Aún recuerdo el día que llegó al barrio, estaba triste porque mi padre que se había marchado había vuelto, cosa que debería ser al revés, pero mi padre siendo la persona que era la verdad difícilmente hacía feliz su regreso a mi persona, mi madre y yo no lo necesitabamos en nuestras vidas. Mi madre era hermosa y más sin la máscara de felicidad que daba a medio mundo o el maquillaje que usaba para cubrir lo que le hacia ese monstruo, y que más después descubrí que ni los monstruos eran tan malvados cómo el, o eso me dice Mikleo, bueno como iba diciendo, Mikleo llego un día soleado de primavera, a pesar del radiante sol yo sentía que estaba bajo una nube de lluvia, pero, una sombra se acerco a mi tapandome la luz solar, un segundo pensé que mi nube imaginaria se había vuelto real pero al subir la mirada vi lo que en su entonces podría definir como una vision celestial, ahí estaba el con una sombrilla sobre su persona mirandome con ojos curiosos
- Te encuentras bien?
La mirada de sincera preocupación que me dio hizo que me olvidase de mis problemas y que una calidez brotara en mi interior, una calidez que ni el mismo radiante sol de primavera me había dado, talvez era cosa del destino el que precisamente me refugiara debajo del árbol que Mikleo había encontrado cómodo para leer, el también era un nerd de la lectura cómo yo, en fin que en vez de contestar a su pregunta con alguna queja sobre mi cruel vida o desahogarme porque dicen que es mejor hablar de estas cosas con un extraño simplemente me quede mudo para luego de vergonzosos minutos después soltase...
- Una sombrilla?
(Menuda primera impresión debí de haberle dado porque hasta ahora me lo recuerda entre risas y algún chiste que me implicaba cómo un duende que le había arrebatado su autoproclamado lugar de lectura y el siendo un caballero o algo así)
-Bueno es un regalo de una amiga y mi piel es muy sensible así que porque no? Hace calor - en vez de enfadarse simplemente me contesto como si nada, supongo que viendo mi aire deprimente prefirió seguirme la corriente, cuan feliz estoy que lo hiciera
Desde ese día fuimos inseparables, talvez como dije antes fue cosa del destino y alguien se empeñaba en hacer muestras vidas más llevaderas, no se, talvez alguien quería que respirásemos un poco de tranquilidad y viviésemos la niñez que se nos había negado hasta el momento, en todo caso a quien sea que haya propiciado ese encuentro "casual" estoy muy agradecido porque lo halla hecho
Ahora se que ese encuentro no fue casual, ahora después del horror que viví se que si no hubiese sucedido yo nunca hubiese sido feliz, porque si no lo hubiese conocido un aparte de mi hace mucho, ese mismo día de primavera hubiera muerto de dolor
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