Akira Berglind
Giro de nuevo al saber que ya se encuentran rodeándome, a casi hacerlo por completo con alguna que otra risa sonora, cargada de burla; visualizo mi punto de escape de este circulo, uno completamente puesto a mi disposición y, al no poder teletransportarme por mi estado, armo una rápida carrera hacia fuera de ellos, cosa que aumenta las risas que cubren lo que antes eran silencio en mi alrededor
Todo toma forma en mi vista, reconociendo las figuras que tengo cerca, estas siendo tres demonios de último rango dispuestos a atacarme y, al fondo, distintos seres quizás evitando mi escape y simplemente, todo esto, es razón para que en mi corazón nazca la preocupación por mi misma porque, de aquellos que me estudian con la mirada, no me podré defender como deseo, incluso ahora, me falta la respiración y sin hacer nada.
Se están burlando y eso no me importa, desde pequeña se han burlado de mí y eso me sabe a mierda, también reaccionan a mi identidad completamente verdadera, a mis facciones y ojos que siempre las tengo ocultas; me vieron y mis palabras siempre han sido: El que llegue aquí y me vea, no puede salir como alma.
En mi pequeño movimiento saliendo de mi círculo, alcanzo de una de las mesas la daga encantada por mi abuela Adeline y Danielle, una que me dejaron a mi disposición luego de un tiempo, me la dejaron para no tener necesidad de reaccionar en ocasiones con demansiada agresividad.
— ¿Tienes miedo? —Estúpida e innecesaria pregunta que llega a mis oídos rebotando en un incómodo eco ¿Sentir miedo de ustedes?
No es que sea eso, no es miedo, es únicamente el no saber cómo reaccionar al no poder defenderme psicológica ni físicamente y por eso, solo por esto, ya me hubiese burlado de su seguridad y atacado sin perdón.
Intento crear ataque mental, con la daga oculta entré mi brazo de manera desapercibida para su vista pero aparte de hacer que ellos sonrían más, me provoco una intensa presión de la cual intento no tambalear.
"Aarón, te necesito inmediatamente arriba"
— Nuestra líder nos tiene miedo, la reina de todos nos tiene miedo ¿No es divertido, muchachos? —relamo mis labios, escapando entre pasos en los que me mantengo en alerta, de cualquier rincón de la habitación.
Fijo mi vista en el pecho de la mujer, intentando seguir con mi telequinesis en su cuerpo, hago cálculo de distancia para lanzarla con toda mi fuerza a su pecho pero lamentablemente, me veo sorprendida cuando la esquiva, tomándola rápidamente de su mango en el aire salvándose de cortada; evitando caer, hago apoyo con mi pie colocándolo haca atrás.
— ¿Es enserio? Pensé que serías más rápida, por algo te tienen miedo en cada mundo, no deberías ser tan lenta —dice sonriendo cínicamente— ¿Una daga? ¿Es enserio? ¿Es lo único que tienes? ¡Sabes que eso es inútil para herirnos! —La lanza al otro lado de la habitación.
¡Idiota, esa daga si te cortaba ibas a terminar llorando en el suelo pero no tengo la maldita fuerza común para atacarte y eso me está desesperando.
— ¿Qué es ese gesto? Berglindcita.
Se planta frente a mí intentando tomarme pero soy capaz de reaccionar lo suficientemente rápido para escapar de sus manos, aun así, la suerte está en mi contra y yo termino cayendo sentada en el suelo. Mis dos brazos son sujetos y de alguna forma, entre forcejeos y forcejeos, logro golpearles en el rostro, siendo eso malo para mí por no poder respirar en este momento.
¿Miedo? Podemos traducir eso a un sí, no me puedo defender, no me puedo teletransportar, mi fuerza ahora es más débil que la de un humano y mi poder mental, no es lo suficiente para hacerlos caer y seguramente solo les estoy causando cosquillas.
ESTÁS LEYENDO
Secreto entre lazos: Erradicación
FantasyEl secreto aún existe y el lazo se mantiene, pero hay algo acechando alrededor de Akira Berglind que ellos deberán intentar erradicar. El poder no deja de crecer a pesar de haber superado y abrumado a cualquiera desacostumbrado a su presencia. Fuer...