La música no es lo suficientemente fuerte como para no ser entendida a través de ella, aún así Rachel se las arregla para ser escuchada cuando pregunta:—¿Entonces que me recomiendas hacer?
Se la ve levantar la mirada que antes enfocada en sus propias uñas, se detienen ahora en los ojos de Alo que al igual que ella, no la miraba con anterioridad.
—¿Me hablas a mí?
Rachel le mira perpleja, un toque ofendida, entendiendo que toda la diarrea verbal que soltó hacia unos minutos y los horrores que le costó soltarla, había sido en vano pues había sido vilmente ignorada.
—Pues si idiota, ¿Con quién más estaría hablando de mis problemas?
—Creí que estabas charlando con Mara.
Rachel chasquea mirando a la chica que Alo apuntaba, la que está cobijada bajo su brazo izquierdo, la única que la mira y ahora puede apostar que era la mirada que sintió atenta encima suyo durante todo el relato.
Las otras dos chicas, la que está encima del regazo de Alo y la que tiene bajo su brazo derecho, charlan entre ellas sin darle importancia, y a como lo ve Rachel, piensa que durante todo el tiempo que su mente se desconectó en tratar de explicar, Alo y las dos chicas charlaban amenamente a su costa.
Pero cómo va a hablarle a ella si ni siquiera la conoce.
Es decir, no conoce a muchos de los que están allí.
Otra fiesta de fin de semana ubicada en la casa Ivanov. Está vez ellos no tuvieron nada que ver con la organización, pero eso no quita que ninguno haya conseguido algo bueno de aquello.
Ya ven a Alo.
Él está muy bien por su cuenta.
Así que no le queda más remedio que mirar a Mara, quién sostiene un vaso en una mano y una pajilla entre sus dientes.
—¿Que opinas tú, bonita?
La tal Mara reacciona al apodo dejando de lado la pajilla y mirando a Rachel con genuino Interés.
—En mi punto de vista objetivo, creo que eres una idiota y deberías disculparte con tu novia.
—Ella no es mi novia—defiende eso mucho antes de defenderse así misma por haber sido llamada idiota.
—¡Oh, ya veo de qué hablabas!—Alo apunta como si fuera el descubrimiento del siglo—es esa niña rica otra vez ¿Ya la has hecho llorar?
Rachel bufa.—Ni siquiera sé porqué me moleste en venir.
—Porque amas las fiestas y nadie te trajo a la fuerza, tú viniste solita—obvia Alo, sobando la espalda de la chica que está sobre él—creo que Mara tiene razón, discúlpate y ya.
Rachel se sorprende de la rápida conclusión de Alo, no que sea brillante, pero asumió que Rachel se debía disculpar sin saber la historia completa. Estando tan predispuesta a arruinar las cosas, todos los que la conocen saben que es ella el problema incluso antes de que termine de contarlo.
Niega con la cabeza y se levanta dispuesta a irse, convendría despedirse pero Alo está tan embriagado en medio de tantas chicas que sería una malvada de privarle de más tiempo.
Como sea, se abre paso entre los sillones que se sobreponen sin orden unos tras otros y cuando apenas llega a la salida del laberinto siente una mano pequeña adherirse a la suya y detenerla. Rachel se gira viendo que es la chica de antes, Mara, quién con una sonrisa le entrega un pedazo de cuero blanco que seguro arrancó del sillón desgastado en el que se encontraban antes.
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Al besar una princesa
RomanceOh princesa boba, no luces tan hermosa mientras lloras. Empezada: 13 de Abril del 2017 Resubida: 31 de Marzo del 2018 Terminada: 18 de Junio del 2018