Boruto Uzumaki abandonó la aldea de la hoja cuando era joven y empezó una nueva vida lejos. Ha hecho nuevos amigos y tiene a personas importantes para él, pero todo eso cambia cuando Hikari es asesinada en combate. Aún después de conseguir venganza...
Historia sin editar. Hola, espero les guste en el capítulo no olviden comentar y VOTAR.
Estoy aprovechando mis vacaciones para actualizar todo lo que pueda, por que cuando empiece a trabajar ya no podré subir capítulos de forma frecuente.
Tres meses después.....
-¿Hasta cuándo vamos a posponer el viaje?
-Unos cuantos meses. Hasta que esté todo en orden en el barrio Uchiha.
-Pero ya han pasado tres meses desde que inició la construcción....
-Sólo ten paciencia Boruto. En cuanto todo esté en orden iremos de viaje.
-Ya no puedo esperar, quiero ir de viaje contigo, Sarada.
-Y yo contigo.
Ambos jóvenes estaban recostados en la hierba, cerca a un riachuelo en medio del bosque. Boruto amaba aquellos momentos de paz y sencillez. Solo los dos, sin perturbaciones, pero últimamente sentía unas punzadas en el pecho, una suerte de nostálgico vacío que lo atacaba, sobre todo cuando Sarada y él estaban a punto de hacer el amor.
¿Qué sería aquello que lo perturbaba de ese forma? No tenía idea, sin embargo tendría que enfrentarlo tarde o temprano. Más bien temprano por que cada vez los encuentros con su chica eran más intensos y no pasaría por la vergüenza de no poder responder.
La sintió moverse, de un brinco se levantó y le dio un beso.
-En la tarde voy a tu casa, ahora debo ir con Sanosuke a entrenar.
-Ese niño...- masculló fastidiado Boruto.
-¿Qué tiene mi hermanito?- contrataco Sarada.
-Se le pega mucho a Hanako.
-Jajajaja un hermano celoso. Son niños, déjalos en paz.
Después de darle otro beso, Sarada partió rumbo al campo de entrenamiento número tres, en donde practicaría con su hermano menor tres horas, para después bañarse e ir a buscar a Boruto. No era despistada, ya había notado que cada vez los encuentros con Boruto subían de tono hasta casi hacer el amor. Casi era la palabra clave, puesto que nunca llegaron al final. Siempre se detenían al alcanzar el orgasmo y para llevarla a hasta ese punto, el joven Uzumaki no necesitaba penetrarla.
El que Boruto jamás mostrase la intención de llegar al final le preocupaba un poco. Incluso llegó a pensar que ella no le resultaba atractiva, pero la forma en que la toca y la besa le decía lo contrario. Así que ese día decidió ponerse lencería de encaje negro, un conjunto sexy que vio en una tienda. Ella era del tipo de chica que iba tras lo que quería y esa era su forma de darle un empujón de una vez por todas a Boruto.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A paso firme se dirigió a casa de Boruto, tratando de mantener su determinación hasta el final o al menos hasta llegar a la residencia, pero con cada paso que daba se ponía nerviosa. «Estoy perdiendo valor» «vamos Sarada» «Estás lista»
Ya en la puerta, fue recibida por Midori.
-Adelante Sarada, Boruto está en su alcoba. Yo voy de salida.
-Ok- a paso vacilante fue hasta la habitación, tocó la puerta e ingresó. Lo encontró echado en la cama, con los brazos tras la cabeza en una pose relajada. Al verla se sentó y le dirigió una sonrisa.
-Ven, siéntate a mi lado.
Ella obedece, cuando ya está a su lado la besa y se vuelve a recostar, llevándola con él.
-Me alegra que estés aquí.
-Y a mí me alegra estar aquí.
Sin más se entretuvieron en una conversación trivial, acerca de la vida cotidiana, intercalada con bromas. Como ya era costumbre en algún momento empiezan con los besos y luego con las caricias. Sarada es capaz de sentir la extinción del joven contra su estómago y se tensa por un momento. Después de unos segundos se anima a tocarlo sobre la ropa, provocando una sacudida en el cuerpo de Boruto.
El Uzumaki sabe que es diferente a las otras veces, esta vez van a llegar al final -ahora sí tiene condones- pero algo lo incomoda. Cuándo van a empezar a quitarse la ropa, él se aparta de golpe de Sarada y se retira hasta una cómoda llena de fotos.
La Uchiha está confundida, Boruto no dijo nada,sólo se quedó inmóvil frente al mueble. Sin hacer ruido se aproximó a su lado, pero él no reaccionó. Parecía perdido en sus recuerdos. Lo que vio la dejó en shock, fue como una patada directo al estómago que le sacó el aire. El joven tenía los ojos fijos en una fotografía, en ella aparecían los cuatro: Boruto y Hikari en primer plano, Yukiho y Midori en segundo plano. Sin embargo, su vista estaba fija en la rubia. Esa fue toda una revelación «aún la quiere» y en ese momento escuchó a su corazón que empezaba a romperse.
-Aún la amas- se escuchó articular en voz alta. Lo supo porque Boruto se giró y la miró como si lo hubiese golpeado.
-¿Qué?- la tristeza embargó al Uzumaki. La he herido, de nuevo.
-Me escuchaste- soltó la chica mientras se vestía a toda prisa. Él trató de detenerla un par de veces, pero ella lo empujó con brusquedad.
-No es lo que crees.
-De veras- dijo con sarcasmo- estábamos por hacer el amor y tú te levantas para ver la foto de tu ex. Toda una revelación.
-Escucha Sarada.... solo ten un poco de paciencia, no es lo que estás pensando...
-Me voy a casa, adiós.
Ese parece un adiós para siempre pensó Boruto, una breve distracción que le costó caro, pues la Uchiha aprovechó para salir corriendo. Para cuando pudo llegar a la planta baja ella ya no estaba. Gracias a Yukiho supo que salió a toda prisa de la residencia, antes de perseguirla tuvo que soportar una charla con Yukiho que resultó esclarecedora y molesta a la vez.
Con una decisión tomada y lleno de determinación salió tras su chica.