20. Cumpleaños (primera parte.)

7 1 0
                                    

Sin pensarlo dos veces marco el número que está escrito en el papel con manos temblorosas me pongo el celular en mi oreja, uno, dos, tres, cuatro tonos y la línea es descolgada.

Silencio.

-Sabía que llamarías. –contesta la misma voz distorsionada que me a andado siguiendo durante todo este tiempo.

-Qué quieres. –digo lo más fuerte posible.

-Es obvio no, a ti estúpida, sabes ya me aburrí de fastidiar tu vida, ahora quiero acción, acción de la buena –me da un escalofrió sus palabras suenan tan maquiavélica. –Te mandare una dirección y vendrás sola, escuchaste, sola inepta... ven rápido antes de que me desquite con Zac.

Voy a responderle pero corta la llamada. ¡mierda! ¡mierda! Ahora si me tiene atrapada, por fin conoceré a la sombra, por fin.

Encima de mi pijama solo coloco un abrigo que me llega hasta las rodillas. Llevo mi celular por alguna emergencia. Salgo de la habitación hacia el balcón, con cuidado de que no se escuche ruido, bajo el árbol. Voy al jardín a buscar la bicicleta que usaba antes para ir al instituto, la encuentro en una esquina mis ojos se iluminan.

Ya estoy como a diez kilómetros lejos de casa. La noche de hoy hace un frío terrible, mejor me hubiera puesto jeans. La dirección es "Calle 9, avenida merry" es a las afueras de la cuidad, en una fábrica de azúcar que no funciona hace como dos décadas (Google ayuda muchísimo)

Llego al lugar con dolor en mis piernas e pataleando demasiados kilómetros. Dejo la bici escondida tras un arbusto para que nadie pueda verla, por si me toca escapar de algo ya se dónde la tengo escondida. Camino con rapidez hacia la entrada abrazándome a mí misma, toco la puerta tres veces no hay respuesta. Solo falta que todo esto sea un estúpido juego o broma, cuando estoy por irme la puerta se abre rechinando de una manera que te sangran los odios.

Temerosa me adentro a la fábrica. Todo esta tan antiguo con tan solo iluminada con un foco amarillo, no debí venir sola. E recorrido cada parte de este ligar y no hay nada, todo fue una estúpida broma. Estoy comenzando a pensar que al hacerme venir hasta aquí, "La sombra" me demostró que con solo decirme unas palabras me tiene a su disposición. Molesta voy a salida pero me asusto al escuchar un estruendo al fondo del pasillo donde me encuentro.

-Sky eres tu. –escucho la vos de Zac. ¡Zac! Corro al final y ahí está amarrado a una silla con un trapo a un lado de su boca.

-¡Zac! Donde está.

-Se ha ido, se arrepintió a los segundos que te hablo –cobarde –Ayúdame a soltarme. –con dificultad soltamos cada nudo en silencio; pero tengo tantas preguntas que hacerle necesito saber si vio su cara, y como lo trajo hasta aquí. Ya desamarrado salimos del lugar. Zac dice que vallamos al nuestro lugar según dice está muy cerca de aquí. Luego recuerdo a mi bicicleta y vamos en ella, el patalea y yo voy sentada en el tubo que está bajo el asiento.

-No te voy andar con rodeos, necesito saber si viste su cara. –pregunto sentándome en la gran roca.

-No, llevaba pasamontañas. –una parte de mi no le cree, no me ve a los ojos.

-Y cómo te atrapo. –insisto.

-Amor, olvidemos eso sí, ya no importa, estoy seguro que no volver a molestarte. –frunzo el ceño.

-Como sabes que me molesta si nunca te conté. –su rostro es todo un poema.

-Ella... Me conto todo... -responde nervioso.

-Es una mujer.

-Sí. –baja la cabeza. –Todo esto solo señala que es Martina es la única se podría decir enemiga que tengo.

Todo Se Desmorona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora