Todo sucedió tan rápido como para poder si quiera reaccionar. El chico con la máscara se abalanzó sobre Lena con gran rapidez, tacleandola para evitar que corriera nuevamente escaleras arriba. Al caer, ella se golpeó en la cabeza y perdió el conocimiento de inmediato. Cuando despertó, noto un sintió un fuerte dolor de cabeza y los oídos le sumbanan. Su vista se aclaró poco a poco y el reconocimiento de todo lo que había sucedido la golpeó; y ahora se encontraba atada a una silla en su habitación. El hombre también había cubierto sus labios con cinta para evitar que gritará.
—¡Mira! la bella durmiente despertó —Aplaudió éste con ánimo—. Hola preciosa, ¿sabes una cosa? me encantan tus ojos, son tan expresivos —él hacía movimientos demasíado exagerados con las manos —. Puedes notar cualquier cosa en ellos, por ejemplo ahora, que estás aterrada. Pero realmente no tienes porqué, yo no pienso hacerte daño, claro, si no te portas mal y haces todo lo que yo te diga —acaricio un mechón de cabello que ella tenía en el rostro y lo llevo tras su oreja —. Lo de tu hermano no estaba planeado, yo no quería dañar a nadie. —Lena se removió en la silla ante la mención de su hermano, quería desatarse, pero era imposible, no podía. Sus ojos comenzaron a razarce en lágrimas, éstas cayeron por ambos lados de su rostro: estaba aterrada —. No, no, no, no, no llores dulce Elena. —Dijo mientras ahuecaba el rostro de ella con sus manos, que tenía teñidas en sangre, Lena se horrorizo de inmediato, ella sabía de quién era esa sangre: de su hermano y su cuñada Sofía, no pudo evitar llorar con más desesperación, y giró su cabeza para liberarse de su agarre—. Shhhh no llores —decía en un susurro el chico de la máscara —no te voy a dañar si te portas bien ¿Entiendes? —Lena asintió con los ojos inyectados en sangre
—¿Sabes quién soy? —Lena cerró los ojos negando lentamente —. No, claro, ¿como alguien como tú lo sabría? tan linda, tan popular, pero si sabes quién es Evan ¿no es así..? —dijo arrastrando cada palabra con furia —ella se horrorizo al escuchar su nombre, Evan era el chico que le gustaba desde casi el inicio de la preparatoria. De inmediato pensó que detrás de esa máscara se encontraba el chico que le gustaba y abrió los ojos con sorpresa.
—Noo, no soy él. Obviamente no, si lo fuera no estarías así, puesto que me habrías hecho caso, ¡Pero como no soy nadie para tí, ni siquiera sabías de mi existencia! —dijo tomando el rostro de Lena con una mano y apretando sus mejillas con fuerza. —Ella cerró los ojos tragando con fuerza ante aquel arrebato de cólera —. ¿Sabes? he vivido enamorado de ti Elena, pero nunca me miras, ¡A pesar de cada semana dejar una rosa en tu pupitre! ¿La aceptas, no es así? ¡eres como todas! ¡¿te gusta tener la atención sobre ti, no es así?! —Ella negó con fuerza, puesto que no podía hablar por la cinta que cubría sus labios —. ¿No? entonces... ¿Podrías estar conmigo? —Lena asintió levemente, tal vez si le daba por su lado la soltará, ¿sin saber que hacía? ella le vio levantarse y tomar la máscara que llevaba puesta, de un solo movimiento la quitó de su rostro, Lena no logro reconocerle, su cara le era ligeramente familiar, como cuando vez a alguien en el bus, o le sonríes en una tienda, un recuerdo vago cruzo su mente, pero realmente nada en concreto. Ella no sabía quién era el chico del pasamontañas.
—No me reconoces, ¿verdad? —Ella simplemente le miraba, tenía miedo de responder y que él reaccionará mal nuevamente —. No, no ¿como lo harías? —Se acerco a ella, agarró la cinta que tenía pegada a sus labios y comenzó a despegarla lentamente, ya se había adherido a su carne por lo que comenzó a arrancar partes del pellejo de su boca haciendo que sangrara y Lena lanzará pequeños quejidos. La quitó completamente, ella le observó con los labios llenos de sangre mientras lloraba y soltaba pequeños jadeos.
—Perdóname, no era mi intención lastimarte, —Le limpio los labios con una blusa de ella misma —. Estás en mi clase de matemáticas y física, tú nunca me has visto pero yo sé todo de tí. Sé que gusta el té tibio, que prácticas vóley bol, que tú mejor amiga es esa estirada que se cree el centro del universo. Me gusta que eres natural, sin maquillaje ni tintura en el cabello, que todos los sábados vas a almorzar con tu familia, incluida tu cuñadita. Se todo de ti, en cambio tú no sabes nada de mí.
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Relatos para no dormir (Finalizada)
HorrorNo volverás a ver tu alrededor de la misma manera. Y mucho menos a los demás.