❝Parte uno♡❞

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I;2017 P;210318

Contiene errores y "errores" humanos.

Prohibidas copias ventas y adaptciones.

Diabolik Lovers.

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Rosas de plata.

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⠀Desde el primer día había notado que algo en ti era extraño, sobresaltabas demasiado entre el resto de las flores. Quizás era tu ropa pastel, tus altas coletas teñidas a los lados de la cabeza, o la gran cantidad de maquillaje que utilizabas diariamente para ir a la escuela. Las zapatillas blancas o tus largas medias temáticas hasta el muslo. También podían ser tus actitudes infantiles, tus berrinches, o el rumor que corría de que eras lesbiana. Podían ser tantas cosas, tantos hablando a tus espaldas, tantos que imaginaban cosas contigo, tantos a los que con la simpleza de la vida les daba igual. Como a ti, te daba igual.

⠀No te importaba que tan mal te miraran los profesores por tu apariencia, ni que tanto te castigaran por seguir usando ese "collar de puta" pegado a tu cuello. Nunca permitiste que ellos te bajaran de tu "trono de algodón de azúcar", solo pagabas las cuentas de no agradarle a quien estaba a tu alrededor.

⠀Recibiste el desprecio de las alumnas, el rechazo de tus padres, y seguías insistente en ser únicamente tú.

⠀Cuando te conocí, dudé de ti. Llegaste como la mejor amiga de nuestro sacrificio, con un vestido rosa pálido y zapatos con una suela bastante gruesa.  Parecías una muñeca plástica con la que Areth iba a jugar. Ese día fue de una especial expriencia. Ellos hablaban de ti, a todo momento. Pasaban cerca de la habitación de la azabache cada cinco minutos, Laito entraba a platicar de vez en cuando, incluso Shu se apegó a la pared del cuarto esperando poder oír algo de lo que hacían ustedes dos.

⠀Seguían en todo el instituto los rumores sobre tu preferencia y vida intima; que te acostabas con todas, que eras una perra, que cobrabas por ese tipo de servicios a hombre mayores, e incluso que tenías un protector financiero al cual le hacías favores sexuales. Todos esperaban ver u oír algún sonido fuera de lugar salir de esa alcoba. Nunca escucharon nada, Laito nunca vio nada. Que fueses de un curioso estilo de vestir no te hacía, zorra; que fueses bisexual no te hacía una depredadora.

⠀Lo siento, ¿Sabes? Yo también esperaba ese tipo de cosas de ti.

⠀El avance en el periodo escolar hacía más frecuentes tus visitas, te hiciste amiga de Laito, Kanato, Ayato, incluso lograste que Reiji borrase los malos perjuicios que tenía de ti. Por fuera no parecías la dulce chica que resultas ser. Dabas la apariencia de la típica diva con todos en contra en los pasillos, que nunca volteaba a ver por encima de su hombro al resto, que escondía sus numerosos defectos a través de una considerada cantidad de maquillaje. Ocultabas muchas cosas, pero hipocresía no era una de ellas. Nunca fingiste ser esa diva; decías ser una princesa con corazón de azúcar, tu autoestima estaba por los aires. En esa mansión no había un corazón inerte que no hubieras tocado.

⠀Empezaste a juntarte conmigo, yo te insultaba, lastimaba; como a todos. De nuevo lo siento. A pesar de todo tú nunca te rendiste conmigo, no entendía qué te hacía seguir intentándolo, seguirme y acompañarme cuando estaba solo, cuando mi actitud era mala para ti. Y una noche llena de estrellas te abriste a mi, tú tampoco comprendías el por qué; pero tu corazón latía fuerte bombeando la sagre con rapidez, tus manos estaban inquietas y hablabas lentamente, como si dudaras de lo que intentabas expresar.

⠀Tus labios rosados pronunciaron:—Me gustas.

⠀Te gustaba el esperpento de la familia, el odiado por los maestros, el engendro de la destrucción. Lo vi en tu nerviosismo, no podías evitarlo.

⠀Te rechacé:—No debes estar con un deforme como yo, y un vampiro no debe estar con una humana barata como tú. —Era un silencio sepulcral el que se formó, bajaste el rostro, querías que tu flequillo violeta ocultase tus irises. Recuerdo ver en tus ojos los pedazos de corazón derramando por tus mejillas. Algo en mi pecho muerto dolió ese día, me preguntaba si había hecho mal. Si me había equivocado.

⠀Los días seguían su curso, visitabas a Areth con cada vez menos frecuencia, tu presencia era algo que extrañaba, no podía sacarte de mi cabeza. Te busqué por los salones, recorrí los pasillos, hasta que di con tu clase; estabas en la sección c del último año.

⠀Empecé a ir todos los días a ese mismo pasillo, frente a tu clase, a observarte salir a los recesos, ver como platicabas con algunas de tus amigas. También verte recibir afecto de otros chicos, no te lo negaré, sentía celos. Miraba como jugaban, escuchaban clases y como se ilusionaban con la idea de su próxima graduación. Pero tú nunca quisiste graduarte, nunca participabas en esas conversaciones.

⠀Tú siempre supiste que te seguía, que estaba detrás de ti, que estaba ahí por ti; pero me ignoraste, lo merecía. Pasabas a mi lado rechazándome como la basura que era.

⠀Él último día de clases, volviste con nosotros a la mansión. Areth y tú estaban emocionadas por la pijamada que tendrían esa noche, y tu bolso estaba a reventar de cosas. Apenas llegamos ambas corrieron a su cuarto, espero que te hayas divertido en ese momento.

⠀Eran las de las seis de la mañana, una de esas en las que despiertas y no puedes volver a conciliar el sueño. Recuerdo que fui a buscar algo de tomar, y tú estabas ahí, en la cocina; hurtando un poco de leche.

⠀—Lo siento. —Una reverencia, pude detectar en tu rostro la vergüenza de haber sido atrapada con las manos en la masa—. Pensé que todos estaban dormidos y, no los despertaría a pedir algo...

⠀—No importa. —Guardé nuevamente el contenedor de la bebida—.Pero, Shu siempre está despierto cuando el sol sale. 

  ⠀Esa fue nuestra primera plática luego de mi terrible error, al principio fue bastante incomodo, mantener una conversación en día con esa persona que te rechazó cruel e insensible. Me arrepentía de eso, y te lo hice saber. Me acerqué a ti esperando que no me desatendieras, y te confesé mi pesar. Que me arrepentía de lo que te había dicho, de como te había tratado, de los apodos de mal gusto y no haberme disculpado antes. Por no haberme disculpado justo después de que salieras corriendo enre los rosales.

⠀Esa noche nuestra plática se extendió algunas horas, ninguno de los dos volvió a pegar un ojo. Increíblemente mis palabras habían curado una herida larga herida. Me constaste que habías estado enamorada por mucho tiempo, eso hizo que me doliese más el haberte hecho eso.

⠀Regresamos, entre comillas, a lo que podramos llamar normal. Tú la hermosa princesa y yo cercano ogro. Nunca habíamos sido tan unidos, el día las palabras nos sentó bien, nos volvimos amigos y confidentes. Y con dolor tenía que escucharlo cuando me lo recordabas, diariamente—Eres mi mejor amigo. Te amo Subaru-kun.

⠀Me hacías darme cuenta que ahora yo estaba en tu lugar.

Rosas de plata❝♡❞「SUBARU SAKAMAKI」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora