Nada fácil (parte 2/4)

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La agotada chica abrió la puerta de su casa y entró lentamente evitando rechinar la puerta por si su padre dormía. Dejó el bolso en el mueble y caminó hasta la cocina, en donde tomó un vaso y se sirvió agua. Por un momento apoyó su mano de la alacena y cerró sus ojos justo cuando llegaron reflejos de lo sucedido con Erick; lamentó pensarlo en ese momento, se sintió totalmente débil, por un momento iba a caer en sus encantos. Ella no podía sacar de su mente lo que había visto cuando se le cayó la toalla.

-¡Madre mía! -susurró intentando borrar de su mente todo lo que presenció. Ella sabía que lo único bueno que Erick posee, es su belleza, pero ya lo demás opacaba su "perfección".

-¡Hija!.-La voz de su padre la hizo reaccionar de respingo, tocando su frente lentamente y caminando a su destino.

Abby fue hasta él y le dió un beso en su mejilla, mientras tomaba sus manos.

-Te extrañé papá -le dijo sonriente.

-Yo también reina, pensé que te tocaba trabajar hasta la diez de la noche, ¿no era turno completo? -preguntó extrañado su padre, pues en el contrato que ella firmó, decía que debía trabajar el día libre de su amiga con turno completo, pero Abby no lo recordaba, su apuro por salir de esa casa la hizo olvidar aquel dato importante; ahora se temía de lo peor.

-¡Ay papá, lo olvidé!.-Ella llevó una mano a su boca manteniendo un gesto preocupado-. Creo que estoy metida en problemas, el señor Erick me despedirá.

Su preocupación se hacía mayor hasta que escuchó su teléfono y corrió a buscarlo, notando la llamada de un número desconocido para ella. Decidió contestar, sin saber que del otro lado de la llamada, estaba quién menos esperaba.

-Habla Abby, ¿quién es?

-Tu peor pesadilla, Abby.-Ella frunció su ceño sin conocer la voz de ese hombre-. Haber hecho eso te costará mucho -susurró.

- ¿De qué hablas? -preguntó mostrando preocupación.

-Te tocaba trabajar el día completo, pero preferiste irte sin importar tu empleo, creo que ya no te necesitaré -dijo Erick, la cual ella reconoció al instante. Se alejó lo más posible para que su padre no escuchara, no quería alterarlo.

-No, por favor. Yo no recordaba que debía trabajar hasta tarde, lo juro. Yo... Yo iré, prometo que iré ahora mismo a su casa y trabajaré el turno completo, pero no...

-Ya es tarde chiquita, has fallado. Aunque... -hizo una pausa teniendo una idea que la dejó en estado de dudas.

-¿Aunque qué?

-De la única manera en que yo pueda perdonarte es si hoy duermes aquí -dijo mientras tomaba de su whiskey.

Abby negaba en silencio, mirando hacía la habitación, temiendo de lo peor; pero sabía que Erick podía despedirla y por más orgullosa que fuera, no podía perder ese trabajo que le permite sustentar a su padre. Suspiró lentamente y maldijo por lo bajo, debía hacerlo. No sabía porque él quería que ella se quedara, pero estaba segura de que a la hora de dormir ella cerraría la puerta con seguro. Ya empezaba a conocer la parte oscura de Erick y de lo que es capaz de hacer.

-Solamente hoy, ¿bien?.-Erick curvó una sonrisa de satisfacción, debía tenerla en su cama.

-Claro que sí, y no temas, no pienso hacerte nada malo -respondió al mismo instante de pensar: «al contrario, todo será rico».

-Iré en unos minutos -le dijo ella insatisfecha.

-Tendrás que estar aquí en quince minutos, ni un minuto más, ni uno menos. Así que no sé como le harás, esta será tu prueba de puntualidad.

Enseñame A Ser Tu Hombre (Libro2) Terminado✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora