Keith Lwarence y el artista asesino

Prologo

Hola mi nombre es Keith lawrence... bueno, mi nombre y mi vida personal por ahora no importan, sino la historia que te voy a contar.

En los años que llevo como detective me he tocado con uno que otro caso que parecería increíble para aquel que escuche sobre él, pero este caso es diferente, es incluso diferente a aquel caso en el que el asesino era la misma muerte (uno de los casos que deje inconcluso, más bien el único caso que dejé así) en todos los años que he trabajado resolviendo casos jamás he fallado, es una pasión y un pasatiempo resolver casos difíciles, aparte de que es mi trabajo. Me considero bueno, pero los que me conocen o alguna vez llegaron a trabajar conmigo me consideran el mejor, no hay caso de robo, asesinato u otro caso de esa misma índole en el que no haya descubierto al culpable...hasta la más mínima pista y haberlo resuelto; encontrar las pistas es un juego para niños exploradores, cualquier individuo con un poco de noción de lo que cree que realmente no encaja en la escena o de lo que puede faltar en ella puede llegar a encontrarlas, no necesitas ser un Sherlock Holmes,un David Gourney,  un "L" o un Alex Croos para poder hacer eso; el verdadero trabajo está en descifrar aquellas pistas, está en determinar cuál de ellas es la correcta; los verdaderos asesinos o los verdaderos y buenos malhechores saben esconder esos pequeños detalles, saben deshacerse de ellos con excelente maestría, es como si fuesen a una escuela para ello o mejor aún, es como si lo llevasen en el ADN, es parte inherente de ellos, la mayoría de buenos asesinos y ladrones tienen todo aquello, pero también existen los excepcionales: aquellos que dejan pistas solo para mantener la atención de la policía y de los chicos buenos en unas pistas aparentemente relevantes, pero que en el fondo son solo pistas vacías que sirven como distractor de algo mucho más grande, dentro de los excepcionales existen otro tipo de sujetos, aquellos con los que rara vez te tocas. Y digo esto porque tienes que ser un excelente investigador para darte cuenta de su existencia.

Estos sujetos saben que existen tipos tan listos como ellos; les digo listos no por los crímenes que hacen, sino por  el estilo y la maestría con la que logran burlar a todos y dejarlos como un montón de idiotas.

Como les decía estos sujetos saben que también existen mentes brillantes del otro lado del tablero, mentes tan inteligentes que podrían llegar a descubrirlos, y es ahí donde entra la parte interesante; al saber que pueden ser descubiertos por otros tipos tan listos como él o semejantes a él, eso los llega a excitar...eso los motiva a seguir haciendo lo que hacen, a seguir cometiendo sus crímenes sin el menor rastro de emoción o remordimiento.

Les encanta jugar al gato y al ratón, es un juego morboso en el cual la lucha de intelectos entra a tallar en todo momento, por un lado del tablero tenemos al criminal que idea maneras de cometer sus crímenes y solo dejar pistas validas para alguien que sepa hacerle frente, su cerebro solo piensa en cómo puede burlar a su contraparte y vencerlo de la manera más vil. Por el otro lado, que es donde yo me encuentro, tratamos de entrar en la mente del criminal, pensar como ellos, sentir como ellos y actuar como ellos.

Todo esto sin perder nuestra cordura, nuestra cordura es lo que nos diferencia de ellos, es la que nos mantiene en el rango de los chicos buenos, es gracias a ella que podemos determinar entre el bien y el mal y tomar las decisiones correctas.

El caso que les contaré es de por si el caso más intrigante de toda mi carrera.

Este caso trata sobre un asesino, un asesino que aparentemente le estaba haciendo un favor al mundo al deshacerse de toda la escoria humana, aquella basura por la cual nadie daría nada, gente que también es criminal, pero no cualquier criminal, aquellas víctimas eran: mienbros de la mafia, asesinos, violadores, extorsionadores, pedófilos y todo tipo de basura humana, gente que incluso ustedes se alegrarían que dejaron de existir.