Prométeme que serás feliz |NoRen| Jeno/Renjun

Please, promise me that you will be happy.

Renjun acaricia lentamente el rostro de Jeno, queriendo plasmar permanentemente la sensación del tacto de su piel en sus dedos. Delinea su pómulo y su barbilla. Su vista viaja desde su mentón hasta el cabello que cae rebelde por sobre sus ojos.

La luz del sol es retenida por los visillos de la ventana, pero aun así es lo suficientemente fuerte como para dejar ver los casi invisibles vellos de su cara. Renjun se mueve más cerca de él, dejando un pequeño besito en su mejilla. Su cuerpo duele en consecuencia de la acción, a pesar de que Jeno fue gentil con él la noche anterior.

ㅡRenjun, es hora.

Renjun cierra sus ojos, disfrutando de la última cercanía íntima que tendría junto a su mejor amigo de toda la vida. Pasa sus brazos al rededor del torso desnudo de Jeno, como si pudiera impedir que se levantara de la cama, que fue su confidente por tantos años, y así pudieran disfrutar de su apasionado amor por el resto de sus vidas. No era posible.

ㅡEs cierto, debes prepararte para tu boda.

La amargura era palpable en sus palabras y le deja un mal sabor en la boca. Deja de abrazar a Jeno cuando siente unas palmaditas en sus brazos. No quiere, tiene miedo, pero sus brazos se despegan como en automático. Es consciente de que no puede complacer sus caprichos.

ㅡ¿Estarás presente?

Jeno está de pie frente a él, totalmente desnudo y Renjun no siente lujuria alguna, lo único que desea con todas sus fuerzas es llevarlo de vuelta a la cama y abrazarlo, cerrar sus ojos y luego abrirlos, esperando que todo fuera solo una horrible pesadilla producto de sus más profundos miedos. Pero es la realidad, así que solo se permite contemplar el cuerpo que ya había besado por completo, el cuerpo que solía abrazarlo y que desde unas horas más tarde, ya no le pertenecería a él.

ㅡNo puedo perderme la boda de mi mejor amigo, Jeno.

Renjun sonríe levemente y Jeno suspira, lleva ambas manos a su rostro y lo cubre, levantando la cabeza en vista al techo.

ㅡ¿Cómo puedes estar tan tranquilo?ㅡpregunta, su voz saliendo cansada, sin vida.

Renjun suelta una risita totalmente vacía.

ㅡJeno, mírame, me estoy muriendo por dentro, ¿cómo es que piensas que estoy tranquilo cuando el amor de mi vida contraerá matrimonio en menos de diez horas?

A Renjun se le forma un nudo en la garganta, pero sabe reprimirlo. Jeno aleja las manos de su rostro y, dándole una mirada rápida, se escabulle rápido al baño por una ducha.

Renjun relaja su cuerpo que había estado tenso, sin haberse dado cuenta antes. Deja escapar un sollozo y respira profundo, tratando de calmarse.

Tranquilo. Como si pudiese estar tranquilo sabiendo que esa misma tarde Jeno le juraría amor eterno a una persona que no era él.

Trata de dormir, pero no lo consigue. Recorre la cama en busca de una posición más cómoda. Frustrado, descansa boca arriba, mirando su techo color blanco perla. Recuerda las miles de veces que había tenido esa misma vista, pero en la mayoría de esas veces tenía el cuerpo de Jeno encima del suyo. Su mente viaja al pasado, recordando todos los momentos que compartió con Jeno en aquel lugar. En sus treinta años, Jeno había sido el único en tocar el suelo de su habitación.