Siena miro a Patrick nuevamente, se había despertado mirándolo, no se dio cuenta cuando dieron de alta a Julieth y cuando la pasaron para ese lugar, Patrick quedaba frente a ella y aunque no le gustara del todo, estaba feliz, feliz porque podía mirarlo y estaba al alcance de su mano, quería estirarse y tomar esa piel bronceada de sus brazos, acariciar un momento su piel y sentirlo cerca de ella, pero le daba miedo que despertara y la viera haciendo eso, pasarían más tiempo solos pues nadie se aparecía por ahí por estar entrenando o en algunas otras cosas de importancia mayor a ellos, cerro los ojos un momento para despejar su mente, pero simplemente no podía, no quería dejar de mirarlo y de sentir eso en su pecho, algo cálido que sabía bien que era, Siena sabía que su corazón volvía a latir desenfrenado por Patrick y no le gustaba la idea de detenerlo, quería seguir mirándolo, recordándolo, oliéndolo y sabiendo que con él era diferente su vida, era diferente todo de principio a fin.
-¿Como es que una mujer tan linda me mira y no es al revés?- le pregunto Patrick tomándola por sorpresa, ya tenía tiempo despierto pero solo lo hizo para ver que tanto hacía, pero la escuchaba suspirar y después respirar molesta, sonrió girando su cara a ella, estaba roja de la vergüenza.
-Tonterías, no tengo a donde voltear a ver.- se defendió con tono molesto, pero por dentro estaba avergonzada de ser tan estúpida como para que la mirara verlo.
-Claro que si, arriba y abajo, no precisamente a mi cara.- jugo con ella, sonrió al verla fruncir el ceño, pero no supo que decir para defenderse de ese comentario, lo pensó un rato, pero fue una eternidad, esos segundo se convirtieron en minutos y su mirada solo fue a él y sus reacciones, esas facciones varoniles que tanto le gustaban-Y lo sigues haciendo, Siena.- le recalcó cómodamente y mirándola con suavidad, ella giro el rostro al techo, solo el rostro pues el cuerpo no lo podía mover.
-Tonterías, te crees importante solo por un beso, un par de coqueteos y una mano por aquí y por allá. Déjame decirte que necesitas conquistar mi corazón para que vuelca a creer en ti y que caiga rendida.- creía en él, pero era mejor mentirle que decirle la verdad para que se alzara más, después de todo su ego era enorme por su reputación de buen capitán y pertenecer a las fuerzas especiales.
-Diria que estas enamorada, pero no quieres darte cuenta.- le aclaro él con suficiente seguridad, en el fondo ambos sabían que eso era verdad, Siena volvió a verlo, pero cerro los ojos- Ambos estamos enamorados, perdidos por el otro, pero nos cuesta darnos cuenta, nos cuesta admitirlo porque no sabemos a donde nos llevara todo esto, sabes que es verdad, que nos amamos con algo demasiado fuerte, a pesar de años seguimos siendo esas dos personas que escapaban para verse y amarse el uno al otro... Solo admite que me amas y no puedes olvidarme. -le pidió con voz suave, no baja, pero si suave y segura de cada palabra, a Patrick le latía desenfrenado el corazón, le dolía más el cuerpo por decir aquello que por las heridas de navaja, solo quería aliviar el dolor de tenerla lejos y de no poder amarla.
-Aunque lo admita, nada de eso tiene futuro, tú estas en un equipo diferente a lo que soy, estas todo el día, toda la semana en el cuartel y yo no...-admitió ella con los ojos cerrados, sus manos le sudaban como cuando se entrego a él con el miedo de que su cuerpo no fuera suficiente para ese hombre perfecto, pero resulto satisfecho y encantado con cada poca curva, con sus pechos pequeños y su cabello en los hombros, embelesado con sus ojos y su suplica por él, le sudaban igual que entonces -Llevo una vida distinta y sé que eso nos causara problemas. Si te amo o no... Eso no importa.- abrió los ojos mirándolo, una mirada dura por decir eso que le dolía a ella y a él- Nada importa, no podremos vivir como una pareja, tener hijos o una casa donde pongas una fuente, ni un columpio en el árbol, mucho menos una ventana que de al patio tracero para ver las tardes, la lluvia o a los niños jugar, nada de eso tiene un futuro si ambos no cambiamos, tu amas las fuerzas... Yo también amo mi trabajo. El amor no lo puede todo, siempre habla algo que se te salga de las manos Patrick, esta vez, soy yo.- sentenció ella firme, pero destrozada, era verdad, ni por más que quisieran podrían cambiar nada, se amaban, pero sus vidas eran totalmente diferentes, no era fuerte el amor para mantenerlos alejados de todo su mundo, además cargaban con gran peso, más personas dependían de ellos, siempre harían feliz a alguien más pasando por su felicidad.
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Fuerzas Especiales: Siena [EDITANDO]
RomanceSiena pensó que había dejado atrás dos cosas, su amor por un hombre que no supo defender lo que sentía y la debilidad por él, pero tras una misión encubierta toda su vida cambia, conoce a dos personas, vuelve a encontrarse con el equipo que le hizo...