Capítulo 2.

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Vale, estaba en la enfermería del insituto. Me he dado demasiados golpes en la clase educación física y reconocía perfectamente el lugar.

-¿Gabriella?-Lysandro estaba en un taburete al lado de la cama. Una sensación de vergüenza recorrió mi cuerpo. Había preocupado a mi hermano y seguramente a los demás por mi dramatismo. Esto parecía una novela dónde Ángela Júlia pilla a Alfredo David con Verónica María, su mejor amiga, y montan todo el drama. Esas novelas casual.

-Vámonos.-me levanté tan rápido que me mareé. Recogí la mochila y fuí a abrir la puerta, pero Lysandro me agarró la mano. Me intenté zafar de él, pero, es ocho veces más fuerte que yo.

-Hay que esperar a que venga la enfermera, ella determinará si te puedes ir. Y ahora bien, ¿que te ha pasado para que te desmayes?-Me colocó de nuevo en la cama. Me dió mucha grima el papel que cubría la camilla.

-Esto... No te lo puedo decir, Lys...-me sentía realmente avergonzada. Agaché la cabeza y miré el vestido, que estaba manchado de hierba.

-¿Es por Armin, no? ¿Porque estaba besando a Anna?

-¿Anna? ¿Es así cómo se llama?-me miró con ternura, y sonrió cómo... cómo Lysandro-. Soy una dramática, lo sé... Pero tantos años siendo su mejor amiga, ocultándolo, precisamente hoy, que me iba a declarar...-Gabby, no llores. Tu dignidad, idiota-. Llega esa... Anna, y le besa. Ni siquiera sé si se conocían de antes. Quiero irme, Lysandro... Del mundo...-tarde para evitarlo, estaba llorando. YO, GABRIELLA AINSWORTH, LLORANDO. No puede ir a peor, ya.

-Gabriella, no te preocupes. Es un chico, hay muchísimos más.-se acercó y me abrazó.

-No... no lo entiendes.-de repente sonó la puerta.

-Pase.-Lysandro me soltó y volvió a sentarse en el taburete. En un movimiento rápido me sequé las lágrimas y me peiné un  poco con los dedos. Lysandro me cogió de la mano y sonrió. Giré la vista a la puerta, y ahí estaba la persona a la que no quería ver. No debería enfadarme con él. Él es libre de salir con quién quiera, pero... Yo no me declaré antes (más bien fue una excusa para posponerlo), porque él decía que no estaba interesado en chicas . Al ver a Armin, Lysandro se levantó y se fue al fondo de la sala, a una esquina. Me tranquilizó con la mirada y respirñe un poco mejor.

-¿Qué ha pasado, Gabby? ¡Me has dado un susto de muerte! ¡Alexy casi muere infartado!-me abrazó. Noté su olor, y sin saber por qué, noté traición. Me miró cómo lo solía hacer, y no vi a Armin. Me sentí muy tonta por pensar cosas así de él, de Armin, mi player 2, pero cómo evitarlo... Le veía cómo a un traidor.

-¿Gabby? Avisa a una enfermera, no responde. ¿Gabby? ¿Ainsbby?-oh no, el apodo que me tenía. Mi apellido más mi otro apodo= Ainsbby. Quise llorar, y pegarle, y pegarle a ella... Pero toda la culpa era mía. Si no hubiese sido tan COBARDE y me hubiera declarado antes, puede que ahora esto no estaría pasando.

-No, Armin. No le pasa nada. Ella está bien. Ha dormido poco y no ha desayunado.

-Ya, pero tampoco ha hecho ningún esfuerzo para desmayarse. Llama a la enfermera, Lysandro.

-Ella está bien, Armin. Te lo contará cuándo esté preparada. Vuelve  a clase.-empujó ligeramente a Armin a la puerta. Me sentía fatal, estaba rebentando por dentro.

-¿Le he... hecho algo?-preguntó él. Estaba preocupado, y triste.

-Armin.-susurré. Los dos se me quedaron mirando y Armin se acercó a mí.

-¿Qué?-dijo con dulzura. Oh, ahí si que vi a Armin. Mi Armin. Bueno, en realidad él, seguía siendo el mismo. Había besado a una chica y para mí eso era una traición. Estúpida, Gabby, estúpida...

-Gabriella...-susurró Lysandro desde el fondo de la habitación. Armin creo que no lo escuchó, estaba concentrado en fundirme con los ojos. Nos miramos y me entraron ganas de preguntarle quién era, quién era la hija de Debrah con la que se había besado.

-¿Armin?-no, no puede ser. Era Anna. ¿Quién coño se cree?-. Se supone que has ido al baño, vas a levantar sospechas.-Armin dejó de mirarme y la miró a ella. Lysandro se puso una mano en la cara, al modo Nathaniel, y juraría que susurró cosas poco victorianas.

-Sí, Anna. Ya voy.

-¿Qué tal estás?-la puta me miró. Sí, la puta. Me cayó mal sin conocerla. Armin es mío, bitch. Me la quedé mirando, y si las miradas mataran, lo siento, Anna, pero habrías muerto.

-¿Cómo está la señorita Ainsworth?-la enfermera. ¡FIESTA! ¡Vamos, no os cortéis, que todo el puto instituto venga a mi habitación a molestarme! ¡ESTO ES UNA FIESTA!-. Pero bueno, ¿acaso no sabéis que sólo está permitido un acompañante por paciente?

-Adiós, Gabby. Nos vemos luego.-me abrazó y se fue de LA MANO de la puta-zorra-descendiente de Debrah, cómo queráis llamarla.

-Estos adolescentes... ¿qué tal, señorita?-la verdad, no la estaba escuchando. Me quedé mirando a la puerta mientras en mi bendita mente no hacía más que ver un bucle de, un beso de Armin y Anna y sus manos juntas al irse-. ¿Ha empeorado?-miró a Lysandro. Él se levantó y se sentó de  nuevo en el taburete.

-No, ella está bien. O lo estaba hace unos minutos...-sonrió en modo Lysandro-. Ha hecho una carrera con su amigo para ver quién llegaba antes al instituto, no había desayunado, y ha dormido muy poco. Se habrá desmayado por eso.

-Oh, bueno... Sí, cuándo la hemos revisado hace apenas una hora estaba bien. Si ella se ve capaz, puede volver a su clase, o a su casa si lo prefiere. Le puedo hacer un justificante. ¿A quién avisamos de lo sucedido? 

-Nuestro hermano Leigh, pero bueno... No será necesario.

-¿Y a vuestros padres?-ay.

-Me temo que ellos, no están... Gabriella, ¿te vas a casa, no? Yo de ti no me quedaría aquí. Vuelve mañana, descansada.

-Opino cómo su hermano, señorita. Descanse lo que no descansó ayer, y vuelva mañana. 

-Bien, me iré. De verdad necesito descansar. Gracias, señora Jones.-me fijé en la placa identificatoria. Luego sonrió. Y sí, en nuestro insituto no te daba tiempo a acordarte de las enfermeras, las iban cambiando cómo si de ropa se tratase.

-Voy a imprimir el justificante. Recoja sus cosas, estaré aquí enseguida.-la hice caso y empecé a recoger. Bueno, colgarme la mochila a los hombros y esperar.

-Te acompañaré a casa, ¿vale? Tengo el permiso. Creo. La verdad es que no sé dónde he dejado el permiso que me han dado cuándo he venido a dejarte aquí...-se ha tanteado el traje victoriano mientras fruncía el ceño.

-Está ahí.-señalé con la cabeza la mesita.

-¡Oh! ¡Gracias!

Finalmente pudimos ir a casa. Lysandro me dijo que en cualquier momento que me sinitiera mal le llamara (aunque el guapetón luego no coje el teléfono), y que intentara dormir. Me preparó una infusión de estas que relajen y me tumbé en la cama. Cerré los ojos, pensando en un lugar feliz, y acabé dormida... Deseando siempre permanecer así.

❤️ Amor Gamer ❤️ (Fanfic CDM Armin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora