PARTE 10
Al caminar hacía Tom sientes un cosquilleo en el estómago, volviste a sentir esa sensación que sentiste aquella vez que salió de la oficina del director, aquella vez que viste sus ojos por primera vez, si, el te había lastimado, pero tú te diste cuenta que en verdad está arrepentido y quiere estar contigo.
Cada paso era eterno, querías correr, pero no querías verte tan exagerada, Tom no dejaba de verte, te estaba viendo como si fuera la ultima vez que lo fuera a hacer al llegar a ti él baja la mirada.
—De verdad lo siento —se cubre la cara con sus manos—. Quiero que sepas que en verdad estoy arrepentido no se que...
En ese momento lo abrazas, lo haces como nunca lo habías hecho, como si fuera la última vez que lo fueras a abrazar, tus lagrimas comienzan a salir, Tom pasa su mano por tu nuca y te da un beso en la frente.
—Nos hicimos una promesa, ¿la recuerdas? —pone sus manos en tus mejillas.
Lo ves a los ojos
—Claro que si, estar siempre juntos.
Tom se acerca lentamente y te da un beso, nunca te había dado un beso así de único, pone sus manos en tu cintura y tú lo tomas del cuello. Así se quedan un tiempo, los dos olvidaron todo lo demás y solo se concentraban en ustedes se sonríen y se abrazan.
—De verdad muchas gracias por perdonarme, sé que fui un estupido, no volverá a pasar, lo prometo con el corazón —toma tu mano—. Ven, vamos a mi departamento, te tengo una sorpresa.
Se van caminando a su departamento y amas esa sensación de caminar de nuevo tomados de la mano, Tom comienza a platicarte algo pero no puedes prestarle atención a lo que dice porque solo te fijas en la manera que camina y voltea a verte con una enorme sonrisa. Al llegar a su departamento cubre tus ojos con una manta.
—Está bien, quédate aquí y cuando te diga, te quitas la manta.
—Está bien —dices mientras secas tus manos que están sudando por los nervios—. No tienes que darme nada, estoy feliz que volvieras conmigo.
Tom no te contesta y no lo escuchas cerca, después de unos minutos escuchas sus pasos y se detienen, todo queda en silencio, por un momento piensas que Tom te hará una broma.
—Ya puedes quitarte la manta —te dice muy feliz.
Al quitarte la manta sueltas un grito y saltas, Tom en sus manos tenía una pequeña cachorrita, color gris y con una pequeña mancha en el pecho, corres hacía Tom, tomas a la pequeña y la abrazas muy fuerte.
—Tom, ¿y esto por qué? —dices con voz entre cortada, pues quieres llorar—. Me encanto te lo juro.
—Pues se me ocurrió la idea de que cuando yo no estuviera ibas a necesitar una amiga para que te cuide, aparte sé que te encantan los animales.
—Wow muchas gracias amor, te amo tanto en serio —le dices mientras lo abrazas.
Tom te invita a quedarte esa noche con él, tú obviamente aceptas, comienzan a hablar de cualquier tema que se les pasaba por la mente, fueron horas y horas de risas, abrazos y besos, momentos que pensaste nunca volver a pasar junto con ese chico.
—¿Quieres cenar algo? ¿Hacemos spaghetti? —Tom se levanta de la cama y y te sonríe.
—Jaja claro, aunque nunca he hecho spaghetti.
—Pues aprenderás del mejor maestro —te dice con cara sarcástica—. Es fácil, ya verás.
Mientras lo cocinan Tom comienza a platicarte de todo lo que hacían él y sus hermanos de niños.
—Que tal si ponemos música, hace falta un poco de ambiente aquí —toma su celular y pone una canción tranquila para bailar.
—Ay Tom, siempre haciéndote el gracioso —dices mientras lo ves fijamente.
—Hermosa dama, me concede esta pieza —dice jugando.
—Claro que si, princeso —sueltas una carcajada.
—Oye, tómatelo en serio —dice en tono de burla.
Mientras bailan Tom te besa, es una hermosa noche que estás disfrutando como nunca habías disfrutado antes.
—Oye, huele a quemado ¿no?. —volteas a la estufa.
—¡Oh no! Mi spaghetti —dice Tom mientras quita el sartén de la flama.
Por detrás de él tú estás aguantándose la risa, pues él te había presumido y se le quemó la cena.
En ese momento Tom voltea.
—Sip, dilo —hace una mueca.
—¿Qué cosa? Maestro... —comienzas a burlarte.
—¿Sabes algo? —Tom se acerca a ti, toma una cuchara y te hecha el spaghetti encima. —Jajaj ¿quien ríe ahora eh?.
Él corre a su cuarto y tú vas detrás de él, te carga y te avienta a la cama, comienzan a reírse, se miran y te da un gran beso.