Cap. 2: Amigos

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Dos meses habían pasado desde que conocí a Daniel y nuestra realción cada vez se hacía más cariñosa. ¡Oficialmente, ya eramos amigos! Yo, a pesar de ser eso, amigos, me sentía muy feliz. El simple hecho de esperarlo a la salida del instituto y acompañarlo hasta su casa, o comer juntos a la hora del recreo, o, incluso, llegué a defenderlo. Sí, yo, que era un piojo comparado con los que molestaban a Daniel me puse en medio de la pelea para intentar ayudarlo.

—¡Idiotas, dejadlo en paz!

—Gabri sal de aquí.—Me mandó preocupado.

—¡No!, ¡Me niego a dejar que estos bárbaros te peguen!

—¡Si sigues en medio al que pegarán será a ti!—Los matones se acercaron prepotentes.

—¡Seréis...!—En efecto, era Clara.

¡Ah cierto!, No sabéis quien es Clara, ¿Verdad? Clara es, desde los trece años, mi mejor y más fiel amiga. Siempre ha cuidado de mí, incluso a veces me trata como si fuera su hijo. En fin, no se que sería sin ella. Es una chica bajita y risueña con un pelo ondulado y rubio, y los ojos le resaltan de un precioso azul celeste. Nunca ha sido muy popuplar, a pesar de que es bastante guapa, y fue la primera en aceptar mi orientación sexual. De hecho, cuando salí del armario mis padres no se lo creían y sentí como mi corazón caía al suelo rompiéndose en mil pedazos. Pero la tenía a ella, y me apoyó en todas y cada una de mis decisiones, ya sean del día a día o importantes para mi futuro. Así que cuando lo anuncié me miró con su peculiar sonrisa y dijo:

—¿Y?

La verdad es que me sorprendí, ¿Cómo que "y"?, ¿No se supones que es... raro? Luego prosiguió explicando:

—Quiero decir, hoy en día esto no tendría que ser una gran notícia, ¿No crees?—Dijo remarcando el "gran notícia". Y volvió a sonreír soltando un suspiro.—Sea lo que sea Gabri, me necesites en lo que me necesites quiero que sepas que siempre estaré a tu lado.

Qué alegría... Fue lo que pensé e, inebitablemente, me lancé a abrazarla con cariño.

—Gracias...—Fue lo que mi voz alcanzó a decir antes de quebrarse por las lágrimas.

Bueno que me desvío, ¿Por dónde iba? ¡Ah sí! La pelea.

Clara ya sabía que me gustaba Daniel y, por lo tanto, sabía la razón por la qual le protegía de esa manera. Solo había dos personas en el mundo a las cuales las protegería de tal forma. Una era Clara, por lo antes mencionado, y la otra era... bueno... la persona a la que quería, que en ese caso era Daniel (Ay qué vergüenza...).

La chica dió unas zancadas hasta quedar en frente del monstruo de tres metros que había osado molestarme, o al menos fue lo que dijo ella. Alzó su puño y con un golpe seco le partió la nariz.

—¡Clara no seas béstia!—Exlamé impresionado. Ella miró a los otros dos.

—Aún me quedan fuerzas para un par de puñetazos más.—Y salieron corriendo.

Se acercó a mi y me dió un golpe en la cabeza, con el que me quejé como un niño pequeño. ¡N-No soy débil! Es solo que...  Clara tiene mucha fuerza...

—Y tú deja de actuar como un crío.-Dijo firme.

—De acuerdo...—Una pequeña lágrima cayó por mi mejilla.

—Vamos Gabri no llores...—Me intentó tranquilizar Daniel.

¡Genial! Por una vez que intento hacerme el héroe reuniéndo todo mi valor y acabo como un débil y consolado por la víctima que pensaba ayudar. Gabri, realmente eres un flojeras...

Y pasaron... otros dos meses.

¿Y a que no sabéis quién consiguió novia? ¡Daniel!

Y yo, muerto por los celos, tuve que enterrar mis sentimientos en el fondo de mi corazón. Además, como era uno de sus mejores amigos, me lo explicaba todo, y cuando digo todo es TODO, con lujo de detalles, y encima, para colmo, la chica me caía fatal. ¿Eh?, ¿Parte de los celos dices? ¡No, no, te equivocas! Esque la chica era... era... ¡Mejor ni lo digo! Qué rabia de tía... Todo el santo día "Daniel esto, Daniel lo otro, Daniel mira lo estúpida que soy" ¡Es que me sacaba de mis casillas! Pero bueno, como era de esperar, cortaron pronto. Entonces una pequeña llama se encendió dentro de mi pecho. No pensaba declararme ni mucho menos, pero ya que era, de momento, mi mejor amigo debía contarle algunas cosas sobre mi.

—Oye Dani, ¿Podemos hablar un momento?

—Sí, dime.

Fue entonces cuando me di cuenta de que los nervios me podían. Siempre había sido muy nervioso pero nunca lo había pasado tan mal como ese dia. No esperad... Hubo otros dos días que estuve aún más nervioso, pero ya llegarán, ahora no es el momento.

—P-Pues, esto... V-Verás t-tengo que... decirte algo importante...

—Vamos suéltalo ya.—Siempre ha sido muy impaciente.

—¿T-Te importaría si tu mejor amigo...—Hize una larga pausa y miré hacia el suelo.—...es gay?...

—¿Por qué me tendría que importar?—Respondió con otra pregunta y yo, sobresaltado, lo miré a los ojos con alegría. ¿Y sabéis qué? ¡Estaba sonrojado! Qué monosidad...—Quiero decir, no es como si me vas a violar o algo si eres gay, ¿no?

Solté una risita.

—Claro que no tonto.

—Pues ya está.—Otra pausa se hizo.—¿Debería importarme?...

—¡No, por supuesto que no! Vaya preguntas más raras haces... Es solo que... ha habido gente en mi vida a las cuales les ha importado...

—¿En serio? Entonces déjame decir que esas ciertas personas están muy cerradas de mente.

—Lo se...

El ambiente cada vez era más tenso y, por suerte, llegó Clara para romper el hielo.

—Mira por dónde, los dos tortolitos.

—¡C-Clara!—Por favor que Dani piense que es solo una broma, por favor que Dani piense que es solo una broma, por favor que Dani piense que es solo una broma. Fue lo que pensé. Por suerte estalló en una carcajada.

—Bueno, ¿Ya se lo has dicho?

—¿Eh? Ah... Sí.

—¡Cuenta!

—Pues eso, que no le importa.—Me miró extrañada y me cogió del brazo, arrastrándome hasta una esquina.

—¿Te has declarado y ha dicho que no le importa?

—¡N-no! No me he declarado, solo le he dicho que soy gay.

—¡Qué aburrido que eres Gabri, de verdad!

—¿Y qué quieres que haga?

—¡Díselo! ¿No ves que es como miel para las moscas? Si no se lo dices pronto una chica te quitará el puesto.

—No digas tonterías Clara...

—¡No son tonterías! En una semana quiero que lo sepa, o sino me tienes que traer el desayuno todos los días.

—Eso es chantaje...—Me quejé.

—Pero si tu en el fondo estás deseando que se entere, solo te hace falta un empujoncito, ¡Como la vaca esa del anuncio! ¿Cómo se llamaba?... ¡Milka!

—¿Me lo dices en serio?—Dije incrédulo, ella asintió con la cabeza. Suspiré.

¡Genial, en menos de una semana tenía que declararme a Dani! Quiero mucho a Clara y la verdad es que sin ella no estaría aquí pero eso me dio mucha rabia, aunque después se lo agradeciera.

Fue entonces cuando empezaron los verdaderos nervios.

Si tuviera que decir la cosa más complicada del mundo, sin duda sería el amor.

He estado revisando mi perfil y he visto que me siguen 9 personas, que para mi es mucho, pero no son amigos así que me gustaría saber cómo habéis llegado hasta esta humilde escritora:3 Si eres uno de ellos deja comentario por favoor~

Sweetie (inacabada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora