Parte sin título 14

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—¿Tú no crees que la gente se casa por amor, por afecto y por devoción?

—______, la gente se casa dejándose llevar por el deseo sexual y ahí está precisamente el problema. Se confunde el deseo con otro tipo de sentimientos. Una relación empieza siempre bien, claro, y, si no tienes cuidado, empiezas a pensar que, como te quieres acostar con esa persona a todas horas, debe de ser porque es algo duradero y maravilloso. Te casas y, al cabo de un tiempo, el deseo se reduce hasta desaparecer y nos encontramos con una pareja de adultos que han tenido hijos y que terminan divorciándose.

—¿Puedo citar textualmente tus palabras?

—No palabra a palabra, pero puedes utilizar el sentimiento general.

—¿Esa es tu excusa para seguir soltero?

—Yo no necesito excusas para seguir soltero. Ser soltero me parece de sentido común.

—A lo mejor es que no has conocido a la mujer adecuada —aventuró ______, aunque lo cierto era que se le hacía difícil imaginarse a Zhang Yixing con una mujer adecuada porque eso querría decir que perdería su maravilloso autocontrol al sentirse vulnerable.

Zhang Yixing y vulnerable no eran dos palabras que fueran juntas, como tampoco lo eran tiburón y buen corazón. ______ no pudo evitar sonreír ante aquella idea y Lay, tan rápido como siempre, percibió la sonrisa.

—¿No me vas a contar el chiste?

Obviamente, ______ era una mujer inocente y romántica, pero en aquellos momentos lo estaba mirando con piedad, como si conociera el secreto de la vida y él anduviera perdido y aquello Lay no lo podía soportar.

—No es ningún chiste —contestó ______ —. Así que no te has casado, no por que estés esperando a la mujer adecuada, sino porque el matrimonio te parece una institución con demasiadas contraindicaciones.

—Tú pones mucho cuidado a la hora de vestirte y yo pongo mucho cuidado con las mujeres —contestó Lay.

—¿Por eso sales con mujeres como Jessica?

Aquello sorprendió a Lay.

—Por si no te has dado cuenta, es una mujer increíblemente sexy.

Claro que no tan sexy como para haber corrido a su casa a pasar la noche con ella aunque había tenido tiempo.
Aquello demostraba que la fase del deseo se pasaba, ya que seis meses atrás Lay no podía vivir sin ella.

Por supuesto, decidió no compartir aquella información con ______.

—No parece muy inteligente —continuó ______.

—No, no lo es.

—¿La conoce tu madre?

—______, tú conoces perfectamente a mi madre, así que sabes la contestación a esa pregunta —sonrió Lay.

A ______ se le ocurrió que, de repente, se había instalado cierta complicidad entre ellos y aquello la puso nerviosa.

—A lo mejor le cae bien —comentó ______.

Aquello hizo que Lay sonriera todavía más, lo que le confería un halo de atractivo insuperable.

—Yo creo que no le gustaría en absoluto —rió Lay abiertamente—. La última vez que se me ocurrió llevar a casa a una mujer que, ahora que lo pienso, se parecía mucho a Jessica, mi madre se mostró muy incómoda y se lo hizo pasar muy mal a ella, pues las conversaciones se limitaban a monosílabos. La pobre Fiona Blythe-White no duró más de quince días —le narró Lay consultando el reloj.

—Se te está haciendo tarde, ¿verdad? Supongo que tendrás alguna reunión.

—No, tenía una, pero ha sido cancelada.

—Ah...

—Sí, el pobre hombre ha pillado no se qué absurdo virus gastrointestinal o algo así que anda por ahí.

—Qué estúpido por su parte.

—Desde luego.

Lay se preguntó cómo era posible que el tiempo hubiera transcurrido tan rápidamente.

—¿Qué me querías

—  

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😘😚😙

En brazos de un italianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora