Parte 2

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Me emocione un poco con esta historia, así que robe algunas horas de mi trabajo para hacer la continuación. Espero les guste. Estaré atenta a sus comentarios.

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Sé que debo levantarme, hay entrenamiento matutino y no debo atrasarme. El no pegar ojo en toda la noche por una tontería no es bueno para mi condición física. Aunque...no es del todo una tontería, ¿Cierto?

Ok, ok, lo lastime. Debo disculparme para poner fin a esta ridícula pelea de amantes. Cuando llegue a la escuela lo buscare para explicarle. Sé que me entenderá. Sé que me perdonara. Sé que volverá a estar pululando alrededor mío como siempre.

Me alisto como de costumbre, emprendo el camino hacia mi entrenamiento con la cabeza llena de las palabras (más bien excusas) que te diré. Te veo, allí de pie mirando el cielo que aún está un poco oscuro. Tu perfil se ve diferente, distante, frio. No dejo que esa imagen me detenga. Me acerco a ti.

-Oi, Hinata!- Pronuncio como todos los días. Estoy preparado para tu ira, para que me grites y armes una escena como las colegialas, incluso estoy preparado para no golpearte si me llegas a ignorar. Pero nada de eso pasa.

-Dime-Algo está mal, no gritas, no peleas, me miras pero es como si vieras a través de mí. Casi como si vieras a la nada en lugar de mi rostro. Tus ojos, esos bellos ojos que siempre tenían aquel brillo que iluminaba todo, hoy se encuentran opacos, vacíos, fríos. Hacen que tenga una extraña sensación en la boca del estómago.

-Sobre lo de ayer...-Logro decir. Su actitud logra descolocarme bastante. Pero soy un hombre y puedo afrontar esto-P-perdón por lo de ayer-Esas palabras no son del todo lo que quería decir, pero de eso a nada....

-¿Ayer?, ¿Paso algo ayer?-

-¿No lo recuerdas?- Imposible, no hay forma de que no recuerde lo que paso ayer entre nosotros, tampoco pudo ser producto de mi imaginación. Algo raro pasa.

-No-Eres tajante. Lo recuerdas, pero quieres enterrarlo, verdad? No te culpo, yo hice lo mismo. Pero aunque lo entiendo, me molesta. Me irrita que intentes borrar lo que hicimos. Yo fui el primero para ti, eso no es fácil de olvidar. YO no soy fácil de olvidar. Maldición, esto me está irritando demasiado. Mis buenas intenciones se van por el caño.

-Como quieras- No me importa, claro que no me importa. Los muros que me protegen siguen en pie. Me siguen sosteniendo. No importa que tengan fisuras, no importa que esa desagradable sensación en la boca del estómago siga allí aun cuando decidí desechar nuestra relación.

El malestar me acompaña durante toda la práctica. Temía que lo que paso afectara el desempeño de Hinata, pero para sorpresa de todos, su concentración fue impecable. Remato todos mis tiros, recibió algunos otros, reacciono que velocidad a las pruebas que nos ponían para prepararnos para el juego que se acercaba.

Ver su figura inmersa en el juego y sin debilidades me dejaba una extraña sensación entre orgullo y anhelo, como si quisiera tocarlo, sentir aquella llama que emitía luz propia. Sentirlo, sentirlo a él.

Ese pensamiento me golpeo con la fuerza de un puñetazo, aun no me recuperaba de ello cuando una odiosa voz burlona se dirigió a mí.

-¿Así que la reina por fin se soltó de las cadenas?-¿Cómo puede sonar aún más molesta y desagradable esa voz?

-¿¡Ahh!?-

-Jaja tranquilo Rey, solo pregunto porque me doy cuenta de que el enano no ha dirigido su mirada hacia ti en toda la práctica. Cosa rara, ya que era hasta desagradable observar cómo te miraba. Pero creo que ya se curó de la extraña enfermedad que lo hacía admirarte.

La caída de un ReyWhere stories live. Discover now