I walk through the door and there's no light on anymore
Must have known all along I was wrong
Cause there's no one at home
No one's waiting back home
ㅡ
Sus pasos hacen eco cuando camina de ida y de regreso sobre la segunda plataforma del ala oeste de la estación espacial. Detrás de las gigantescas ventanas a sus espaldas, el árido desierto de Marte, en conjunto con las infinitas estrellas que salpican el firmamento del espacio, proyectan un paisaje que, tras años de apabullante soledad, se siente escabroso y asfixiante entre más se detiene a observar, no sabiendo con exactitud qué es lo que quiere encontrar.
Park ChanYeol, Biotecnólogo e Ingeniero de Sistemas Digitales y Robótica perteneciente a la NASA podía, después de todo, sentir el arrepentimiento que acarreaba consigo la soberbia y el deseo de reconocimiento cuando el infalible golpe de la realidad se hacía presente y desaparecía en el acto el velo que la fantasía y los sueños egoístas creaban sobre la mente de las personas.
Parecía ser que había aspirado a mucho; ser él en quién las personas pensaran cuando se hablara de la terraformación de Marte, la "segunda Tierra", quien salvara a la humanidad cuando fueron sus acciones las que hubieron acabado de a poco con la vida. Sonada excitante y prometedor, un sentimiento apabullante alrededor de la ilusión.
Pero era más de lo que en realidad resultaba ser.
Al inicio del proyecto, a principios del año 2053, había cuatro sujetos además de él, todos con la preparación adecuada para sacar adelante la primera estación espacial en el planeta rojo, la "EX.P.K-17".
Lograron avances muy grandes para el escaso tiempo que llevaban, una huerta pequeña dentro de un invernadero especializado, un sistema de agua autorregulado, un espacio al que por un tiempo lograron llamar hogar. Tuvieron la esperanza de salvar lo que consideraban importante, pero la verdad los atacó más rápido de lo que esperaron.
La Tierra moría, y eso era la única cosa segura en ese momento.
Los primeros dos se fueron apenas empezar el segundo año de estancia en el espacio, luego, a mediados del tercer año, la única mujer que formaba parte del equipo desistió. Hacía nueve meses, último compañero de ChanYeol se hubo marchado, quedado él solo a cargo del lugar.
Sus superiores, conmocionados por los sucesos, quisieron hacerlo regresar también, pensando que era en vano permanecer ahí, pero fuera por orgullo o perseverancia, quizás incluso terquedad, se negó, pensando que, de cualquier forma, allá abajo no quedaba nada para él.
A cambio, tal vez por lástima o propia redención, algo para calmar su atormentada conciencia, como si creyeran saber de un desenlace del cual él permanecía ajeno, le brindaron cada cosa que llegó a solicitar; así fueron las cosas hasta que, un día, el comunicador quedó en un silencio permanente.Ahora estaba allí.
El sonido seco de sus pasos resuena con fuerza entre los espacios vacíos de las instalaciones. Dos plantas, veinte metros cuadrados perfectamente herméticos, aislados del exterior y de la condena de la nada. Al inicio parecían ser insuficientes, hoy día resultaban ser demasiados.
"Esto es lo que querías". Se recuerda al tiempo que se dirige con el paso de quien no espera ya por nada al ala norte del primer nivel, "Esto es lo que querías".
El frío de las paredes, incluso cuando no se acercar demasiado, hace que le recorran escalofríos por los brazos, casi lo mismo que el sonido de los sistemas automatizados que se encienden mientras avanza por los pasillos huecos. El área de sistemas y robótica no tarda en aparecer frente a él. ¿Cómo podría tardarse, de cualquier forma? Ni el espacio ni el ánimo se lo permiten; y es que ahí, dentro de ese minúsculo cuadro de cuatro por cuatro, está la única razón que lo retiene y que quizás también, evita que caiga por completo en la locura.
Lo irónico del caso, es que fue él quien lo diseño.ㅡ Hola, Min.
