Capítulo 3.

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Me desperté abrazada a Cami. En la madrugada no había casi que ni pegado un ojo, pero de lo poco que dormí no recordaba que él se hubiese ido.

Eran las nueve de la mañana, los padres de mi amiga nos habían venido a despertar porque en breves iríamos a la playa.

Mis padres, pensé, me asesinarán si no voy con ellos.

Pero, ¿qué más da?

Siempre termino haciendo lo que quiero, ya estoy grande para decidir qué voy a hacer.

Me siento en el borde de la cama, mi celular había muerto la noche anterior y no lo había puesto a cargar. Luego de Cami, fui al baño. Al pasar por el pasillo, miro por la puerta y allí se encontraba, hermoso como siempre con ese pelo alborotado y cara de cansado. Me mira y guiña un ojo, casi me derrito pero sigo caminando.

Luego de un rato y después de preparar todo, subimos las cosas a la camioneta, éramos bastantes, por lo que Damián decidió ir caminando antes de que arranquemos viaje.

Viajando para allá nos lo cruzamos, y Cami me pidió si le hacíamos la pata y lo acompañábamos en su caminata, a lo que accedí gustosamente, me gustaba estar a su lado.

Hicimos una parada en Ciao Bella ya que mi hermosa y paciente amiga (nótese el sarcasmo) necesitaba ir al baño. Damián y yo nos quedamos fuera.

-Espero que no digas nada, sabiendo mi situación...-Dice por lo bajo.

-Tranquilo, no pienso decir nada. No creo que vuelva a ocurrir.-Mascullo vagamente con un poco de esperanza a que me lo replicara.

-¿Y eso por qué?-Inquiere curioso.

-No sé, lo supuse por lo que me dijiste.

-Por mí que siga ocurriendo, mientras sepas no decir nada.

Me sorprendía la falta de confianza hacia mí, pero traté de disimularlo.-Por supuesto, ciertamente me gustaría que se siga dando esto.

Sonríe, con esa hermosa sonrisa que me mata.-Ciertamente a mi también-Me imita.

Luego de eso, Cami sale y nos dirigimos hacia la playa. Fue un día normal, hasta que nos encontramos con una amiga de ella, Sol. La había conocido el año pasado, era muy simpática y bonita.

Habíamos quedado en que iríamos a comer a su casa por la noche, pero primero debíamos pasar por las cabañas de mis amigos para instalar unas pequeñas cosas y prepararnos.

Mientras Dami, David y Cami se encontraban colocando unos cables, yo me insté por bañarme. David me había prestado su baño, por lo que me bañé cómoda y sin apuros. Debían querer colgarme de un puente por no estar ayudándolos, pero yo me sentía muy sucia como para poder seguir.

Estábamos bastante cansados cuando terminamos de hacer todo, Cami había nadado mucho a la tarde y se encontraba bastante cansada pero optamos por ir igual, no queríamos dejar en banda a Sol.

Viajamos en colectivo, fue un viaje medio largo pero llegamos tipo once de la noche, los tres nos encontrábamos hambrientos así que le pedimos a Sol que nos encontráramos en la calle para ir directo a comprar las pizzas.

Comimos rápido, y luego comenzamos a beber. Fernet y ron con cola. A esto no le encontraba mucha vida que digamos, ya que esas dos malditas bebidas me pegaban fuerte, tenía miedo de llegar a decir alguna tontera.

Cami, como casi todas las noches, se quedó recostada en la cama matrimonial hablando por teléfono con Joaquín. Dami, Sol y yo estábamos en el valcón, tomando y hablando de algunas cosas.

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