Capítulo único

168 15 32
                                    

Buscó con la mirada la tableta, no estaba, alzó una ceja confuso, ¿Dónde podía estar? Bufó, las nuevas instalaciones y la perdida de acciones en pizzerías tras treinta años se le hacía complicado. Ahora a sus cuarenta y ocho años todo era muchísimo más complejo. Hasta que vio la tableta enganchada a la pared y asintió. Revisó, para estar a estos años las cámaras tenían muy mala calidad. Suspiró y recostó en la silla, todavía recordaba los años junto al peor compañero del mundo en el peor lugar del mundo, la misma pizzería donde el hijo de este asesinó a un total de seis niños. Suspiró. La verdad es que recordar a veces no es tan malo.

Y quisiera seguir recordando de no ser porque una estrepitosa alarma lo despertó del trance. Buscó la raíz del problema y dándose cuenta de que estaba delante de él. Tragó saliva nervioso, en serio, delante de él había un puto animatronico. Se suponía que no habría nada. Era una especie de oso, cojeaba. Negó con la cabeza. Este mismo se agachó y co si de un fantasma se tratase le saltó a la cara para desvanecerse como si hielo en polvo se tratase. Tembló tratando de aguantar el corazón en el pecho.

Mejor regresaba a los recuerdos...

Eran aproximadamente las doce menos cuarto, accedí a la oficina a través de una de las dos puertas encontrándome con quién sería la nueva víctima de los animatronicos, contraje amistad con él rápidamente y en seguida, a los pocos días, noté cierto cambio de actitud en él, era un cambio como más cercano a mi, más allí a la amistad.

- Scotty, puedo confiar en tu silencio?- me preguntó de golpe una noche.

Asentí confuso.

- conoces la leyenda de los niños en los robots?- prosiguió.

Asentí.

- yo personalmente creo que es falso, rumores para alejar a la gente y cerrar la cadena.- contesté con simpleza encogiéndome de hombros.

- es cierto- lo miré espectante, todo el mundo podían tener una opinión, supuse.- los niños están dentro de los robots, es por eso que este lugar huele horrible.

Suspiré. Era cierto, el lugar olía a muerto.

- y que explicación le das...

- mi hijo los mató...

Tras aquel instante empezó a tenerle algo se miedo, pero Vincent le demostró que no tenía nada que ver con ese asesinato. Al contrario, le demostró que todo eso era cierto y que todo lo que su hijo hizo fue despiadado y de locura. Miró espectante la tableta, las cámaras de seguridad no mostraban nada. Después de ese susto ya no sabía que esperar.

Al mirar la cámara número 08 vio un robot, un conejito verdoso. Tragó saliva al verlo desaparecer.

¿Era posible?

Regresó al día siguiente, ya había pasado un aproximado de dos meses, encontrándoselo allí sentado esperándolo con una sonrisa coqueta en su rostro y una mirada con un toque de perversión. Lo miró extrañado. Revisó la hora: "11:40". Él se acercó y lo inmovilizó cerrando ambas puertas y después acercándose.

- Vinny?

- si~?

Suspiró, ya estaba otra vez con esa tonteria del coqueteo y acciones que solo los mayores pueden tener.

- y ahora que? Tenemos veinte minutos- lo miré pensativo, vacilé y suspiré- va, tenemos tiempo para uno rápido...

Se habían vuelto algo más que compañeros en aquellos meses, si, amantes en cierta parte. Pero claro, todo lo bueno acaba y no acabó de la mejor manera. Puede que hubiesen podido acabar de otra manera pero...

24.- Recuerdos (Vincescott)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora