gustarle a DoJoon?¿A Park Do Joon?¿Cómo podría eso ser posible?

El menor era un chico demasiado tímido, sin nada que destacar excepto su habilidad para la repostería y sus excelentes notas académicas. Siempre con un libro de recetas entre sus manos.
En cambio DoJoon era lo contrario, atlético, practicaba boxeo durante su tiempo libre y baloncesto en el equipo escolar, tenía las notas más altas de la generación, con habilidades para cualquier cosa que se te pudiese ocurrir; canto, baile, damas chinas, ajedrez, videojuegos. Podía redactarte un poema entero en solo cuestión de segundos y resolver un examen de química en pocos minutos. HaJoon estaba seguro de que el muchacho podría construirte un cohete que te llevara a Júpiter en solo una noche.

Horas después, cuando se enteró con la voz de su primo JaeHyeong que a DoJoon le gustaban los dulces-cosa que escuchó mientras se escondía detrás de las gradas en el entrenamiento el equipo-, se le ocurrió la gran idea de preparar algo para él, como una confesión siguiendo el consejo por parte de WooSung. Lo recordó durante su trayecto a casa, ideando el plan perfecto para que el detalle llegara a sus manos sin dárselo directamente y en buenas condiciones.

Después de unas horas sus padres se sorprendieron al ver al chico decorando trufas, con un poco de cacao en polvo en su mejilla y los dedos bañados en chocolate.

"Pero sí ayer horneaste galletas" Dijo su madre depositando un suave beso en su mejilla limpia.

"Esto es parte de un regalo especial" Respondió con una tímida sonrisa. La cual le devolvió.

"Espero que ese regalo nos beneficie también, nunca he probado tus trufas" Dijo su padre robando una del plato sin decorar.

Really Really - 2JOON - O.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora