Parte 1 Sin Título

37 0 0
                                    

 No tengo salida; tus encantos fueron el causante de mi ruina, y con la fascinación de tu sencillez, lograste hipnotizarme de una manera bárbara.

Estas palabras son el medio trascendente para traer a tu presente, que mi energía humana como existencia, permanece aún bajo el refugio de este espacio infinito. Hasta ahora, mi aparición entre oraciones, es la prueba que me hallo vivo, aunque para ti, no parezca y lo pases por alto.

Escribo para ti, a través del tormento que mi alma suplica cesar, y trazo estas líneas para agradecerte la abundante inspiración que tu capacidad inconsciente de herirme, le otorga a un hombre como yo, y como he aprendido a luchar desde que, en un giro inesperado, me hiciste convertir en quien temía tanto, y en quien, en mi corta edad, ni en sueños planeaba ser.

Me adelantaste, y colocaste en frente de mis ojos, y a la gravedad de mis manos, la inhumana realidad que en un tiempo futuro tocaría mi puerta, y colocaría en suspenso mi vida, pero siempre sabes cómo sorprender, siempre has sabido como darme ocupaciones, como tomarme de manera desprevenida, como atraparme con tus asombros, y ahora, tengo en mí, la más fuerte y destructiva tarea que no imagine tener de ti. Supe que esta vez sería distinto, pero el cambio no es lo peor; hay cuestiones más allá de solo creer sentir o imaginarse poder sentir algo más profundo por alguien, y esa delgada y engañosa línea es la responsable de destruirte. En cualquier momento, puedes saborear si lo que está en camino o a punto de suceder, te puede favorecer o arruinarte, y aún así, si tuviésemos la evidencia de lo que pasará, siempre sabremos cuál decisión incorrecta tomar.

En esta trayectoria, he notado que mi antidepresivo es únicamente quien desgarra mis emociones y penas. ¡Si, solo tú! Tú que logras descomponer mi integridad, tienes el poder de salvarme, y protegerme de los temores, dudas y fantasmas que tu abandono plantan en mí.

A ti lector, en identificación con mi experiencia no deseada pero necesaria, poder ser desmoronado es el gran paso y golpe que mereces como aliento para comenzar a construir tu imperio, tu mundo, tu vida...

Para ti, persona viviente y causante de mi desplome; infinitos agradecimientos por llenarme de debilidad, insuficiencia, y desaliento. Gracias por permitirme conocer el infierno tan cerca, y así conocer lo que realmente importa y vale la pena.

El portátil sobre mis piernas, una taza de café a mi lado, y en algún rincón de mi mente, mi subconsciente se encuentra haciéndole frente a las fuertes mareas que tus recuerdos, palabras, miradas y voz golpean sin cesar mi serenidad, logrando hacer que mis manos redacten para ti como si fuese para mí, todo mientras hablo con la sombra imaginaria que está a mi lado con imagen a tu persona. Rogando no te importe que haya decidido dar a conocer lo que has hecho de mí, lo que por medio de lo desconocido, he aprendido y como ha sido el cambio radical que tu llegada y despedida ha desequilibrado todo de mi, desde entonces...

En noches como esta, el lamento promete asegurar que nunca te olvidaré, y que siempre, ya sea tarde o temprano, tendremos la inquietud sobre el por qué haberse rendido. Posaste en mí, sensaciones que han estado intrigándome, desde que mis ojos fueron capaces de ver por medio de tu incomparable espíritu. Sencillamente, no se hace parte de tu pasado quien ha logrado encender el fuego ardiente, dejando cenizas sobre un amor real, apasionado, puro y deseoso de más.

No aspiro a mentir, ni se me antoja fingir, pero fui tocado de una manera imborrable desde que entraste a mi vida, y conseguiste transmitirle sensibilidad; me sentí amparado cuando con tus besos devoraste mi boca, y con el tacto de tus dedos, sellaste mi piel... Allí, con tu llegada, aprendí a apreciar las verdaderas sorpresas que la vida en distintos puntos, te concede. El milagro de haberte tenido, ha sido la excusa perfecta para tener un momento que evocar cuando necesita verte y no estés, cuando necesita oírte y no poder.

Inestable: A un paso de caer.Where stories live. Discover now