Debería elegir: seguir adelante con la decisión de convertirse en una
solterona... o correr a los brazos de aquel guapísimo desconocido.
Andrea Darent no tenía la menor intención de casarse hasta que la besó
un elegante desconocido con ojos de color avellana. El marqués de
Miller, un elegante libertino, se había quedado tan profundamente
cautivado por aquel beso que había decidido conquistar el corazón de
Andrea, aunque ella se encontrara en Londres presentándose en sociedad y
hubiera que tener especial cuidado en no manchar su reputación...