XXIV- Refugio.

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~" Traté de luchar pero no soy lo suficientemente fuerte. Sólo quiero que estés aquí pero también quiero estar sola. Ya no sé ni lo que quiero. De vez en cuando, la oscuridad me persigue." - Darkness keeps chasing me- Grace VanderWaal.~

Lunes, otra vez. Mi humor no era el mejor  y no solo era gracias al comienzo de semana. Había pasado una noche nefasta. Mi sueño se vio amenazado de millones de pesadillas y no tenía un buen presentimiento sobre lo ocurrido mientras dormía. Ese tipo de noches no traían nada bueno. Ella y su bestia se aprovechaban de mí para reclamar lo que les pertenecía. Almas, que yo tomaba sin control alguno de mí conciencia. Me utilizaban, manchando mis manos con sangre de inocentes. Mientras desayunaba ni encendí el televisor por miedo a escuchar noticias que me implicaran a mí. Claro que era imposible que me atraparan o que hubiera alguna pista que me culpara por que todos parecían "accidentes estúpidos". Un ejemplo fue el de hace un mes, una chica de 30 años se desnucó al caer de su bicicleta en la noche de un jueves. Se había resbalado con alguna sustancia aceitosa que había derramada sobre la carretera. Era indiscutible, yo había sido la culpable de esa muerte. Yo me había llevado su alma y podía sentirlo. Matar me hacía más poderosa, me alimentaba de esas almas y del miedo que tenían al verme allí. Era un verdugo, uno enfermo que gozaba de su trabajo. Mi humanidad lloraba desconsolada pero no podía evitarlo, solo podía aceptarlo y pensar en cualquier otra cosa. En la cita que tuve con Harry, quizás. Anoche resultó contra las pesadillas dándome 3 horas de sueño y resultaba un pensamiento cálido entre tanta gelidez. 

Mi mal humor era tal que cancelé cualquier reunión o contacto con personas a lo largo de la jornada. Solo me encerré en mi oficina, rogando paz. Mi mala educación se hizo presente cuando no saludé a nadie que se cruzó en mi camino. Harry no se merecía esa mirada fulminante ni ese muro de hielo pero también estaba enojada con él. Aunque también era una forma de protegerlo del mounstro que era. Traté tan mal a Leigh que solo se limitó a organizar papeles y a dirigirme la palabra con pequeñas preguntas estrictamente referidas al trabajo. Mis socios fueron advertidos de mi humor y se dedicaron a sus respectivas tareas solos. Ellos sabían como actuar en este tipo de días.

Le estaba dando la razón a cada rumor estúpido que había sobre mí y eso me enojaba más. No podía evitarlo. Después de todo, el apodo de la "reina de hielo" se ajustaba a mí tanto como el vestido negro que llevaba puesto. 

Las luces dentro de la oficina disminuían por mí culpa. No podía calmarme, estaba llena de impotencia y rabia. Cada consejo que me había dado Neoma parecían inútiles y si algo había aprendido era que la rabia era el segundo sentimiento más poderoso por el que me podía regir. El primero, sin duda era la desesperación y la desesperanza. Estos sentimientos lograban que mi control se debilitara y que la oscuridad se apoderara de mí con facilidad. En cambio, con el amor y la felicidad la alejaba, la enfadaba, sin embargo, perdía mi control volviéndome peligrosa. Por eso la neutralidad era lo mejor pero lo más difícil de lograr. 

Las horas pasaban tan lentas y no colaboraban con mi humor. Leigh llamó a mi puerta con novedades nuevas. Los preparativos de la fiesta de aniversario de la editorial ya estaban totalmente listos, solo necesitaban mi aprobación y se realizaría el sábado en un hotel reconocido del centro londoniense. No era mucho de fiestas, pero esta era importante. Fue una tradición de mi padre, celebrar el cumpleaños de su empresa y ahora la continuaba yo. Concurría por compromiso y regresaba a mi casa temprano, dejando que los demás se divirtieran. Esta fiesta se había vuelto famosisíma y los paparazzis concurrían a la alfombra roja. Asistían modelos, famosos, inversionistas y hasta la competencia. Y aunque era más un capricho, resultaba beneficiosa para la empresa. 

-¿Necesitas algo?- Leigh preguntó dejando más carpetas sobre mi escritorio y retirando otras.

-Un té negro bien fuerte.- Ni me molesté en sonar un poco más agradable.

Dorchadas Álainn ||H.S|| a.u (Wattys 2019)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora