V e r k w a n.

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Hansol x Seungkwan.

Seungkwan amaba las cerezas. Hansol no tenía idea de cómo demonios podía atar el hueso de estas con la lengua.

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Seungkwan era el mejor amigo de Mingyu, y Mingyu era el nuevo vecino de Hansol.

Este último se había mudado a casa de su madre, simplemente porque su padre se había casado de nuevo y él se negaba a compartir casa con las zorras que tenía de hermanastras.

Su madre vivía únicamente con su verdadera hermana, Sofia, pues había terminado con su ex pareja hace tres meses. Hansol sentía que el destino lo había ayudado para no estar más con su padre. Fue recibido con amor y cariño de parte de su madre, al fin y al cabo lo extrañaba mucho, ya que solo lo veía en vacaciones. Afortunadamente su secundaria no quedaba muy lejos de la casa de la ex señora Choi y esta podía llevarlo en auto al llevar primero a la hija menor, así que no había necesidad de que se cambiara a otra.

Hansol ya llevaba dos semanas en aquella casa cuando su madre insiste que debe presentarse a sus vecinos. Este no lo había hecho anteriormente porque en parte le apenaba, cada vez que abría su ventana podía ver al chico de su misma edad hijo de los Kim, haciendo cualquier idiotez en su habitación.

Porque sí, su ventana quedaba justo frente a la del otro y este nunca cerraba la suya. No era porque Hansol quisiera espiar al mayor, en lo absoluto.

Aunque aveces lo notaba jugueteando con un bajo chico de mejillas regordetas y cabello rubio, que Hansol notaba que no era natural. Aquel chico solía visitar a su vecino con frecuencia, tanto que el semi-americano ya había descubierto que debían ser muy buenos amigos.

La familia Choi (aunque no esté presente el señor desde hace años, seguían etiquetados de esa forma) vivía en una de las esquinas de la calle. Por lo que, técnicamente, Hansol solo consideraba que los Kim eran vecinos, entonces no le quedaba de otra que ir hacia ellos cuando su madre le dio un empujoncito fuera de la casa para que socializara.

Ese día Sofia se ofreció a acompañarlo con una mirada que revelaba emoción, sin embargo, el mayor por dos años no le había dado importancia.

No le sorprendió, cuando la señora Kim los dejó entrar aceptando las galletas que había llevado (hechas por su madre), ver a su vecino con aquel chico cuyo rostro ya reconocía.

Tal vez si no fuera tan despistado el de cabellos castaños claros, se hubiera dado cuenta de las miradas tímidas que le daba su hermana a su vecino cuando este la saludó con una gran sonrisa.

Hansol no tardó en hacerse amigos de ambos aquella tarde. Ya sabía que su vecino tenía como nombre Mingyu, pero descubrió el del otro.

Seungkwan era un chico muy gracioso y espontáneo, tan diferente al de cabello casi negro, que era tan tranquilo y apenas hablaba. Al castaño le pareció irónico que estos fueran mejores amigos, sin embargo, parecían congeniar.

Mientras comían las galletas que Hansol trajo, el más bajo había corrido a la cocina de su amigo, como si fuera su casa, y volvió con una fruta roja en su boca.

Hansol descubrió que era una cereza y frunció levemente el ceño porque a él no le gustaban.

-¡Miren esto!

-¿No te cansas de mostrar tu pequeño truco a todos?

Entonces ambos amigos tuvieron una mini pelea, que a los hermanos Choi les había resultado graciosa, para que al final Seungkwan metiera el pequeño y delgado hueso de la fruta que había comido, para que al minuto lo sacara con un nudo en medio de él.

You Made My Day + SeventeenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora