Flores

Dalia.

Lo sé.

Se que su cuerpo se ve más delgado de lo normal.

Se que poco a poco se está cansando de esperar, que está cansado de no recibir una respuesta.

Que cada vez se pone a pensar si verá el amanecer.

De buscar y no encontrar.

Pero saber que está ahí.  

Aún así, yo me siento y seguiré sintiéndome alegre de estar con usted.

Porque no puedo pensar en algo más que ver sus ojos miel al amanecer.

Yo siempre estaré feliz de encontrarme aquí, Allen.