Lazos de Sangre - Harry Styles & Tú

CAPITULO 21:

Poco a poco, las nubes dejan de llorar, el cielo deja de estar gris, y un radiante sol acompañado de un hermoso arcoíris, invade el cielo con un azul celeste de la mañana. No me he movido de mi escondite des de la noche anterior. He estado observando cómo caían gotas de lluvia por todas partes y como pasaban distintos animales por mi lado, y les engañaba siendo cariñosa con ellos para luego devorarles sin piedad. Me pongo bajo la sombra de un árbol para que el sol no me dé de lleno en la piel, y por ultimo observo mí alrededor. Debería volver a casa, pero… ¿y qué? No tengo nada que hacer allí. ¿Vuelvo a Ohio? Demasiados recuerdos, y no me iría sin Lucy, y algo me dice que Lucy hará raíces en Paris. 

Me levanto del suelo y hago camino hasta casa. Por el camino, la gente me va mirando, ¿tan mala pinta tengo? Vale, voy en pijama y estoy empapada y tengo una pinta horrible, pero no debe de ser para tanto. Llego al edificio, vaya, ahora si funciona el ascensor. Subo a este y al abrirse la puerta en el ático, veo que Lucas esperaba el ascensor, al verme se queda pálido y entra corriendo en el ascensor para luego darle repetidas veces al botón de abajo del todo, como si así se cerraran antes las puertas del ascensor. Me quedo mirando incrédula la situación que acaba de pasar y voy caminando a la puerta de casa de Vicky. Me abre Lucy, menos mal. Pregunto por Vicky y me dice que no volvió de casa de Lucas. Vaya, se habrá quedado a dormir. Entro rápido a casa y me ducho y me cambio por si llegara Vicky en cualquier momento. 

3 días después…

Vicky lo ha conseguido, tiene desfile de su marca asegurado. Y como no ha encontrado más modelos, me va a tocar salir a desfilar. Estoy hiperventilando nada más de pensarlo. Todo lo contrario de Lucy, que no ve el momento de salir y de caminar glamurosamente hacia los críticos y dar vueltas para luego volver y hacer cambio de ropa. 

Tengo nuevo móvil, porque no olvidemos que el otro tuvo un “accidente”. Raquel me ha llamado durante toda la semana, me ayuda a estar bien después de la ruptura de Harry. Le he explicado todas las ultimas noticias: Lucas esta de tonteo con Vicky, ella ha conseguido un desfile de su marca y que Lucy y yo seremos modelos. 

De camino a donde se celebrara el desfile, recibo un mensaje, de Raquel, que dice que esta noche cuando acabe el desfile espere frente la Torre Eiffel. No entiendo porque, puede ser por tantas razones. Llegamos al lugar del desfile: es un lugar súper bonito, con una enorme y larga plataforma por la que caminaremos, sillas reservadas para los críticos y muchas más para el público que venga, detrás de las cortinas del desfile, hay millones de perchas con millones de vestidos. Vicky reparte los vestidos en sus perchas y llama a todas sus modelos. Empezara con la colección para pequeñas, así que coge a todas las niñas y les va poniendo la ropa. Lucy está haciendo montones de amigas, está claro que se querrá quedar en Paris. Lo que me entristece, porque no me quiero separar de ella. 

Empiezan a desfilar las pequeñas, y los críticos miran a Lucy. Cada movimiento que hace, cada sonrisa que dedica a las cámaras, cada pose que hace para los fotógrafos, todo esto lo estan teniendo en cuenta, y miran los diseños, como el precioso vestido carmín se ciñe perfectamente al cuerpo de Lucy, como al dar vueltas este se ensancha, y que sus tirabuzones rubios se mueven con cada paso que da. Se levantan, aplauden, y Lucy disfruta al máximo. 

Ahora toca el turno de las adultas. Salgo yo primera e intento desfilar todo lo mejor que puedo, aunque me siento ridícula, los críticos no deben pensar lo mismo, porque me miran como si fuera un ángel. Hago los varios cambios de vestuario y acabamos el desfile. Lucy quiere quedarse a una cena que hay después del desfile para hablar con los críticos y eso, pero yo tengo pendiente ir a la Torre Eiffel. 

Me despido de Lucy y Vicky y les digo que nos veremos por la noche. Voy corriendo a la Torre Eiffel, no me he cambiado ni la ropa. Voy con un gran vestido ancho de color lila con tirantes muy finos. Llego a la Torre Eiffel y espero allí. Detrás de mí oigo el claxon de un coche, me giro, y grito de alegría de ver quién es la del coche: Raquel