Me quema el aire frío de tu piel que me roza como navaja.

Y tú palabras inconscientes aún me arden en la herida que te olvidaste de cerrar.

Me consumiste tan rápido como a tus cigarrillos y me dejaste olvidada entre la colillas vieja.

Fui tu juego ocasional y quedé en un rincón del cual no hallé retorno.

Malvada hechicera que con tu magia engatusas viajeros y y lo haces querer ahogarse en el aroma maldito de tu tersa piel.

Mátame ahora que para vivir sin ti soñando tus amores, elijo que el corazón me lo vuelvas piedra, insensible a otra que no seas vos.

En pedazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora