El Letrero

El lugar ideal

El ambiente está frío pero me siento como en casa. Tengo puestos un mono gris con un suéter y unas medias de conejitos tipo pantuflas. Me estoy tomando un delicioso Chai Latte con leche de almendras, pero igual de cremoso que cualquier otro lácteo; no tiene azúcar, sino miel. Los sabores se combinan perfectamente en mi boca, siento el anís, las especias que le dan un toque fuerte y la calidez de la leche. Me siento en el sofá marrón que está frente a la chimenea, y a mi lado tengo mi ventana favorita. En él puedo ver las montañas blancas llenas de nieve y un cielo infinitamente azul. Algunos esquían y otros caminan a través de la densidad. Es mi lugar ideal, me hace sentir protegida. Las brasas de la chimenea me tranquilizan y me hacen olvidar la ciudad.
Las casas de madera son perfectas porque recrean un ambiente muy acogedor. Es el lugar ideal para meditar, pensar, reflexionar, leer, y escribir. Solo aquí puedo comer deliciosas comidas dignas de invierno como: cremas de auyama, sopas de res, batatas rellenas, patatas gratinadas y muchos más carbohidratos que es lo que más disfruto comer, y por supuesto, algo de cordero y mucho Chai y Matcha Latte.

El aroma a pie de manzana que he dejado en el horno inunda la sala. Tomo un trozo de pastel y me siento a leer el periódico del día. El letrero ha sido capturado, salía en primera plana. Firmado por Jessica Smith.
Ni el postre ni el sonido de las brasas pudieron calmar mi sobresalto en ese momento. Cogí la linterna y corrí hacia el sótano con todas mis fuerzas para darme cuenta que ya no estaba. ¿Cómo es que pasó esto?, ¿Y cómo puede estar firmado por mí?, pensé. Ahora la nieve parecía derretirse y toda la paz que había reunido en mi lugar ideal se había desvanecido. Claramente, no había logrado encontrar un escondite perfecto. Tal vez, me estuviesen vigilando en ese mismo instante.

Fui a la habitación, agarré la ropa del closet de una solo manotazo y la apretujé en el bolso. Del baño, saque el cepillo de dientes y el desodorante. Y de la mesa de noche, tomé el pasaporte. En el aeropuerto busqué el destino más lejano que había para irme ese mismo día.