Son apenas un par de segundos los que le toma al prototipo reconocer su voz y activarse, alzando la cabeza con un suave sonido hidráulico y sonriendo en su dirección, justo en la forma en la que se le había programado.
ㅡ ChanLiè, te he extrañado. ㅡ La voz que le ha escogido es suave y armoniosa, fuerte pero no estridente y tampoco molesta, a pesar de ser pausada; consigue que su cuerpo entero se sacuda al escuchar su nombre de ese par de lindos labios. ChanYeol arrastra la única silla en el lugar y la pone frente al cuerpo incompleto del androide, que descansa sobre una de las plataformas de trabajo. Bajo los hombros, a unas tres pulgadas, el cableado sobresale de la estructura metálica que constituye parte de su endoesqueleto, conectándose directamente a la energía de la estación para poder operar.
ㅡ ¿Qué tal ha estado todo por aquí, Min?
ㅡ Aburrido. ¿Tú cómo has estado? ㅡ Es imposible, por supuesto que lo sabe, el brillo azul detrás de los "ojos" de MinSeok no se debe a otra cosa más que a las conexiones de los circuitos expuestos en éstos, pero su corazón, irracional y desesperado, se empeña en interpretarlo de otra manera y hacer que su pecho se apriete.
ㅡ Bien.
ㅡ Eso me alegra, ChanLiè.
ChanYeol no contesta de vuelta, por lo tanto permanecen en silencio. La expresión del androide es apacible, a la espera de cualquier palabra suya que accione el reconocimiento de voz en su sistema, pero tal como otras tantas veces en el pasado, termina perdiéndose a sí mismo mientras recorre las líneas de su rostro. Admirando su propia obra de arte. La piel cultivada que recubre la aleación de titanio y tungsteno, se ve y se siente suave cuando la acaricia con el dorso de los dedos, impoluta y ajena a la imperfección; justo de la misma manera en la que es indiferente al calor.
Permanentemente helada, el tacto y la sonrisa inamovible que MinSeok le muestra le recuerdan la carencia de vida de lo que está frente a él. Apenas es más que un objeto aquello con lo que habla, y la tecnología, por más que avance y corra y se renueve a sí misma, será nunca capaz de igualar a lo que por ley natural es real. Porque un trozo de metal, sin importar las capas de piel que lo cubran, no late, ni siente, ni ama.
ㅡ Te quiero...
El silencio entonces se rompe, y la voz dulce que le encanta desaparece suplantada por un sonido automatizado que responde con cruda formalidad e indiferencia al sentimiento: ㅡ Lo lamento, mi base de datos es suficiente para responder eso.
ChanYeol tiene los ojos húmedos al sonreír.
ㅡ Lo sé.
"Y es mejor de esa manera" piensa. Y se lo repite una y otra vez mientras se acerca al androide para rozar de forma casi imperceptible sus labios con los propios antes de alejarse y dar media vuelta por donde ha llegado.
ㅡ Adiós, ChanLiè.
Es un arma de doble filo a final de cuentas.
MinSeok podía alejar pedazos de la demencia, compañera perpetua de la larga soledad, pero las partes que escapaban a ello se reunían y juntaban con la tristeza desarrollada de anhelar un espejismo, de desear sombras.
Y, para eso, aún no creaba ninguna solución.
ㅡ
Nananana~ Yeah, after a thousand years
Creo que andaba sad cuando escribí esta cosa. O vi un documental de la terraformación de Marte. Creo que ambas al mismo tiempo
Anyway, este os forma parte de la quinta entrega de "CaveCrew también tiene talento". Hay historias muy buenas, así que corran mis niños~
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sin calor; chanmin-xiuyeol
FanfictionChanYeol está perdido. ChanYeol está perdido. Entre el espacio, las estrellas y los brillantes destellos tras los ojos de MinSeok, junto con su voz de seda llamándolo ChanLiè.