Capítulo único

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Mitsuki pasó su mano delante del rostro de Iori, pero ni así conseguía sacarlo de su trance. —Iori, enserio, me estoy comenzando a preocupar. — Iori seguía sin responder, y de repente comenzó a sangrarle la nariz. — ¡I-Iori!— Yamato rió cuando vio como el menor parpadeaba confuso de repente y trataba de detener su hemorragia con un pañuelo.

—Ichi, ¿No estarás pensando en cosas pervertidas, verdad? — Como era de esperarse de Iori, lo miró con seriedad por su broma, justo después tosió un poco—Para tu información no estaba pensando en nada indecente. —. Yamato, obviamente insatisfecho por la reacción, siguió molestándolo. —Entonces, ¿pensabas en tu marido, no es cierto? Pequeño pervertido~—

Iori se levantó y lo miró con la cara más seria que los demás habían visto jamás —En primer lugar, Nanase-san es mi pareja, no mi marido. Y en segundo, solo estaba pensando en lo tierno que se veía esta mañana comiendo helado. — Mitsuki se levantó y le tapó la cara con el pañuelo ensangrentado — ¡Iori! ¡Tu nariz! A-ah, mejor vamos al baño, te desangras un rato, te lavas la cara y después volvemos. —

El menor de los hermanos asintió con la cabeza a la vez que era acompañado por su hermano a la puerta. Una vez en el baño se encontraron con Riku, quien acababa de abrir la puerta para salir — ¡¿Iori?! ¡¿Qué te ha pasado?! — Mitsuki suspiró y empujó a Iori hacia Riku y dio media vuelta —Riku, me fío de ti para que arregles el desastre que has creado. — Y dicho eso, salió corriendo. —

Riku miró extrañado como huía el mayor, pero enseguida giró la cabeza hacia Iori, quien parecía comenzar a marearse debido a la pérdida de sangre — ¡Iori! ¡No te mueras!—

Riku soltó un suspiro de alivio cuando vio el agua transparente del grifo sin ni un rastro de la sangre de Iori en ella. Pero se preocupó al ver lo pálido que estaba Iori. —Oye Iori, ¿te encuentras bien? Te ves muy mal solo por haber sangrado...— Iori asintió con la cabeza —Estoy bien, es solo que olvidé desayunar. — No le daría detalles sobre el porqué no lo hizo, tampoco era esencial decirle que últimamente fallaba en todo por pensar en él.

Porque era culpa de Riku ser tan tierno a ojos de Iori, ¿no?

Cuando los demás solo veían a un Riku comprando recuerdos, Iori veía a un hermoso chico pelirrojo mirando con ilusión unos llaveros con peluches que deberían envidiar la ternura de Riku en ese momento.

Cuando los demás solo veían a un Riku agradeciendo por la comida antes de la cena, Iori veía a una persona que se alegraba de comer todo lo que quisiera después de tantas horas de práctica y sonreía alegremente antes de separar sus palillos y comenzar a comer.

Cuando los demás solo veían a un Riku descansando después de las lecciones de baile, Iori veía a un chico que se esforzaba de sobremanera por llegar al mismo nivel que sus compañeros y luchaba con la enfermedad que había condicionado su vida por tanto tiempo.

Todo lo que hiciera Riku se veía de manera diferente a los enamorados ojos de Iori. Para su suerte esos sentimientos amorosos fueron correspondidos unos días atrás, cuando armándose de valor (o tal vez estupidez) le pidió salir en los vestidores mientras los demás conversaban alegremente.

Aún recordaba avergonzado el silencio sepulcral de la sala y los gritos que lo felicitaban segundos después.

—...ori... ¡Iori! — Iori se sobresaltó por el grito de Riku — ¿Estás seguro de que te encuentras bien? No tienes buena cara... — Riku levantó el flequillo de Iori con una mano y junto sus frentes — ¡Ah! ¡Lo sabía! ¡Tienes fiebre! Hay que decírselo a la mánager y a los demás, ¡y tú por supuesto tienes que irte directo a la cama a descansar! — sentenció al ver como Iori estaba a punto de quejarse.

Iori suspiró y asintió —Pero no me encuentro tan mal como para tener que descansar todo el día. — Riku se cruzó de brazos — ¡Mejor! Así te recuperarás en poco tiempo. Ves yendo a tu cuarto, yo les diré a los otros que... No, mejor te acompaño por si acaso, no vaya a ser que te desmayes. — Iori asintió otra vez y tosió un poco.

Caminaron en silencio por los pasillos, escuchando solamente el sonido de la música en el patio trasero: los demás debían de seguir practicando sus usuales horas extras. Iori estaba tan sumido en sus pensamientos que de pronto se paró, Riku se giró para preguntar que le pasaba, pero sabiendo que tardaría en reaccionar simplemente lo tomó de la mano y lo arrastro para que caminara.

Abrió la puerta y quiso soltar la mano de Iori, pero él lo retenía con fuerza —A-ah, perdón...— Al darse cuenta Iori lo soltó. Riku rió y revolvió el pelo de Iori —Volveré en un rato, ¡más te vale estar durmiendo para cuando regrese!—Iori asintió por enésima vez ese día. Riku abandonó la habitación con su usual sonrisa, y Iori sonrió estúpidamente.

Iori supo ese día que lo único mejor que ver a Riku sonriendo tiernamente era ver a Riku sonriendo tiernamente para él.

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⏰ Última actualización: Mar 28, 2018 ⏰

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Enfermo de amor | IDOLiSH7 | Fly Away | One-shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora