Capítulo 9

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   Esa voz, ese tono, el miedo que sentí cuando lo escuché.
   Paul estaba parado detrás de mí.¿Cómo era posible?
   Me quedé unos minutos pensando y después lo comprendí.
   Él había repetido, por eso no entraba a clases esta semana.
   Pero de todos los cursos, ¿tenía que estar justo en el mío?
   Ya era un infierno aguantarlo a la entrada y salida del colegio, me imagino todos los días, todo el tiempo, en el mismo lugar. Paul Butcher en mi curso. En serio tenía miedo.

Me di vuelta hacia la clase para ver que asiento estaba vacío. Había solo uno que estaba desocupado, en el fondo… junto a la chica nueva.
No es que me molestara sentarme con ella. Pero todos mis demás compañeros sabían cómo era yo; ella no me conocía, tal vez quisiera socializar, hablarme o algo. Y eso sí me molestaba.

Pasaron casi todas las materias y ella ni me notó. Miraba al frente, copiaba, nunca giró su cabeza para mirarme, nunca me saludó y por mí eso estaba bien.
   Pero en la última materia, antes de que el timbre sonara, ella se dio vuelta hacía mí. Parecía como si quisiera preguntarme algo pero luego se arrepintió, no dijo nada. Se quedó mirándome y yo a ella, fue incómodo. Luego de unos segundos se dio cuenta y corrió su mirada abruptamente.
   Tocó el timbre y salimos, sin mirarnos. Estaba tan distraído con mis pensamientos que no había escuchado sonar mi celular, me estaban llamando. Era Jennifer, justo ella. No tenía ganas de hablar con nadie pero menos con ella. No le atendí, podría excusarme diciendo que no lo había escuchado o ya inventaría algo.
   Ella volvió a llamar. Pensé que podría haberle pasado algo, pero si fuera así ella no me llamaría a mí. Llamaría a su esposo, su familia, sus amigos. Ella no estaba tan sola como yo. Definitivamente si yo estuviera mal, acudiría a ella. Mejor dicho, estoy mal y acudo a ella. Solo soy dinero para ella, no se interesa por mí, solo por la plata que el estado le da a cambio de mis secciones.
   Así que no le atendí. Yo tenía secciones los lunes y miércoles, y como hoy ella no iba a ir; la vería dentro de dos días. Allí podría hablarme todo lo que quisiera.

De eso se trata.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora