Nuestro

Todo

Hay que darnos cuenta de que nosotros lo somos todo. Y que el todo es nuestro.

A veces la vida te da la oportunidad de hacer las cosas bien. Cuando tengas esa oportunidad, no debes dudar en tomarla, porque esas oportunidades solo se muestran una vez. Después, si quieres hacerlo bien, tendrás que sacrificar más de la cuenta, o esperar mucho tiempo a que otra oportunidad llegue. No existe el tiempo ilimitado para los humanos, no tienes todas las posibilidades de tu lado, sé astuto.

Katsuki probablemente no fue el más astuto, pero la suerte estuvo de su lado, y la oportunidad se le mostró en bandeja de oro.

Conocía a Izuku desde que eran solo unos niños. Tuvo la fortuna de ir a la misma secundaria y a la misma preparatoria, en el mismo salón, sentados uno delante de otro.

Al inicio eran solo amigos que se llevaban bien, pasaron de ser solo amigos a ser mejores amigos durante la secundaria, y en preparatoria se distanciaron un poco al conocer nueva gente. Pero, a pesar de todo seguían siendo amigos, y cuando salieron de la preparatoria cada quien tomó su camino, Katsuki estudiando fotografía e Izuku filosofía y letras.

Poco a poco cada uno se forjó, y creó su propia oportunidad de trabajo.

Katsuki, quien se enteró de sus sentimientos por Izuku unos días antes de salir de la preparatoria, se preocupó en cortar lazos con cualquier mujer con la que haya salido o que estuviera interesada en él, y concentrarse por completo en sus estudios. Así, una vez terminando, se preocuparía por declarar sus sentimientos.

Probablemente ya habrían estado lo suficientemente separados como para arruinar su amistad de la forma más oportuna posible. Así él ya tendría estudios y un trabajo, y el pecoso también tendría su propia vida forjada.

No lo aceptaba, pero esa era una gran muestra de inseguridad de parte del rubio. Esperaría lo que fuera necesario hasta que romper su amistad ya no doliera tanto.

Pero, todos sus planes se fueron a la mierda, cuando Izuku le propuso unos pocos días antes de su graduación en filosofía, el irse a vivir juntos. ¿Cómo podría negarse a eso? Sinceramente lo intentó, sería lo mejor dejarlo ir solo a hacer su vida, pero su corazón egoísta aceptó la propuesta con prisa y sin titubear.

Sin saberlo, Izuku abrió la oportunidad perfecta para Katsuki, para intentar buscar un final diferente al que había planeado desde el inicio. Dejaría que las cosas vayan a su ritmo, y a la hora de declararse podría no simplemente arruinar su amistad, sino formar una relación.

Después de beber mucho alcohol, decidió darse a sí mismo motivos para intentarlo. Jamás llegaría a ser feliz sin Izuku, ¿Qué le costaba pensar en un final feliz?

Por otro lado, Izuku también tenía sus motivos.

Justo como el rubio lo planeó, Izuku sintió la lejanía de su amigo desde la preparatoria.

Así como Katsuki hizo su pequeña pandilla de amigos, él también, sin decir que le costó un poco de trabajo hacerse de novias a comparación del rubio.

Y ni hablar de la universidad, jamás se había sentido tan distanciado de Katsuki. Le hacía sentir triste, pensaba que pronto solo se hablarían para días festivos y felicitaciones en sus cumpleaños. Definitivamente no quería eso, se rehusaba a separarse por completo de Katsuki.