Lo que significa el "Ser" II

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"Y no importa de donde venga o hacia donde vaya el amor, sigue siendo el mismo que nos damos los hombres y las mujeres, el mismo amor"

No importa cuantas veces cambies de amor, cuantas personas diferentes te dispongas a conocer, lo que hace realmente interesante un romance es aprender a quien amar y cómo hacerlo.

Había una niña católica es mi salón de clases, Alejandra, cumplía años en septiembre, lo recuerdo como si aún fuera ese día, era atractiva, realmente muy linda; a la mayoría no nos agradaba, el primer día de clases recuerdo que tuvo un intercambio de palabras con Her al defender sus creencias. No era su culpa, es para lo que ella está educada, a mi simplemente me caía mal porque en aquel entonces me gustaba hacer muchos amigos y recuerdo cuando fui a hablar con ella para entablar un compañerismo. Tras una forzada plática ella se despidió y yo le dije con tono de broma.

- ¿Por qué te vas? ¿te caigo mal?

Ella me dijo:

- La verdad sí, eres un niño que sólo quiere llamar la atención.

Creo que nunca en mis 19 años de edad había escuchado o leído eso de alguien. Simplemente me molestó y dolió. En aquel grupo había otra chica, Natalia, la clásica chica bonita, la niña por la que todos en ese salón morían, bonita, un hermoso cabello, una figura monumental, Aaron se derretía por esta niña, ¿Y cómo no? Era la clásica chica con la que alucinas en tus sueños más profundos, en tus deseos más carnales; realmente yo no estaba interesado en ella, pero bueno "Para gustos también hay colores".

Después de casi 3 semanas de intentar conquistar a Natalia, Aaron se rindió, pero, era el turno de Alejandra, sabíamos que fracasaría. Comenzó a hablar con ella y parecía que todo saldría bien, pero al mismo tiempo Her también hacia amistad con ambos, en ese instante se muy amiga de Ale y se hacía cercana a Aaron, todo indicaba que a Her le atraía este chico.

Un jueves, o tal vez era viernes, salimos temprano y yo debía ir a un centro comercial llamado Sendero a comprar unas cosas, bueno, siendo honestos un helado, pero no quería ir sólo, sin embargo, para esa hora casi todos se habían ido, sólo estaba Her, después de aquel pequeño beso me sentía algo nervioso debido a que no quería que pensara que lo hacía con malas intenciones; recuerdo invitarle aquel helado y ella me respondió:

- No quiero llegar a mi casa ahorita, vamos.

Creo que eran aproximadamente las 4 de la tarde y decidimos culminar la cita, realmente era un camino muy largo de donde estabamos hacia donde ella tomaba su autobús, subimos a mi camioneta y comenzamos a platicar, estaba muy nervioso porque en ese entonces yo creía que ella y Aaron tendría un romance, en ese momento comencé a lanzar preguntas al aire, preguntas sobre su madre, su familia, su hermano, sus amigos, sus amigas, su crush y su padre.

La práctica transcurría de una manera normal, en la radio había una canción de Carla Morrison que hablaba de compartir, era una simple conversación de amigos conociéndose pero llegó a una parte donde todo se volvió más frágil. Mi padre una vez me dijo que hay respuestas que no deben decirse para preguntas que no deben hacerse.

A pesar de la felicidad que esta niña irradiaba, su vida y su niñez no había sido tan afortunada como la mía. Hay que entender que a veces los padres toman decisiones que a nosotros nos lastiman, pero qué más allá de eso no entendemos. La partida y el abandono de un padre no es algo fácil de llevar, pero es algo con lo que los más fuertes pueden vivir.

Intentando mejorar y alegrar la conversación, comencé a preguntarle qué sucedía entre ella y Aaron, ella me respondió que lo odiaba, me dijo que le molestaba que estuviera cerca de Alejandra, y yo en mi inocencia creía que ella sentía celos de Alejandra, pero, la realidad era otra. Aún tengo en mente la fragilidad y el sentimiento de pena con lo que me dijo esto:

- Me gusta Alejandra, me gustan los niños, así como también me gustan las niñas, quiero que sea algo que cuides, es algo que aún me incomoda decir.

Gracias a Dios ya estábamos llegando a su destino, sólo pude decirle:

- Descuida probablemente para mañana ya lo haya olvidado.

Llegamos, se acercó a mí a despedirse con un beso en la mejilla, se bajó me dijo:

- Adiós, gracias por todo y nos vemos mañana.

Pise el acelerador mientras trataba de procesar todo lo que había pasado en esa tarde. La verdad era de que yo no la veía con otros ojos y no me sentía incomodado por sus orientaciones sexuales, simplemente era la situación del saber que yo era el primero de nuestro salón al que le confesaba eso.











"Quiero caminar y correr a tu lado" Compartir. Carla Morrison.

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⏰ Última actualización: Mar 19, 2018 ⏰

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