capitulo 31

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            Una semana después

Estaba sentado frente a la computadora en mi despacho, con la línea abierta con dos de mis mejores amigos y no podía dejar de pensar en las idioteces que hablaba Sam.

- ( Sam) Te lo digo Cristhian, esa mujer no podría estar más lejos de gustarme. Es egocéntrica, testaruda, todo me lo contradice. No hay nada de atractivo en una mujer así.

Cristhian soltó la carcajada mientras negaba con la cabeza. Se acomodó en su silla frente a su escritorio y entrelazo sus dedos de forma maliciosa.

- ( Cristhian) Ya... Y como si no te conociera lo suficiente, tengo que creerte que no la soportas.
- ( Sam) Que parte no entiendes? Samantha Álvarez es la mujer más insoportable que jamás antes conociera en mi vida.

Respondió ofuscado Sam. No pude evitar reír.

- ( NAT) Sabes que puedo averiguar sobre su vida Sam...

Solté enarcando una de mis dejas de forma pícara. Sam me dio una mirada de fastidio al responder.

- Y para que querría yo saber sobre la vida de esa... Esa fulana insoportable? Deja la tontería Nathaniel, no hay nada que me pueda interesar de una mujer tan desabrida como esa.
- (NAT) Yo solo decía. No te zulfures hermano...
- (Sam) Y no lo hago, solo me molesta que piensen cosas que no son. Aquí Cristhian sigue empecinado en que la tipeja esa de ojos negros me gusta, pero olvida el cachetaso que me propinó solo porque accidentalmente choque con ella y manche su uniforme de quirófano con café. Dios!! Ni caliente estaba!!
- ( Cristhian) Creo que olvidas intencionalmente contarle a Nathaniel la parte de la historia en que en lugar de disculparte le soltaste un
" Deberías de mirar por donde caminas Pequeña" , como si la pobre hubiera sido la culpable de chocar contigo. Te recuerdo que tú te la llevaste por delante a ella.
- (Sam) Solo quise ser simpático y sabes bien que pequeña si es. Por Dios!! No mide más de un metro sesenta. No tendría que ofenderse por una simple broma inocente.
- ( NAT) Y no intentasteis darle una disculpa de verdad después?
- ( Sam) Claro que lo hice. Compré dos tazas de café y fui a buscarla para disculparme y sabes que hizo? Me tomo el café y lo tiro directo a la basura.
- ( Cristhian) Carácter si tiene...
Bueno, yo me despido chicos. Le prometí a Verónica que iríamos al cine...
Hablamos en otro momento.
- (Sam) Envía cariños a mis ahijados y mi comadre.
- (NAT) Salúdame a la familia Cristhian.
- ( Cristhian) Lo haré.

Y con eso Cristhian cortó la comunicación, dejándome solo con Sam en la línea.

- ( Sam) De verdad...

Empezó a hablar con algo de duda. Y de inmediato enarque una ceja.

- De verdad puedes averiguar sobre Samantha?

Tuve que contener la carcajada.
Cristhian tenía razón, la chica esa le interesaba.

- Puedo. Pero... Creí que no estabas interesado en ella.
- Soy un hombre curioso.
- Ya, déjame ver qué encuentro sobre ella y te aviso. Te parece?
- De acuerdo, NAT... No le comentes nada a Cristhian, me tiene aburrido con ese asunto.
- Tranquilo. Soy una tumba, en fin. Podrías programar para mañana unos rayos para Lía?
- Claro. Pero porque no lo hacen el la clínica donde la operaste?
- Quiero a la prensa lejos lo más que pueda. Si le llevo ahí, de seguro la prensa estará ahí.
- Bien, yo me encargo. Te veré mañana entonces.
- Seguro, y talvez ya te tenga algún dato sobre esa doctora...
- Está bien, solo soy curioso. Tal vez descubra porque no me soporta.
- Seguro. Adiós Sam.
- Nos vemos...

Cuando cerré la comunicación me encamine directo a los establos donde sabía que seguramente Lía se encontraba.
Pasaba todas las tardes con Sátira, de verdad estaba muy compenetrada con esa yegua.
Cuando llegue hasta ahí la encontré como siempre cepillando el blanco pelaje de Sátira. Parecía algo absorta en su labor y no había notado que yo llegaba hasta ellas.

- La malcrias...

Solté recargandome en la portería, captando la atención de mi mujer.
Lía me sonrió con diversión reflejada en su perfecto rostro.

- Solo la mimo... No tiene nada de malo. O si?
- No lo tiene, no. Pero parece que quieres más a Sátira que a mi...

Dije ya tomandola por la cintura y besando su cuello de forma seductora a lo que ella soltó una risita divertida.

- Eso es imposible.

Dijo respondiendo mi abrazo y besando con ternura mi nariz.
Me encantaba que hiciera eso...

- Venía a ver si querías ir a dar un paseo por la ciudad, tal vez podríamos cenar fuera...

Dije mientras pegaba más mi cuerpo al suyo. Me encantaba sentir el calor de su cuerpo.

- Paseo por la ciudad y cena fuera?
- Si...

Dije ya tomando su boca al asalto...
Cuando el aire en nuestros pulmones empezó a faltar libere su boca más no su cuerpo. Mis ojos estaban fijos en los suyos y mi frente recargada en la suya. Me tenía por completo perdido, esta mujer frente a mi me tenía ciego de deseo por ella.

- Mañana tienes cita para hacer una placa de la pierna...

Lía aparto apenas su rostro del mío y enarco una ceja. No pude evitar reír con ese gesto

- Mañana?

Asentí para ella. Y afirme mi agarre en sus caderas...

- Mañana, quiero ver como van esos huesitos tuyos...
Además tengo que ver a mi amigo Samuel.
- Está bien.

Dijo apartando de mis ojos los suyos. Eso me mosqueaba, yo sabía que ella quería volver a patinar. Presentarse en las Olimpiadas, pero nunca preguntaba cuándo podría empezar a patinar. A entrenar, era algo desconcertante esa actitud. Y ya estaba algo cansado de que ella evitara el tema.

- Anyel, porque nunca preguntas?

Pregunté arrastrando nuestros cuerpos hasta un montón de heno frente a Sátira y sentándome los dos. Ella me dio una fugaz mirada y se apartó de mi, adentrándose a donde guardábamos el alimento para los caballos. Empezó a hablar al mismo tiempo que llenaba un cesto de manzanas para Sátira. Tendría que obsequiarle esa yegua a mi mujer... Pensé mientras la observaba.

- No es que no quiera saberlo NAT, es que...
Quizás no quiero hacerme ilusiones.

Eso me intrigó.

- Ilusiones?
- Sé que la operación salió muy bien, y se que la recuperación va sobre los carriles esperados y mejor incluso. Conozco mi cuerpo NAT, y se que he avanzado mucho más de lo esperado para el tiempo que ha transcurrido, pero...
Pero si tengo que ser completamente sincera tengo miedo de volver.

Sus ojos me miraron con temor. Pero no podía entender a qué se refería con exactitud.

- Miedo de volver? Porque lo tendrías?
- El ambiente del patín es muy peculiar, además... Si regreso, Óscar y todo lo demás volvería a interponerse en mi vida. No los quiero cerca, no quiero volver a verles.
- Piensas en retirarte entonces? Pensé que deseabas ir a las Olimpiadas...
- Y lo quiero. El patín es lo que amo. Es una profesión exigente y de mucha disciplina. Me hubiera encantado estar en las Olimpiadas, no lo niego... Pero ahora todo es diferente.
- Porque?

Me miro a los ojos directamente, supongo que para que yo viera en ellos la sinceridad...

- Tu estás en mi vida Nathaniel...
Tienes una vida muy tranquila y feliz, el que yo regrese a las pistas implica entrenamientos tres o cuatro veces en el día, horas de sacrificio, un sacrificio demasiado grande hasta el momento de la competencia.
Puedo mantener al margen a la prensa hasta el mismo día de iniciar las competencias, clasificada ya estoy por haber ganado el oro en las últimas Olimpiadas, pero el entrenamiento sobre todo para volver a alcanzar el nivel necesario para presentarme, sobre todo porque llevo más de seis meses con toda actividad detenida sería incluso más extenso y exigente de lo que ya lo era. Alcanzar ese nivel...
Superarlo requeriría toda mi concentración y dedicación.
- Puedes hacerlo Lía, y tu sabes que eres capaz de volver a alcanzar ese nivel y superarlo incluso. Entonces creo que deberías decirme que es lo que realmente te preocupa de todo eso.

Dije sin dejar de observarla.
Sus ojos destellaron junto a sus palabras.

- Tu...

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⏰ Última actualización: Mar 13, 2022 ⏰

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