Callar Corazón

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Era un día normal en la casa del alcalde. La mañana apenas comenzaba, yo ya recibía una asada de falda y Una caricias de amoroso departe de El. Luego me duche y el día de trabajo comenzaba. Su mujer tan elegante vestía para pasear y ni a la mesa se asomo para desayunar , ni ellos hoy si habrá sobras para todas nosotras ya que piensan llegar mas a la tarde.
Mis compañera y yo nos sentamos a comer las sobras del desayuno para limpiar la casa.

Comenzamos a limpiar y comenzaron las conversaciones raras e incomodas. Pero como siempre Elena me pregunta siempre que hago en las noches. Yo siempre le respondo que a ella no le debe de poner interés en mis asuntos. En realidad soy como un animal nocturno,es mejor decir que mi vino es la sangre y mi cena es los organos. No podre decir nada aquí debo de callar ya que aquí en esta casa saben que anda una vestía salvaje que come las personas y no quiero que sepan porque no quiero morir hoguera con mis difuntos. Maldita casa el polvo se acumula eso que es de cemento de ventana de cristal,con los candeladros mas hermoso del mundo y una foto familiar mira que alegría tiene , si ella tan siquiera supiera que el ama a mi. Miro hacia su cama y la tiendo con dulzura y con la rabia saber cuantas veces ella se revocó con el. Pero nada yo solo soy la sirvienta y mi trabajo es acabar con esta habitación.

Elena :(abrió la puerta)  Isabel otra vez otra vez hablando sola.

Isabel M.: Alguna vez te enseñaron tocar la puerta o si alguna vez te dijeron que no preguntes idioteces.

Elena: Lo siento es que tengo entendido por tu actitud estas perdiendo tu corazón o esta lunática.

Isabel M. : Tal vez ninguno y permiso que debo de lavar esta ropa, puedes empezar a limpiar las ventanas.(Marchándose y  serrando las puerta)

En esta casa no tiene nada que hacer que escuchar lo que una habla en la soledad . Es como si las paredes estuviese orejas, las ventas ojos y la puerta boca. Dejarme restregar esta ropa bien por la manchas del vino y comida no sale, ni por nada este mundo cruel. Maldita come cerdo en un corral y creo que ello son mas decentes. Este tarde esta muy hermoso y doloroso esta el sol castigando mi piel. Me tengo que tragar mi dolor y mis lágrimas. Todo al nombre del amor a mi trabajo.

Maria: Ya acabaste es para votar el agua.

Isabel M. : Si vota el agua ya lave la ropa de la cerda , del rey y de joven.

Maria: Hablar con respeto niña que la señora no tiene culpa que tu sea la 2 en plato para el señor.

Isabel M.: No me importa por que a mi me ama y ella no.

Maria: Como todos amamos las migajas del pan. (Se marcho)

Eso si tiene razón, hasta el ser mas inútil puede saber que soy una mas en su cama. No importa será ella la cena de hoy. Debería yo callar o ya es hora de que el mundo sepa de nosotros. Porque no puedo ser yo la señora y ella la sirvienta. (Silencio y continuar con mi trabajo).

El SilencióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora