Capitulo I
El rechino del plumón y el zumbido de las ampolletas eran los únicos sonidos que llenaban la sala. Clase de matemática, silenciosa como de costumbre, absolutamente monótona. Vaya manera de empezar el día. Todos estábamos inclinados hacia nuestros cuadernos, copiando los complejos ejercicios que no tenía -ni tengo- la menor idea de cómo resolverlos. La profesora giró sobre sus talones hacia nosotros tapando el rotulador y rompiendo el silencio.
-De acuerdo, como no nos quedan más de diez minutos, terminan de copiar los ejercicios y los traen hechos el martes.- Dijo revisando su reloj.
Mis compañeros se empezaron a parar rápidamente, guardando lo antes posible los cuadernos y estuches en las mochilas. La profesora seguía hablando, pero con el ruido nadie oyó lo que dijo.
Salimos de la sala antes porque ya no nos quedaba nada que hacer. Me tocaba historia y el salón estaba al otro lado de la escuela. Apuré el paso ya que si me iba calmada, saldría el resto de la escuela y quedaría aplastada por los gorilas de tercer grado. Digamos que no es una muerte muy digna.
Llegué sin problemas al salón. El profesor de historia era el que mejor me caía, sonriente y simpático siempre.
-Buenos días, Claire.- Dijo abriéndome la puerta.
-Buenos días, profesor O'Ryan.
Tenía un puesto al frente de la pizarra. Era asquerosamente mala en historia. Me acerqué a mi puesto con la cabeza gacha y concentrada en los cordones de mis zapatillas que en cualquier momento podían hacer que me cayera.
Me senté en mi puesto y lanzé la mochila a un lado. Subí la mirada lentamente hacia la pizarra y me topé con una sorpresa. En la pizarra estaba escrito "Feliz cumpleaños Claire" con plmón morado, mi color favorito.
-Gabriel, no tenías que molestarte.
-¿Acaso no puedo desarle un feliz cumpleaños a mi sobrina favorita?
-Soy tu única sobrina.- Dije mientras lo abrazaba.
Sí, mi profesor de historia es mi tío. Muchos piensan que él me regala las calificaciones.Se nota que no han visto mis calificaciones en historia, de lo contrario, cambiarían de opinión.
A Gabriel y a mí nos gustaba mantener una relación formal dentro de la escuela, por eso "Profesor O'Ryan"
Nos separamos del abrazo y pasó su mano por mi pelo. Le encantaba hacerlo, sabe que yo lo odio.
-Ten.- Dijo pasándome un paquete pequeñito con un sobre adherido.
-Gracias.
-No hagas estupideces con él.
-No te aseguro nada.
Comenzaron a llegar los otros alumnos. Me dedicó una última sonrisa y yo me senté en mi puesto. Fue una clase divertida y se me pasó rápido, igual que el resto del día. Camino a casa iba muy concentrada en mis pensamientos. Pensaba en hacer una fiesta, después de todo, iba a cumplir dieciséis. Si mi papá no me lo prohíbe, claro.
Estaba concentrada buscando un argumento válido para pedirle permiso a papá cuando alguien desde atrás me pide permiso. Me giró a ver quién es y resulta ser un chico de la clase de matemática que me mira esperando que me mueva con el pie en la acera como apoyo para no perder el equilibrio de la bicicleta.
-Oh, perdón.- Dije moviéndome a un lado.
-No hay problema, gracias.- Me sonrió y se volvió a subir a su bicicleta.
Se fue pedaleado en línea recta y luegó dobló a la derecha y lo perdí de vista.
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-Hola, cariño,¿Cómo te fue en la escuela?- Dijo mi padre besándome la mejilla.
-Bien, todo normal.
-Genial. Ven, vamos a almorzar.- Dije guiándome al comedor.
Papá me había preparado pizza, mi comida favorita. Él sabe todo sobre mí, nunca logro ocultarle nada sin que me descubra.
-Gracias papá.
-De nada Claire, feliz cumpleaños.
Me besó en la coronilla y nos sentamos a comer. Cuando terminamos de comer él me preguntó más detalles sobre el día y todo.
-¿Ya hablaste con Ellie?- Me preguntó papá.
-No, pero me mandó un mensaje de texto.
Ellie es mi mejor amiga. Nos conocimos desde séptimo grado y hemos sido mejores amigas desde entonces. Ella estaba en Italia de intercambio y no volvería hasta en dos meses más.
-OK, hey Claire, te compré algo.- Dijo papá parándose de la mesa.
"Que no sea ropa interior,que no sea ropa interior,¡Que no sea ropa interior!"
-No tenías que molestarte, papá.
- Es tu cumpleaños, sería muy tacaño de mi parte no comprare nada.
-Creo que desde mi último cumpleaños que me gustaría que fueras tacaño.
-¡Oh, por favor! ¡Esos sostenes no estaban tan mal!
-¡Eran rosado chillón y tenían ositos! ¡Más encima era más pequeño que mi talla!
Definitivamente el peor regalo de todos. No es que criticara los regalos de papá, sé que se esfuerza y todo, pero sus regalos nunca han sido su fuerte, y mucho menos esa vez.
-De todas maneras este te encantará.- Dijo dirigiéndose al salón.
Me esperaba lo peor en mi asiento, ¿Es que acaso alguna cosa podía superar el regalo del año pasado? No lo creo. Conociendo a papá, ya veía que traía a una banda de mariachis a cantarme las mañanitas. Bueno, eso quizás podía superar el regalo del año pasado.
Escuché a mi papá acercarse y mis nervios aumentaron, al igual que mis miedos.
"Ok, hasta nunca dignidad"
El momento que acabaría con mi dignidad de una vez por todas había llegado, ya no había escapatoria, tendría que lidiar con esta vergüenza toda mi vida. Pero al final, papá sólo traía una cajita en las manos.
-Feliz cumpleaños cariño, te lo mereces.- Dijo entregándome el paquete con una sonrisa de oreja a oreja.
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Visto a las 10:25
Novela Juvenil«"Ojos pardos" te ha enviado un mensaje.» El mensaje de un desconocido ¿Le contestarías? Datos que no revelan mucho ¿Te seguirías sintiendo segura? Una sola oportunidad de libertad ¿La tomarías?