Capítulo 19

2.2K 151 12
                                    

-Bonita, por favor quédate.

Dice besando mi cuello lentamente mientras apega su anatomía a mi trastero.

Su voz ronca al despertar me eloquence.

Sonrío tímida.

-Lo lamento, debo ir a trabajar.

Volteo a mirarlo y despejo una mecha de cabello de su rostro. Acaricio su suave mejilla y lo miro detalladamente.

Es realmente guapo, y sus facciones enserio me encantan. En general, él es el típico chico que toda persona querría y aún más, considerándolo bien, soy realmente afortunada.

-Ire por ti después de que termines tu turno.

Hago una mueca.

Me detengo en seco, mamá siempre quizo que le presentara a Ross y esta noche en la cena puede cumplirse su deseo.

-Tengo una idea, ¿Quieres cenar en mi casa? Mi madre quiere conocerte y no se, en un principio pensé que no querrías, pero ahora... tampoco se.

Sonrío.

Me mira un poco nervioso.

-¿Y que se supone que debo hacer? Jamás he hecho algo así. Las cenas a las que soy invitado normalmente son por trabajo.

-Entonces está será la primera excepción.

Relame sus labios y me observa dudoso. Elimina un suspiro y me apega aún más a él.

-Entonces si, estaré afuera de la tienda a las cinco en punto- Me acorrala entre sus brazos y pone sus piernas sobre las mias.

-¡Ross!, llegare tarde por tu culpa- Exclamo intentado safarme de su agarre y así poder levantarme de la cama para arreglarme.

-Esta bien- Me suelta rendido.

Beso sus labios y camino hasta el baño para darme una ducha.

Lo observo retorcerse entre las sábanas y esconder su cabeza entre las almohadas. Sonrío ampliamente, que ternurita.

***

Guardo mi celular y la botella vacía de agua en mi mochila, me observo en el espejo y ordeno mi cabello antes de salir a la calle.

Estos cuatro días que he estado trabajando en esta tienda me he dado cuenta de que el trabajo no es tan duro como pensaba, o al menos no lo ha sido hasta el momento.

Andrés, el guardia de seguridad me a acompañado a la hora de almuerzo todos estos días, y la verdad es que a sido la persona que mejor me a caído, realmente ninguno de mis compañeros llega a ser desagradable pero en más de una ocasión me he sentido incomoda al lado de las otras empleadas, tampoco hablo mucho con ellas y realmente solo una se asemeja a mi edad, el resto aparenta al rededor de 40 años por su evidente apariencia.

Me despido de Andrés con un beso en la mejilla y salgo a esperar a Ross.

Miro hacia los lados, todavía no se asoma su auto por ninguna de las calles.

-Oye- Escucho detrás mío la voz de una mujer molesta.

Volteo a ver confundida.

Sr. Lynch | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora