— ¡Oh, Rinnie! ¿Estás bien?
—Sí, —dije sin voltearlo a ver— Jimin no tengo ganas de hablar.
Entré luego de abrir el cerrojo con la llave. Me detuvo antes de que pudiera entrar. Lo observé, mi expresión era fría, esa expresión que nunca hacía, a menos que estuviera realmente seria o triste, y él lo sabía. Me soltó, pude dejar la chaqueta en la mesita luego de arrojar las llaves debajo de ella. Me tiré en la cama de mi habitación, no me importó que estuviera mojada. Eso era lo que menos me importaba, y menos ahora. Ese Taehyung había hecho que los recuerdos se vinieran como si hubiesen pasado ayer.
—Yerin, ¿quieres que hablemos? —Dijo con su voz tierna. No era suficiente para convencerme.
—Jimin, no estoy de humor... —Mis puños lo dejaron claro. Acomodé los brazos para sostener el peso de mi cabeza. Las lágrimas brotaban, Jimin se acercó observándome fijamente.
—Sé que no estás bien.
—Eso es notable. Quiero estar sola, es por eso que vine a mi habitación.
No hizo ningún movimiento. Se sentó en el piso con las piernas cruzadas, apoyó su cabeza en sus manos formando una flor. No sonreí. Normalmente lo hago cuando hace eso, pero ese no era el momento de sonreír.
— ¿Tan mal te sientes? —Me miró asombrado.
—Muy mal, mochi. –Dije sonando tierna. Sonrió. Se supone que sería al revés.
Las horas pasaron, Jimin seguía sin despegar la mirada en mí. Se levantó sentándose en la orilla de mi cama, me senté recargándome en la cabecera. Limpió mis lágrimas con ambos dedos pulgares. Sonreí.
—Aigoo, nunca podrás alcanzar mis lágrimas con esos mini dedos. –Reí.
—Hago el esfuerzo Rinnie. –Sonrió. Sus ojos me hacían derretir de ternura, aunque, según nuestro grupo de amigos, yo le ganaba a Jimin en ternura. Observé el collar en su cuello.
— ¿Esto? —Se quitó el collar mostrándomelo— Lo compré hace años. —Sonrió.
— ¿Son de tus padres? —Dos anillos colgaban de la cadena.
—Los compré cuando salíamos, justo el día en que te lo daría terminamos. —Los observó con atención. Ambos evitábamos ese tema, pero al parecer ya no le importaba hablar de ello.
—Es bonito. —Sonreí.
—Yo... ya no te gusto, ¿cierto?
No, no era eso. Borré la sonrisa de mi rostro. Noté que eso le molestó. Se levantó y caminó hasta la puerta, tenía miedo de que... por alguna razón, ambos pudiésemos salir lastimados, por cualquier cosa. Hasta por un desacuerdo. Aunque eso nunca había pasado.
—Tengo miedo. —Lo dije en voz alta.
— ¿Miedo de qué? —Su voz grave. Eso no era una buena señal.
—Nosotros... volvamos a terminar, pero esta vez actuemos como extraños. Nunca ha pasado, lo sé, pero... tengo miedo de que alguien vuelva a dejarme. —Bajé la mirada, las lágrimas cayeron en el edredón rosado.
—No llores. —Se sentó frente a mí, limpió mis lágrimas levantando mi rostro. Sus ojos brillaban por las lágrimas forzadas a no caer, Jimin siempre quiso aparentar que no temía.
Me abrazó. Había pasado tanto tiempo desde que me había abrazado, más porque casi no hablábamos luego de que eso pasara. Oficialmente Jimin y yo habíamos vuelto. De nuevo.Vuelvo de nuevo 7u7
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Strange Feelings 💐 Taerin
FanfictionUn sentimiento extraño, que sigue creciendo dentro de mí. Lo peor es que, ni siquiera sé por quién, ni por qué. Siguen cayendo mis lágrimas, pero estoy confundida porque no sé cual es el motivo de ellas.