—Esto no está pasando —la frágil voz del mayor se escucha en un susurro, el castaño tenía entre sus dedos temblorosos un bate de baseball —por favor, dime que no está pasando —mira al chico a su lado, su novio, quien tiene la mirada perdida con un bate parecido reposado en su hombro.
—Jimin -lo llama, el mayor recibe la mirada de su novio con miedo, ambos tienen miedo —te protegeré cueste lo que cueste.
Ambos miran por la terraza del Instituto, un día normal terminó siendo un día desastroso lleno de muertos que comen vivos.
En la mañana.
El pequeño castaño espera a su novio sentado en las escaleras de la entrada de su casa, faltaba un minuto para que su novio pasara por el para ir al Instituto, siempre cumple el mismo horario, siempre puntual.
—Minnie —el nombrado alza la mirada para encontrarse con su novio, siempre puntual, pensó mientras se paraba a toda prisa para salir corriendo hacia su novio saltando a abrazarlo, este lo recibe gustoso mientras le da el beso de buenos días.
—Kookie —suspira sobre sus labios —faltan diez minutos para que empiecen las clases —avisa el mayor bajando de los brazos de Jungkook quien se negaba a dejarlo ir.
—Esta bien, vamos —dice luego de darle otro largo beso, agarrados de la mano comienzan su camino hacia el Instituto.
°♡°
—¿Porque me pediste que venga aquí, Kookie? —Jimin miraba hacia todos lados con miedo de que algún maestro les haya visto subir allí, no estaba prohibido el ingreso a tal sector del Instituto, lo que estaba prohibido es subir allí cuando deberían estar en clases.
—Quería verte, te extrañe demasiado —el menor lo abraza por la cintura acercándolo a su pecho, Jungkook era el más cariñoso y cursi novio que alguna vez pudo haber deseado, se amaban demasiado tanto el uno como el otro.
—No está bien Kookie —susurra el mayor, siempre temiendo ser descubierto —debemos volver a clases —su voz sale amortiguado por la chaqueta del más alto.
—Sólo un momento ma- —un estruendo hace que el suelo bajo sus pies tiemble por lo que el más alto dejó de hablar para sujetar mejor a su pequeño Mochi, como le gustaba llamarle, para que no caiga.
—¿Qué fue eso, Kookie? —habla el mayor asustado agarrándose con todas sus fuerzas de la camisa de su novio.
—No lo se... —se acerca al borde recostándose por la baranda aún abrazando a su novio en sus brazos, a lo lejos podía ver una nube de humo negra en forma de hongo, también como en algunas casas se iba perdiendo las luces, en los cables, fuera de las casas, chispeaba desesperadamente como si una descarga los hubiera sobrecargado de golpe ¿pero que mierda acaba de pasar?.
Una voz en el parlante del Instituto emite un sonido sordo antes que la voz del director resuene por todo el lugar.
—Atención alumnos, tranquilos todos por favor, es una falla en la central eléctrica, por favor, todos tomen sus cosas con calma y sin apuro, la actividad escolar termina ahora —"pero si aún ni siquiera comenzaba" otro sonido sordo resuena por todo el lugar para luego terminar de golpe dejando un zumbido en los oídos de los alumnos.
—Debemos irnos Kook- —un grito resuena por toda la residencia y cuando los novios desvían sus miradas hacia la entrada del Instituto, vieron lo que nunca creyeron ver.
Personas, o bueno, a eso no se le puede llamar una persona, estaban mordiendo a sus compañeros y maestros arrancandoles la piel, los gritos y los intento de escapada de los alumnos no se hicieron esperar, volviendo dentro buscando refugio, lastimosamente no muchos lograron entrar, y los que si lo hicieron no pudieron cerrar la puerta dejando que esas cosas entraran detrás de ellos.