Hay que besarnos nuestras bocas, porque un acto dice más que mil palabras, y un acto hecho por quién crea las palabras, los labios, es invaluable.
A pesar de no haber dicho nada, de solo estar conectados por la mirada, Izuku había logrado comprender un poco las cosas, acompañando el momento con un tierno sonrojo.No estaban en silencio, se oía a la gente hablar y reír como idiotas a su lado en el mirador, pero aún así estaban muy sumergidos en la situación. Katsuki movió los labios intentando decir algo, simplemente no salían las palabras.
¿Qué tan difícil era decir una cuántas y simples palabras? Era muy difícil. A pesar de haberlo mentalizado, ahora tenía que buscar una novia por cobarde.
Si le había sido fácil tomarle de la mano cuando estaban bebiendo ¿Por qué ahora no?
—Yo... —logró articular, sin un contexto, sin motivo alguno. Una palabra que no decía absolutamente nada.
Pero Izuku comprendió todo lo que había que decirse, porque no necesitaba oírlo, lo estaba viendo. La cara de pánico de Katsuki se lo gritaba a los cuatro vientos.
Izuku también tenía un lado que contar. No era estúpido, sabía lo que estaba pasando entre ellos dos desde que vio las fotos que Katsuki le tomó el primer día. Ya se debe imaginar el por qué Izuku seguía siendo virgen.
Tenía que acabar con todo de una vez. Izuku, y su naturaleza impulsiva, logró acallar toda palabra sin significado en un solo acto.
Tan solo se inclinó un poco, cerró los ojos, y plantó un delicado y corto beso en los labios temblorosos de Katsuki. Ambos corazones corrían a mil por hora, en la incertidumbre de los sentimientos descubiertos.
Cuando Izuku abrió los ojos, con miedo, miró el rostro levemente ruborizado de Katsuki. Sin esperarlo, el rubio le tomó suavemente del cuello y lo volvió a acercar para besarle una vez más.
Ahí se fue todo.
Los dos no dijeron nada, simplemente se separaron por un tiempo mirando el más allá, procesando lo que pasó. Cada uno a su manera, ambos necesitaban simplemente estar a lado del otro sin decir nada. Las horas volaron, y el ruido había desaparecido. La gente al parecer se había largado a dormir de una buena vez.
—Vamos al mirador —susurró Katsuki, tomando del hombro a Izuku para salir de ahí. Volvieron a cruzar la valla hacia un mirador completamente solo y lleno de basura.
—Que horror —dijo Izuku para sí mismo. Aún estaba asimilando lo del beso, pero también ponía atención a su alrededor. Se acercó a una zona medio limpia y se sentó.
Aún estaba oscuro, pero pronto amanecería. Katsuki siguió al pequeño con la mirada, después examinó su alrededor, en efecto estaban completamente solos. Se acercó hasta el chico para volver a sentarse a su lado. Después de varias horas, estaba desesperado.
Tomó a un dejado Izuku de la barbilla y lo hizo mirarle a la cara, para después plantar un beso. No habían hablado mucho, en realidad casi nada, pero ya parecía ser algo natural en ellos el besarse.
Pero como Katsuki ya había dicho, Izuku necesita hablar para no formar malentendidos en su pequeña e inútil cabecita.
—¿Quieres hablar? —preguntó con cuidado. Izuku asintió con la cabeza.
—¿Desde cuándo tú...
—Hace mucho —respondió rápido, cortándole la pregunta—. Desde hace muchos años antes de mudarnos aquí. Cuando salimos de la preparatoria me di cuenta...
Izuku y él eran de la edad, veinticinco, y habían salido cuando tenían apenas los dieciocho. Más de cinco años esperando.
—Toga... —nombró con miedo, pues recordaba era el nombre de la ex de Katsuki.
—Rompí con ella en cuanto acepté mis sentimientos.
—Oh —entonces fue a los dieciocho, dedujo el pecoso—. ¿Qué sentimientos? —preguntó malicioso. Si bien los entendió con una mirada distintiva y un beso, aún quería escucharlo.
—¿Tengo que decirlo?
—Sí, sino entonces esto solo será una experiencia más, y no habrá nada entre nosotros —amenazó, con más confianza de la debida. Katsuki chasqueó los dientes, desafortunadamente prefería pagar el precio de decirlo, que pagar el precio de no hacerlo.
—Bien, pero solo lo diré una vez, así que no me pidas después nada —sentenció señalándole con un dedo. Suspiró, armó todo el valor que tenía y lo escupió de forma rápida y con dudas—. T-te amo...
—Es la primera vez que me dices algo tan lindo —Izuku sonrió burlesco, haciendo cabrear al rubio.
—Tks, maldito Deku de mierda, no te rías —el rubio desvió la mirada molesto, no podía creer que Izuku lo tratara así a pesar de haberse sincerado y dejado su dignidad por los pisos.
—Lo siento —se disculpó sin sentirlo realmente—. Pero ahora que lo pienso, quiero que me des muchas primeras veces —dijo cerca del oído del rubio, que se estremeció y volteó a verlo con asombro.
Katsuki solo pensó en la virginidad de Izuku, y se maldijo por pervertido.
—Pero apuesto a que alguna de tus novias te dijo que te amaba antes, y no es como si hubiese sido tu primer beso —dijo, para dispersar la idea del sexo, poniendo sobre la mesas temas más meloso, al estilo Izuku.
—Bueno, si lo dices así tú también ya diste tus primeras veces en todo —hizo un pequeño puchero, recordando la cantidad de novias que había tenido el rubio—. Pero piénsalo, siempre es una primera vez.
—¿Cómo? —preguntó con ánimos de ver qué se le ocurría al pecoso. Entonces el pequeño lo tomó de la cara y le plantó otro beso.
—Ese fue nuestro primer "cuarto beso" —dicho eso volvió a besarlo, de la misma forma que la anterior—. Y ese fue nuestro primer "quinto beso". Solo podemos tener un quinto beso en toda la vida.
Katsuki rio por lo bajo, le encantaba aquella ocurrencia. Definitivamente Izuku la hacía para escribir cuentitos románticos. Le tomó las manos para apartarlas de su cara y robarle otro beso, para seguirle el juego.
—Ese fue nuestro primer "tercer beso iniciado por mí" —porque el primero había sido por allá, y el segundo por acá—. Te daré todos los primeros que quieras —susurró cerca del oído de Izuku para provocarle escalofríos, con una voz medio sexy a propósito.
La reacción del pecoso fue alejarse de golpe. Se levantó y comenzó a caminar hacia la salida del mirador. Katsuki por obvias razones se ofendió, levantándose para seguir al otro.
—¡Hey! ¿A dónde vas?
—Vamos a dormir un poco antes de que amanezca —dijo sin mirarle, acelerando el paso.
Al final, llegaron a casa llenos de sueño pero felices. Desde entonces, sin haberlo aclarado formalmente, eran pareja.
Y a pesar de ser pareja, su vida no había cambiado mucho. Era todo igual, la única diferencia era que Izuku solía regalarle besos espontáneos en cualquier momento y en cualquier lugar. Bueno... definitivamente era mejor que antes.
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Nuestro
FanfictionWonderDuo Katsuki Bakugō es el mejor amigo de Izuku Midoriya. Y Midoriya es el mejor amigo de Bakugō. Ambos deciden mudarse a un pueblo cerca del mar para establecer una nueva vida, compartiendo cuarto como los buenos amigos que son. O que eran, has...