"Epilogo. Volumen 1".

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Era la noche del lunes de la nueva semana, tres días habían pasado desde que ocurrieron los acontecimientos del ataque del grupo de Kazuma. Con ayuda de la medicina que Jin había traído para Sorato éste fue capaz de mantener estable su salud mientras que Nozomi se recuperaba un poco y reunía la fuerza necesaria para poder curarlo por completo. En la actualidad, en el interior de la casa de los Furukawa, Sorato se encontraba dormido todavía, estando en ese estado desde que quedó inconsciente en la batalla, pero sin pasar mucho más tiempo de esa forma, Sorato comenzó a hacer gestos queriendo despertar después de tanto tiempo de estar dormido.

-¿Qu-qué pasó? ¿Dónde me encuentro?

Teniendo ya pensamientos, Sorato empezó a abrir sus ojos hasta ser capaz de ver un techo conocido dentro de su rango de visión.

-Este lugar es... ¿Mi habitación?

-Sí, es tu habitación, sobrino.

Escuchando la voz de su tío Jin, Sorato tomó asiento de inmediato, sintiendo algo de dolor recorriendo su cuerpo al hacerlo, pero era algo que ignoró mientras centraba su atención en Jin, quien se apartó de la puerta de entrada para caminar hacia la cama.

-Tío Jin.

-¿Cómo te encuentras? ¿No te duele nada, sobrino?

-Sólo hay un poco de dolor en el cuerpo, pero no es nada de lo que debas de preocuparte, tío.

Unos suaves y pequeños ronquidos fueron escuchados por Sorato, éste desvió su mirada hacia el origen de esos ronquidos, viendo a Nozomi dormir recargada en la cama, junto a su cintura.

-Nozomi, ella...

-No la culpes, estuvo despierta todos estos días que estuviste inconsciente para poder atenderte mientras dormías y cuando despertaras, pero no pudo resistir y al final cayó rendida ante el sueño.-Comentó Jin al llegar junto a la cama.

-Ya-ya veo.

Sorato fijó su mirada en Nozomi y mientras mostraba una mirada de ternura hacia ella, comenzó a acariciar su cabeza con suavidad, dejando que mostrara una pequeña sonrisa de forma inconsciente al estar feliz de ser acariciada por él, la persona que más ama.

-Ca-cariño...

Pero entrando en cuenta con las palabras que le había dicho Jin, Sorato de inmediato volteó a verlo mostrándole algo de sorpresa en su mirada.

-¿Qué es lo que ocurre, sobrino?

-Dijiste que estuvo despierta cuidando de mí por unos días.

-Sí, eso fue lo que dije.

-Exactamente cuánto tiempo dormí, tío.

-Cerca de tres días enteros, sobrino, hoy es lunes de la semana siguiente.

-Tres días... No puede ser...

-Pero no te preocupes, me encargué de avisar en tu trabajo y en la escuela de que no podrías asistir el día de hoy porque estabas enfermo, así que creo que no estarás en problemas por eso.

-Ya-ya veo, te lo agradezco mucho, tío.

-No es nada, sobrino, era lo menos que podía hacer.

-Por cierto ¿Qué fue lo que pasó con ellos?-Preguntó presuroso.

-¿Te refieres a los nekomatas del clan Rokku?

-Sí, a esos, tío Jin.

-Pues escaparon luego de que te encontráramos inconsciente, parece que su líder estaba malherido por un par de heridas mortales que dejaste en él con tus katanas.

La mayor desgracia de dos historias (2 Gaidate no saidai no fuko)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora