Zapatillas Rojas

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Ciñó un poco más a su cuello el nudo de la elegante corbata roja, dejándola a la altura idónea justo tocando ligeramente la hebilla plateada del cinturón de piel negra.

Se miró una vez más al espejo comprobando que el conjunto que tenía que vestir ese día le quedara bien. La perfecta línea del pantalón gris marengo recorría la pierna de arriba a abajo de forma sutil dejándolo caer con gracia, la impoluta camisa blanca de cuello italiano se ajustaba correctamente a su cuerpo  y la impecable americana azul marino casaba armoniosamente con el resto de las prendas. En si todo estaba correcto, ni un pliegue de menos y ni una arruga de más.

Por último revisó sus lustrosos zapatos. Dejando aparte los habituales oxford de cordones, esta vez quiso dar un aire menos formal pero sin perder la elegancia escogiendo unos mocasines de tipo Tassel, estos se amoldaban perfectamente con el resto del conjunto, el nudo y las borlas del empeine le daban un toque agradable a la vista.

Aunque no siempre se le da la importancia que se merecen, él consideraba que unos zapatos eran parte esencial de una buena presentación, estos pueden levantar un simple conjunto casual o destrozar al mejor de los trajes. "La elegancia esta en los accesorios" pensó.

Miro su reloj y comprobó que aun faltaban cuarenta y cinco minutos para que comenzaran las clases, tiempo suficiente para desayunar y llegar con margen de sobra al colegio. Tomó su cartera y dándole antes un trozo de camembert a su kwami le indicó que entrara en ella.

Faltaban cinco minutos para que comenzaran las clases, según avanzaba  hacia la puerta miraba con curiosidad a los demás estudiantes, le resultaba extraño verlos sin sus habituales estilos desenfadados de ropa. Hacía quince días que el colegio había anunciado que ese día sería la foto de los grupos para el anuario y para darle un aire más solemne al acto habían propuesto la iniciativa de que todos los alumnos fueran vestidos con un conjunto más formal.

- ¡Félix! - giró para ver como Allan y Claude se acercaban sonrientes hacía él.

- ¡Caray! Félix, hoy estas más elegante que de costumbre. - dijo Claude en tono bromista, pasando su brazo por los hombros del rubio.

Félix se tensó al notar el peso sobre sus hombros y ver de reojo como pequeñas arrugas se empezaban a formar en su americana.

- Si, tú tampoco te ves mal. - respondió serio, mirando con inconformidad el basto nudo a medio cerrar de la corbata de su amigo. Tomó la mano de Claude y la retiró con cuidado de sobre sus hombros.

- ¡Vamos, Félix!, ¿no me digas que te ha molestado mi amigable abrazo?. - dijo con sorna a la vez que se reía dándole unos golpes con el codo a Allan.

- No, no me ha molestado, - respondió mientras se alisaba las mangas de la americana - pero no me gusta ver arrugas innecesarias en mi ropa.

Riiin...riiin...riiin - sonó el timbre anunciando el inicio de clases.

- Ja, ja, ja, pues cuando te vea Bridgette no sé lo que vas a hacer. - se alejó junto con Allan carcajeándose .

Félix levantó de inmediato la vista de su americana ante las palabras de su amigo, los músculos de su cara se tensaron a la vez que los ojos se le abrían de más, una gota de sudor se había formado en su sien. Había olvidado a su pequeña acosadora, quien siempre se aprovechaba de cualquier escusa sin importar el momento para abrazarlo.

Tarde, se le había hecho tarde arreglándose para ir al colegio, ahora la azabache corría presurosa para tratar de llegar no tan retrasada a su primera clase. No solo se había demorado por arreglase para la foto, quería verse guapa para salir al lado de Félix. Si, ese era su cometido el día de hoy, que dijeran lo que dijeran ella se pondría al lado del rubio no iba a desaprovechar esa oportunidad para tener una foto juntos.

Día de fotoWhere stories live. Discover now