レインボー

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"Si pudiera expresar mi amor con colores,
el mundo sería un arcoíris eterno."




Hace muchos años atrás, en una época en la cual la vida era tan complicada y a la vez tan simple, donde la gente valoraba la palabra y aun existían las cosas mágicas alrededor con los dioses a la vista; Había un gran pueblo a los pies de las montañas en el cual vivía un joven tan hermoso que todos los que lo veían se enamoraban de él.

Ese joven de ojos desiguales y misteriosos se llamaba Akashi Seijūrō. Era demasiado diferente a los demás, con su cabello tan rojo como la sangre y su piel blanca como el algodón, nadie creería que era un ser natural. Muchos pensaban que quizás el bello muchacho era un enviado de los dioses o alguna deidad que por mero interés o castigo del ser supremo bajo a tener una vida terrenal.

Las hadas y los demás seres mágicos siempre se le acercaban y las plantas le susurraban, los animales se alegraban y los demonios lo admiraban. En este mundo complejo, Seijūrō era quizás considerado más complejo aun. Pero la realidad no era así, Seijūrō era un joven común, un joven enamorado, el cual subía hasta las montañas más altas para ver hacia el cielo donde habitaba su amor, el hijo del Dios supremo, llamado Furihata Kouki, representante de la generosidad y la bondad. Aunque este siendo tan inocente sea ignorante de sus sentimientos, ellos dos eran muy buenos amigos.

Pero así como Seijūrō era querido y admirado, también era deseado. El demonio Nash Gold, originario de las serpientes y representante de la traición, enamorado también de la belleza de Seijūrō, lo veía ir una y otra vez hacia las montañas y bajar de ellas aun más enamorado, sentía una terrible envidia de Furihata Kouki y decidió que el se quedaría con Seijūrō.

Para lograr su maligno propósito ideo un plan, se apareció un día frente al padre del menor y le dijo:

- Si tu impides la amistad de Seijūrō con la Bondad y haces que tu hijo se una a mi, la Traición, yo te daré alimento durante toda tu vida.

El ambicioso padre cegado por la codicia, pensó que si obedecía al demonio no tendría que preocuparse más por conseguir alimento y viviría en la comodidad de las palabras de Nash Gold. De inmediato le prohibió a Seijūrō volver a ver a Kouki y a su vez, decidió fijar el día de la unión de su hijo con el demonio.

Al conocer la decisión de su padre, Seijūrō se sintió desesperar, como si le cortaran las alas sin poder volver a volar. Sabía que al casarse con el demonio tendría que ir a vivir al infierno, en el centro de la tierra con las demás serpientes y animales rastreros, y que jamás volvería a ver el cielo donde vivía Kouki junto a su padre.

En medio de su tristeza quiso ver a su amor por ultima vez, aunque solo fuera de lejos, y así se lo pidió a Nash.

El demonio decidió complacer al menor, pero le impuso una condición:

- Te harás una herida en el brazo para que así las gotas de tu sangre marquen el camino que te lleva al cielo, y yo podre seguirte desde lejos.

Conforme a lo prometido, el día señalado para la unión, poco antes de la ceremonia, Seijūrō partió a visitar a Kouki por última vez. Se había cortado el brazo más de lo que debía y a medida que avanzaba, las gotas de sangre iban formando un arco rojo en el cielo.

Furihata, que era muy poderoso en ese tiempo donde la bondad abundaba; ordeno al sol, al cielo y al mar que acompañaran a Seijūrō en su camino y que para confundir al demonio dibujaran tres arcos más, al lado de la franja roja de sangre. El sol, Kise Ryōta trazó un arco amarillo. El cielo Kuroko Tetsuya dibujo un arco azul claro, y el mar, Aomine Daiki, dibujo el suyo para formar un arco azul oscuro.

Pero como el mal siempre esta presente y el bien casi siempre pierde, Seijūrō fue desangrándose con cada paso. No logro llegar al cielo, ni ver a Kouki, debilitándose cada vez más, fue cayendo lentamente hacia la tierra, su sangre se mezclo primero con la franja amarilla de Kise y se formo un arco anaranjado y, después, al mezclarse con el arco azul claro de Kuroko, dibujo otro arco de color violeta, del cual nació un nuevo ser llamado Murasakibara Atsushi, que como su color, representaba el gran amor de su creador.

Al caer sobre la tierra, Seijūrō murió en una playa, bañado por el agua del mar y por los rayos del sol. No se caso con Nash Gold. ni fue al infierno... Tampoco vio a Kouki y fue al cielo.

De su cuerpo subió un arco verde claro, formado por la mezcla del azul de Aomine con el amarillo de Kise, del cual surgió otro ser llamado Midorima Shintaro y se convirtió en el séptimo arco que seguía la trayectoria de los otros seis. El cual reflejaba los últimos sentimientos de esperanza de Seijūrō.

Así se formo el primer arcoíris y esta es la historia de porque tiene siete colores y aparece siempre en el cielo en forma de arco intentando llegar al cielo pero cayendo irremediablemente a la tierra.


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Está pequeñita historia esta basada en un cuento infantil sobre la creación del arcoíris.

Y como se trata de colores, lo único que se me vino a la mente es la Kiseki no Sedai.


Se que es muy cortito y poco original, pero espero que les haya gustado.

^.^

See you~

Arcoíris |AkaFuri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora