Capítulo 25

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Benjamín

Yo mire a la princesita sorprendido, intercabie miradas con el hombre quien parecia confundido al igual que yo. Ella lloraba pero tenia una sonrisa en el rostro.

—Creo que me estas confundiendo pequeñita — dijo Itxazo mientras la quitaba con cuidado.

—Jamas podria hacerlo, yo jamás te olvidaría.

Dijo entre lagrimas la princesita parecia estar algo desesperada.

—Tu nombre es Mauro Smirnov, tienes 42 años, naciste en seattle, trabajas como director de una compañía en Pennsylvania, tu esposa es Margarett Lewis y tienes una la cual su esposa decidió llamar Annabelle pero lo detestas por esa película de terror y por eso me llamaste Milene, tu me diste este collar en mi cumpleaños número quince—dijo aun entre llanto incluso ya le estaba comenzando a dar hipo— hace más de tres años tuvimos un accidente.

Vi como se mordió el labio estaba temblando.

—Enserio lo lamento pequeña señorita pero me estas confundiendo.

Dijo Itxazo y salio de la pequeña choza, la princesita sedio la llanto por completo observe como se abrazo a si misma mientras caía al suelo, lo único que hice fue observarla, ¿tenia que acercarme?, ¿debía hacer algo?.

*El mejor consolador del mundo.

**Entre en pánico si, jamás habia vivido algo así.

De alguna forma me dolía verla así, me acerque a ella y la abrace con fuerza, me sorprendí al sentir como me correspondía el abrazo, poco a poco sentí mi camiseta humedecer, esto en verdad que era doloroso. La abrace con mas fuerza con la esperanza de oírla quejarse pero eso nunca sucedió, después de un rato ya no la oí y su agarre ya no era el mismo, baje la mirada y la observe tenia el rostro completamente rojo y los ojos hinchados, la cargue entre mis brazos y la acosté en aquella cama de paja.
Salí de la choza en busca de Itxazo o Mauro, como sea a ese tipo.
Oi a alguien conversar me acerque y observe a supuesto padre de la princesita conversando con aquella señora ella le dijo algo que no entendí, el se levanto de golpe y salio molesto.

—Dale tiempo— oí decir a la mujer—necesita asimilarlo.

—¿Que?—dije confundido.

—Es tal como dijo la chica, el tuvo un accidente lo encontramos en la orilla del mar, la verdad fue un milagro que sobreviviera, al despertar habia perdido la memoria pero no le molesto en absoluto y ahora que puede saber quien es por completo parece agobiarle un poco... Pero estará bien cuando lo asimile por completo.

Yo estaba con toda la boca abierta, en verdad no podia creer todo lo que estaba pasando, mire al padre de la princesita solo estaba sentado observando el mar. Supongo que realmente necesitaba tiempo, por lo que fui de nuevo a donde se encontraba la princesita, me sente a su lado y la mire.

—Tu vida si que es complicada.

Dije como si pudiera oírme.

—Sabes ya no me quejare tanto de la mía, te veo y todo se pone en retrospectiva.

Reí para mi mismo mientras la seguia mirando, quite algunos mechones de su rostro y los coloque detras de su oreja, sin pensarlo comencé a acariciar su cabello.

—Tranquila todo estará bien, te aseguró que volveremos los tres a casa, lo prometo.

Me levante de mi lugar y salí de la choza el padre de la princesita seguia observando el mar. Me acerque a el y me sente a su lado.

—Nunca me importo saber quien era en realidad sabes... Pero de alguna forma siempre sentía que algo faltaba, pense que serian mis recuerdos pero no es así, sabes cuando mi hija me abrazó, sentí que ese faltante desapareció, pero todo es tan confuso. Por una parte quiero intentar recordar pero por otra no.

—No deberías presionarte, sabes si le dices como te sientes ella lo entenderá. Es una chica muy comprensiva cuando hablas las cosas correctamente con ella, la verdad es bastante responsable y madura para su edad.

—Parece que la conoces bien.

—Supongo, e pasado muchas cosas con ella y se que a veces es tan irritante, sarcástica, molesta, algo orgullosa y terca. Pero, es una mujer de palabra y honorable, se esfuerza en todo lo que hace, incluso es divertida cuando se lo propone, ella es una buena chica.

—¿Te gusta?.

Yo hice una mueca de asco de inmediato.

—No me diga cosas tan horribles señor.

El rió a carcajadas y luego me observo con seriedad.

—Es mi hija no se exprese de ella de esa manera.

—Hace 5 minutos no sabias que era tu hija.

—Touche... Dime que otras cosas sabes de mi hija.

—Bueno ella es muy lista, es una completa nerd, es la numero uno en la universidad. Cuando sonríe se le hacen hoyuelos y cuando esta molesta arruga la frente y santo cielo tiene una fuerza moustrosa rompió una patineta en dos usando solo su pierna, una ves le pateo el rostro a un chico justamente en la nariz sin clemencia alguna y lo dejo inconsciente.

El padre de la princesita rió a carcajadas y se limpio una lágrima de la cara.

—No se porque, pero me siento realmente orgulloso de ella.

—Sabe yo tambien, solo no le diga, ambos nos detestamos y seria malo hacerle ver que me doy cuenta de sus buenas cualidades.

—Tu secreto esta a salvo conmigo... Y que mas sabes de ella.

Yo mire al padre de la princesita en verdad lo pensaba intentar aunque tuviera algo de miedo, yo por mi parte seguí contándole todo lo que habíamos pasado incluso lo del compromiso, cosa que pareció diagustarle por completo pero de alguna forma se sentía agradecido ya que gracias a eso lo habíamos encontrado a él. Supongo que las cosas malas tienen su propia ventaja.
Ya era de noche y la única habitacion libre era con la princesita, al entrar la observe temblar supongo que estaba algo fresco, abrí mi mochila y la arrope con una sabana, note que seguia temblando, parecia murmurar cosas. Era una pesadilla.
Me sente a su lado y tome su mano.

—Tranquila, tranquila —dije mientras acariciaba su cabello con mi mano libre—todo esta bien, todo esta bien, estoy contigo.

Observe como comenzó a tranquilízarce lentamente, creo que habia funcionado, me acosté a su lado sin soltar su mano. Cerré los ojos y solo rece por que el dia de mañana ella no tratara de matarme al despertar y verme a su lado.

Prohibido Enamorarse©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora