Capitulo 9.

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Narra Martina.

Mis manos están temblando y con lágrimas saliendo de mis ojos, pero aún así miro victoriosa al espejo con mi imagen. Al rato la puerta se abre con brusquedad dejando ver a Samuel agitado y con una mano en el pecho.

-Martina, joder- me abraza fuertemente al mirar mi cabello en el suelo, eso solo hace que fuertes sollozos salgan de mi boca- ¿Qué pasó nena?.

-Él amaba mi cabello largo- digo entre sollozos.

Caigo al suelo con un fuerte dolor en el pecho mientras Samuel me abraza.

-Oh, mi vida, no tenías que. Él no lo vale- dice Samuel sorprendido por la escena.

-Lo siento, fue un momento de arrebato- calmo un poco mis lágrimas- solo dime qué me veo bien.

-Te ves estupenda, hermosa. Cómo sea te vas a ver preciosa- me besa en la frente mientras me abraza con fuerza.

-Él solía peinarlo antes de irse a dormir... y decía lo mucho que lo amaba- dije con la voz temblorosa.

-Eso puedo hacerlo yo- dice nervioso- como tu amigo.

Bueno.

-Gracias Samu- sequé mis lágrimas y me senté en la cama junto con él- ¿Cómo te fue con...? Ehm, ¿Kiara?.

-Bien- se encoge de hombros.

-¿Bien?- digo esperando a que me dé detalles de lo que pasó.

-Bien, solo no quiero hablar de eso ahora. Mejor, veamos una peli- yo asiento sin muchas ganas mientras sorbo mis mocos.

-¿Cuál quieres ver?- dice cuando estamos rodeados de comida.

-No lo sé, quiero una que me haga llorar- digo comiendo una barra de chocolate.

-¡Mujer! Te vas a deshidratar- ríe Samuel a mi lado.

Al fin nos fuimos por ver tres metros sobre el cielo, tengo ganas de ti, bajo la misma estrella. Son películas confiables si lo que quieres es llorar. Y definitivamente lloré, lloré por las lindas historias, por mi cabello, por Jacob y su nuevo bebé. Joder, el dolor en el pecho no se iba desde que me enteré de eso. El tiempo simplemente me hacía sentir más cansada físicamente y mentalmente.

Cuando llegaron los créditos de la última película mi cuerpo se desactivó por completo y caí rendida. Cómo no, si eran las 5am. Esto de estar acostandose una hora antes de ir al instituto no era buena idea.

-¡Martina!- dice Samuel apurado mientras se pone su pantalón y luego su camisa.

-¿Qué pasó?- digo entre las sábanas.

-Joder, son las 7am, si tus padres preguntan, yo acabo de llegar a despertarte- me quita las sábanas haciendome refunfuñar.

-A la mierda. No tiene nada de malo que mi mejor amigo duerma conmigo- digo incorporándome ena cama.

-¡Son las 7am! ¿Me escuchas?- dice más alterado.

-Joder, cálmate- digo mientras me levanto de golpe para entrar al baño.

-¡No hay tiempo!, Solo cambiate- me obstruye el paso al baño.

-¡Martina tenemos exposición a primera hora!- mis ojos se abren de golpe y apresuro el paso.

Veinte minutos más tarde ya estábamos corriendo por los pasillos de el instituto buscando nuestro salón. Iba con tanta velocidad que trate de apoyarme en la puerta. Pero estaba sin seguro y caí de bruces al piso, haciendo que unos compañeros rieran por lo bajo.

-Martina y Samuel- me levanto con la ayuda de Samuel- sigan.

Ambos caminamos hacia los puestos de atrás. Samuel se reía a mi lado yo solo le daba codazos para que se callara. Al rato nos tocaba exponer, y no nos fue tan mal como esperaba. Las clases se pasaban lentas y mi cara de sueño se notaba a kilómetros.

-¡Señorita Johnson! A dormir donde la trasnocharon- unos "oh" se escucharon por todo el salón.

-Claro que Jacob no fue, a él no le gusta estar con mojigatas como tu, prefiere las maduras- dice una chica a la cual solo veía en esta clases pero nunca supe su nombre.

-¡Samantha!- el profesor la reprende.

¿Samantha? ¿La chica que me habló el día que salí corriendo de la fiesta?. ¿La madre de el hijo de Jacob? ¡Si tonta! Esa misma. Entonces la rabia me cegó como nunca.

-Si por madura te refieres a dejarte embarazar solo para enredar a alguien, buen concepto de maura...- digo tan fuerte como para que Jacob que está al otro lado de el salón me escuche.

-¡Señorita Johnson y señorita Evans! Acompañen me a dirección, ahora mismo- ambas nos matamos con la mirada y seguimos al profesor.

Todo el camino estuvo hablando con el profesor para que no nos hicieran anotación. Luego mi padre estaba acá que me mataba con la mirada, también el padre de Samantha que me miraba mal.

-¿Pueden decir cómo empezó todo?- dice el director.

-Ella empezó- dice la mosquita muerta .

-Deja de ser descarada- digo calmada- primero, estaba acostada en mi mesa, el profesor me llamó la atención diciendo algo como "a dormir donde la trasnocharon"- miro al profesor y este me evade la mirada- a Samantha le dió por hacer un mal comentario diciéndome mojigata y a si misma se dijo "madura"- digo haciendo las comillas con mis dedos- yo le respondí  algo así "que si por madura se refería a dejarse embarazar solo para enredar a alguien, buen concepto"- digo con una sonrisa hipócrita- todos sabemos que Samantha está embarazada de el que solía ser mi novio.

-Samantha, esos comentarios no fueron con buena intención- dice el director- los de Martina tampoco- así que ambas, por armar este desorden y nueva controversia en el instituto, ambas serán expulsadas por los tres días que quedan de la semana.

-¿¡Qué?! Si ella fue la que empezó todo- digo enojada.

-Mi hija tiene razón, señor director- dice mi padre serio- no puede expulsarla por defenderse. Primero, en el comentario de la señorita Evans, se refería y mencionada explícitamente a mi hija, por otro lado en el comentario de mi hija, no se mencionó a la señorita Evans. En ningún momento ella atento con la integridad de la señorita Evans- razones por las que amo tener un padre abogado.

-No tengo nada en contra de su respuesta, es más está muy bien. Pero no puedo pasar por alto la respuesta de su hija- el director se para de su asiento y camina de lado a lado.

-Lo sé, un castigo estará bien. No es posible que la expulse. Si es necesario hablaré con...

-No es necesario hacerlo señor Johnson- lo interrumpe el director- está bien. La señorita Evans, será expulsada. Por otro lado la señorita Johnson, tendrá un castigo una hora después de clases, durante tres días.

Vale, eso era un poquito más justo.

-Espero y esto no se vuelva a repetir- dice el director abriendo la puerta- pueden irse.

No quería ni ver a los ojos a mi padre, me moría de vergüenza.

-Señor Johnson- el padre de Samantha se acerca a mi padre- espero que perdone la actitud de mi hija, no suele ser así.

-Es ella quien debería pedirle disculpas a la mia.

-¡Ni hablar!- dice Samantha a espaldas de su padre.

-¡Samantha!- la reprende.

Ella se acerca a paso lento y me mira con enojo.

-Martina- dice con amabilidad fingida- lamento, el comentario de hoy, arruinar las cosas con tu novio y en sí todo este inconveniente ¿Me disculpas?- sonríe con hipocresía, mientras extiende su mano hacia mi.

-No- digo y me doy media vuelta sobre mis zapatos de charol y la dejo con la mano extendida.

Hago ruido cuando el pequeño tacón de mis zapatos. Mi padre no demora en tomarme el paso no sin antes decir un "lo siento" de mi parte.

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La tierna Martina en multidemida.

Tan perfecta (TP#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora